Ejército Zapatista de Liberación Nacional
De Wikipedia, la enciclopedia libre
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), organización político-militar cuyo mando, dado su composición mayoritariamente indígena, tiene por nombre el de Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General (CCRI-CG) del EZLN, salió a la luz pública en el estado mexicano de Chiapas, y es considerado uno de los movimientos sociales de la llamada posguerra fría.
La teoría y la praxis zapatistas lo colocan a la par de otros movimientos como el sin-tierra brasileño, el piquetero argentino, el cocalero boliviano, el okupa español, el de pingüinos chileno o el juvenil francés contra el Contrato del Primer Empleo, ligados a un discurso y un quehacer etiquetado como contracultural que algunos autores identifican con una supuesta generación z [1] de movimientos de izquierda y anticapitalistas que no buscan, a diferencia de otros movimientos estadocentristas, la toma del poder estatal.
Su lucha, a la que se puede dar un seguimiento de la mano de sus seis declaraciones políticas, tiene tres expresiones mínimas que van de lo local a lo global: 1) La defensa de derechos colectivos e individuales negados históricamente a los pueblos indígenas mexicanos; 2) La construcción de un nuevo modelo de nación que incluya a la democracia, la libertad y la justicia como principios fundamentales de una nueva forma de hacer política, y 3) El tejido de una red de resistencias y rebeldías altermundistas en nombre de la humanidad y contra el neoliberalismo.
[editar] La larga víspera
A raíz de las consecutivas y sistemáticas represiones de los gobiernos posrevolucionarios en México para con movimientos campesinos, obreros y populares que disentían del modelo de nación priísta [2]; en especial las que significaron la persecución, el arresto, la desaparición y el asesinato de cientos de estudiantes a lo largo y ancho del territorio nacional; muchos jóvenes, que consideraron los canales legales de participación política cooptados por el partido en el poder, apostaron por la conformación de organizaciones armadas que dirigían todos sus esfuerzos a derrocar un régimen desde su punto de vista autoritario.
Entre estas organizaciones de corte clandestino se encuentran el Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo (PROCUP), la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), el Partido de los Pobres (PDLP), la Liga Comunista 23 de Septiembre o, entre muchas otras, las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN); grupo del cual, según algunas fuentes entre las que se encuentran investigaciones del propio gobierno mexicano, surgió el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Al parecer, las FLN se habían fundado hacia finales de la década de los sesenta en el norte del país (Monterrey, Nuevo León) y, a decir del general Mario Arturo Acosta Chaparro, en su informe Movimientos subversivos en México, “tenían establecidas sus zonas de operaciones en los estados de Veracruz, Puebla, Tabasco, Nuevo León y Chiapas”.
En febrero de 1974 se suscitaría en San Miguel Nepantla, Estado de México, un enfrentamiento entre un comando del Ejército federal, al frente del cual estaba el mismo Acosta Chaparro, entonces teniente coronel, e integrantes de las FLN que a raíz del combate perderían la vida, como Carmen Ponce y Dení Prieto,[3] o que serían arrestadas y arrestados para ser después torturados, como le sucedió a María Gloria Benavides.[5]
Dado lo certero del golpe, las FLN se replegarían a una clandestinidad todavía más cerrada que, de ser ciertas las versiones que las relacionan con el EZLN, no sería sino hasta principios de la década de los ochenta cuando decidirían la fundación de lo que ahora conocemos como Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Según documentos zapatistas, la historia del EZLN tuvo siete etapas. La primera fue la de selección de los insurgentes (cinco hombres y una mujer) que formarían la primera célula político-militar de la organización. La segunda sería la de la fundación propiamente dicha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, tras la instalación del primer campamento zapatista en Chiapas, al que llamarían “La Pesadilla”. La tercera etapa fue de preparación y estudio de estrategia y táctica militar, a partir de manuales de los ejércitos estadounidense y mexicano; de instalación de nuevos campamentos como “El Fogón”, “Reclutas”, “Baby Doc”, “De la Juventud” y hasta uno llamado “Margaret Thatcher”.[4]
En la cuarta etapa, más o menos hacia 1985, el grupo insurgente hizo los primeros contactos con los pueblos de la zona. A la quinta etapa el mismo EZLN la llama “de crecimiento explosivo”, porque su área de influencia abarcó no sólo la Selva Lacandona, sino también las zonas de Los Altos y el norte de Chiapas. La sexta etapa enmarcó una votación a lo interno de la organización, respecto a ir o no a la guerra contra el gobierno mexicano y, luego del “sí” mayoritario, los preparativos (los zapatistas sitúan cronológicamente en esta etapa un enfrentamiento en mayo de 1993 con elementos del Ejército federal, al que llamaron “Batalla de la Corralchén”). Entre la madrugada del 29 de diciembre de 1993 y la tarde del 31 se sucedería la séptima etapa, el objetivo: atacar simultáneamente cuatro cabeceras municipales y otras tres más “al paso”, reducir a las tropas policiacas y militares en esas plazas y asaltar dos grandes cuarteles del Ejército federal.
La irrupción del EZLN en el escenario político se da en diciembre de 1993, durante la víspera del año nuevo, con la toma de las cabeceras municipales de San Cristóbal de Las Casas, Altamirano, Las Margaritas y Ocosingo; y, “de paso”, las de Oxchuc, Huixtán y Chanal. Ése mismo día, dirigiendo el avance sobre Las Margaritas, municipio que albergaría al que sería llamado el primer Aguascalientes zapatista, caería muerto el Subcomandante Insurgente Pedro, jefe del estado mayor del EZLN. Aunque ya existían diversos informes que daban cuenta de la presencia zapatista en la región conocida como los Altos de Chiapas, el acto tomaría desprevenido al Gobierno federal, el cual se preparaba para la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre Estados Unidos, Canadá y, precisamente, México.
[editar] Primera declaración de la selva lacandona
Artículo 39º [5] |
---|
La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno. |
Inicialmente, en la Primera Declaración de la Selva Lacandona, el grupo insurgente, amparándose en el Artículo 39º de la Constitución Política de México, plantearía el derrocamiento del entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari, bajo la acusación de que en las elecciones de 1988 "había usurpado el puesto de primer mandatario tras un fraude electoral de enormes proporciones" y, con ese mismo presupuesto, declararía la guerra al Ejército federal y llamaría a los poderes Legislativo y Judicial “a restaurar la legalidad y la estabilidad de la Nación deponiendo al dictador”.[6]
En las primeras horas del 1 de enero el EZLN inició la ocupación de San Critobal de las Casas y de otras 4 cabeceras municipales, el 2 de enero atacó la XXXI zona militar en un combate que duró más de 10 horas a pesar de que el comandante militar concedió el dia flanco a varios integrantes de sus tropas con motivo del año nuevo el EZLN finalmente se replegó.
Una de las batallas mas sangrientas se llevó a cabo en Ocotzingo , en este poblado el EZLN atacó al batallón militar que se encontraba como refuerzo de la plaza. El ejército combatió al EZLN con la instrucción de cuidar la población civil.
El 4 de enero el ejército ya tenía el control de Ocotzingo y las demás cabeceras municipales que el EZLN había tomado. Durante los siguientes 8 dias la capacidad de ataque del EZLN era casi nula. Los informes confirmaban la derrota del EZLN a manos del ejército mexicano y su fracaso en su anuncio de la Primera Declaración de la Selva Lacandona en "Marchar hasta la Ciudad de México" ya que no habían pasado de San Cristóbal de las Casas y nunca tuvieron la oportunidad de ir más lejos de los municipios que inicialmente tomó.
El ejército inició labores sociales a favor de la población ofreciendo alimentos, cobijas, medicamentos y ropa, Así también en la elaboración de alberges para los afectados y desplazados a causa de este conflicto.
En efecto, el sexenio salinista tenía como punto partida un proceso electoral plagado de irregularidades que iban desde un padrón con ciudadanos que inclusive ya habían fallecido y aún así aparecía que habían votado, hasta un sistema de cómputo de los resultados que cuando iba arrojando cifras a favor del contrincante, el ex priísta Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, se vino a bajo; pasando por la quema de la paquetería electoral cuando la sociedad y los partidos políticos de oposición demandaban la revisión de ésta para esclarecer y dar certeza a la elección. Pero, precisamente porque se quemaron las boletas de la elección, aunque la teoría del fraude es una idea que predomina en buena parte de la población mexicana, nunca se demostró. Más aún, para 1994 el gobierno de Salinas de Gortari gozaba de tan buena reputación lo mismo en México que en el extranjero, que llegó a postularse para presidir la Organización Mundial de Comercio (OMC) y se manejaba en algunos círculos de la política nacional la posibilidad de reformar la Constitución para permitir su reelección. Sin embargo, a decir de algunos analistas, el levantamiento indígena en el sureste mexicano vendría a derrumbar ambas posibilidades.
Así, el gobierno mexicano respondió a la insurrección zapatista con un despliegue de fuerza que motivó que buena parte de la sociedad civil con posiciones ideológicas más identificadas a la izquierda del espectro político, saliera a las calles demandando el cese de las hostilidades y el comienzo de un proceso de diálogo para alcanzar la paz. A ello, el gobierno respondería con dos cartas: por un lado continuaría presionando a los rebeldes con presencia militar, y por otro ofrecería una amnistía si estos deponían las armas. El EZLN, por su parte dejaría de lado el tono un tanto panfletario de su discurso inicial, que lo distanciaban inclusive de la sociedad civil que iba simpatizando con su lucha, para retomar los temas esenciales del país y el mundo con un sentido del humor y cierta inclinación a la poesía un tanto inusitados para un grupo armado; estilo que encontró en algunos sectores de la población abiertas descalificaciones, tachando a su vocero de cursi y payaso, mientras en otros la desconfianza inicial daba paso a las coincidencias.
El zapatismo se fue convirtiendo así, para la mirada de sus detractores, en la enésima expresión de un tipo de lucha social ya rebazado, que pretendía desempolvar el discurso de un socialismo en desuso y cuya derrota se mostraba en la caída del Muro de Berlín y de los regímenes totalitarios en Europa del Este. Pero, en la opinión de sus simpatizantes, en puente y espejo para caminar o mirar, según fuera el caso, entre la teoría y la praxis revolucionaria de un Siglo XXI posmoderno, donde el neoliberalismo como fundamento ideológico del capitalismo daba paso a las paradojas de un Estado-nación condenado a desaparecer o por lo menos a quedar reducido a su mínima expresión y, al mismo tiempo, a ser garante en su doble figura de guardián y gerente de que "los desposeídos no impidieran la acumulación de riquezas por parte de los poderosos".
A ello, el EZLN a través de su vocero, el Subcomandante Insurgente Marcos, respondería con otra paradoja que parecía aún más difícil de comprender: la de un ejército conformado por hombres y mujeres que se hicieron soldados para que un día, no muy lejano, ya no sean necesarios los soldados:
“Nosotros decidimos un buen día hacernos soldados para que un día no sean necesarios los soldados. Es decir, escogimos una profesión suicida porque es una profesión cuyo objetivo es desaparecer: soldados que son soldados para que un día ya nadie tenga que ser soldado. Claro ¿no? […] Y ser un soldado que quiere que ya no sean necesarios los soldados es muy simple, basta responder con firmeza al pedacito de esperanza que en cada uno de nosotros depositan los más, los que nada tienen, los que todo tendrán […] Acumular odio y amor con paciencia. Cultivar el fiero árbol del odio al opresor con el amor que combate y libera. Cultivar el poderoso árbol del amor que es viento que limpia y sana, no el amor pequeño y egoísta, el grande sí, el que mejora y engrandece. Cultivar entre nosotros el árbol del odio y el amor, el árbol del deber. Y en este cultivo poner la vida toda, cuerpo y alma, aliento y esperanza. Crecer pues, crecer y crecerse paso a paso, escalón por escalón. Y en ese sube y baja de rojas estrellas no temer, no temer sino al rendirse, el sentarse en una silla a descansar mientras otros siguen, a tomar aliento mientras otros luchan, a dormir mientras otros velan".[7]
Este mismo discurso, de la mano de un actuar que tendría entre sus primeras manifestaciones la liberación de su prisionero de guerra, el general de división Absalón Castellanos Domínguez, un cacique ex director del Colegio Militar y ex jefe de la XXXI Zona Militar, lo mismo que ex gobernador chiapaneco; acusado por el EZLN de "los delitos de violación a los derechos humanos indígenas", y por éste encontrado culpable y condenado “a vivir hasta el último de sus días con la pena y la vergüenza de haber recibido el perdón y la bondad de aquellos a quienes tanto tiempo humilló, secuestró, despojó, robó y asesinó”, reforzaría la aceptación y el apoyo de la gente que había demandado la tregua entre los insurgentes y el gobierno, y llamó la atención de organizaciones, colectivos y personas de izquierda en otros países.
[editar] Segunda declaración de la selva lacandona
Para mediados de 1994, El EZLN tenía ya un variado intercambio epistolar con personalidades no sólo del ámbito político; sino, especialmente, con hombres y mujeres del mundo del arte y la cultura. Así, el discurso zapatista pronto se vio plagado lo mismo de citas y alusiones a escritores como León Felipe, Federico García Lorca, Paul Valéry, Miguel de Cervantes, Bertolt Brecht, Sor Juana Inés de la Cruz, Eduardo Galeano, William Shakespeare, Manuel Vázquez Montalbán, entre otros; que de poesía, en verso o prosa, que recuerda a libros como el Chilam Balam o el Popol Vuh.
La sensación de que se estaba en medio de una guerra, fuera de Chiapas donde el Ejército federal tenía apostados según los cálculos más conservadores 12 mil efectivos y centenares de retenes y bases de operaciones militares, se había ido diluyendo en la opinión pública al grado de que de un momento a otro se esperaba la firma de la paz. El gobierno, a pesar de las acusaciones de militarizar la llamada "zona de conflicto" y de extender la presencia castrense a lo largo y ancho del territorio nacional, fue recuperando parte del control político de la situación, de modo que no se veía ningún obstáculo serio para la realización de las elecciones federales de ese año. El EZLN, por su parte, había hecho de los Diálogos de Catedral el escenario de una de sus acciones propagandísticas más importantes hasta ese momento.
Pero la crisis política terminó por hacerse manifiesta y daría paso a un episodio que vendría a trastocar todo aquello: la tarde del 23 de marzo, el candidato priísta a la presidencia de la República, el ex secretario de Desarrollo Social durante el sexenio salinista, Luis Donaldo Colosio Murrieta, sería asesinado en Lomas Taurinas, una colonia de la ciudad de Tijuana, al norte de México, en medio de una serie de equívocos que terminarían por develar la complicidad de altos mandos políticos y militares que, según no pocos analistas, sólo sería posible coordinar bajo las órdenes de la misma oficina presidencial.
En respuesta, el EZLN se retiraría del diálogo en San Cristóbal y tras emitir una alerta roja en el territorio de su influencia, convocaría en la que sería su Segunda Declaración de la Selva Lacandona a la realización de una Convención Nacional Democrática (CND), “nacional, soberana y revolucionaria”, cuya apuesta a mediano plazo sería la "instauración de un gobierno de transición" y la conformación de un "nuevo Constituyente" que a su vez redactaría una "nueva Carta Magna".
Los mensajes, ensayos, cartas y comunicados zapatistas darían cuenta de argumentaciones políticas, demográficas, culturales, filosóficas, económicas, que entretejían los elementos fundamentales de su pensamiento. Aparecerían frases como “mandar obedeciendo” o “un mundo donde quepan muchos mundos”, que irían mostrando lo que los zapatistas entienden por democracia e internacionalismo; develando lo que de complejo tienen fenómenos como la guerra de baja intensidad y la militarización; el neoliberalismo y la globalización; los derechos colectivos de los pueblos indígenas y particulares de las mujeres; la autonomía y la resistencia, o la dignidad y la rebeldía.
Sin embargo, la CND se vería desmovilizada luego de las elecciones federales de 1994 y del triunfo de Ernesto Zedillo Ponce De León, quien siendo coordinador de campaña de Colosio, tras la muerte de éste, se convertiría en el candidato priísta a la presidencia de la República].
[editar] Tercera declaración de la selva lacandona
Con Zedillo, el zapatismo enfrentaría una ofensiva político-militar mucho más determinante que con Salinas. El punto de partida sería la convalidación del fraude electoral a nivel estatal que dejaba la gubernatura de Chiapas en manos del priísta Eduardo Robledo Rincón, a pesar del cúmulo de pruebas (cartografía amañada, aprobación de distritos y casillas atravesando montañas y cañadas en vez de secciones electorales siguiendo la geografía natural para impedir que miles de campesinos e indígenas pudieran votar, recolección de credenciales de elector por parte del Ejército federal; presencia de caciques en las urnas, coacción del voto a través de formas clientelares diversas, amenazas directas y de desaparición o cambio de actas, etcétera) presentadas por Alianza Cívica Nacional y Chiapaneca, y que venían a demostrar que el conjunto de las irregularidades sí afectó los resultados de la elección, modificando la correlación de fuerzas a favor del candidato priísta local.
En respuesta, organizaciones chiapanecas democráticas e independientes trazaron un plan de resistencia civil que incluyó, en diciembre de ese 1994, la toma de posesión de Amado Avendaño Figueroa, director del periódico local El Tiempo y candidato perredista a la gubernatura, como “gobernador en rebeldía”; ello incluyó la entrega del bastón de mando por parte de los pueblos indígenas del estado, los cuales habían decretando su autonomía desde octubre.
En el campo de lo abiertamente militar, Ernesto Zedillo sostenía el discurso de que le importaba alcanzar una paz con justicia y dignidad mediante el diálogo verdadero, pero en la práctica dispuso en tanto Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas todo lo contrario. Así, mientras se esperaba el reinicio de las pláticas de paz, unilateralmente ordenó el cese de la tregua que se había mantenido desde enero de 1994 y en febrero de 1995 ordenó el aumento de presencia militar en Chiapas , con una estancia inicial de 50 mil soldados.
El Gobierno federal parecía estar siguiendo el esquema israelí de combate a la insurgencia: “con una mano o una estrategia, se buscaban negociaciones políticas con el EZLN por parte de la Secretaría de Gobernación, mientras con la otra la Procuraduría General de la República dictaba órdenes de aprehensión en contra de quienes supuestamente conformaban su dirigencia, sin fundamentos jurídicos ni éticos, para dar cobertura judicial a una acción fundamentalmente político-militar en que el Ejército fue utilizado contraviniendo la Constitución”[8].
En tan sólo 15 días, más de 20 mil personas huyeron desplazadas de sus comunidades hacia la selva mientras el Ejército ocupaba el territorio abandonado destrozándolo todo a su paso: la llamada guerra de baja intensidad, doctrina estadounidense heredera de los métodos contrainsurgentes en Centroamérica y otros puntos del planeta, de la cual las invasiones a Granada y Panamá habían sido sus botones de muestra más recientes hasta entonces, se había instalado de lleno no nada más en Chiapas, sino en todo México.
Apenas un mes antes, el EZLN había emitido su Tercera Declaración de la Selva Lacandona, en la cual, luego de citar un manifiesto de Benito Juárez, reivindica que su lucha es nacional y no local, pues “la cuestión indígena no tendrá solución si no hay una transformación radical del pacto nacional”, y hace un llamado a todas las fuerzas sociales y políticas del país a la formación de un Movimiento para la Liberación Nacional. Este movimiento, se supone, lucharía “por la instauración de un gobierno de transición, un nuevo constituyente, una nueva carta magna y la destrucción del sistema de partido de Estado”; para ello, invitaban a la CND y a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, candidato presidencial en 1988 por parte del Frente Democrático Nacional (FDN).[9], a encabezar lo que esperaban se convirtiera en un gran frente opositor.
La persecución y el arresto de la supuesta dirigencia zapatista llamó a la sociedad civil a volcarse de nuevo a las calles; no necesariamente para constituir el Movimiento para la Liberación Nacional, sino para detener la nueva escalada represiva. El resultado inmediato fue la aprobación de la Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas [6] que, por un lado, dio paso a las Mesas de San Miguel, escenario de la firma entre el Gobierno federal y el EZLN del “Protocolo de Bases para el Diálogo y Negociación del Acuerdo de Concordia y Pacificación con Justicia y Dignidad”, punto de partida del diálogo en San Andrés (Larráinzar, para el gobierno; Sakamch’en, para los rebeldes); y, por otro lado, a la organización de lo que el EZLN llamó la Consulta Nacional e Internacional por la Paz y la Democracia.
[editar] Primera consulta primera.
Consulta por la Paz y la Democracia (1995). |
---|
1. ¿Estás de acuerdo en que las principales demandas del pueblo de México son: tierra, vivienda, trabajo, alimentación, salud, educación, cultura, información, paz, seguridad, combate a la corrupción y defensa del medio ambiente?
2. ¿Deben las distintas fuerzas democratizadoras unirse en un amplio frente ciudadano, social y político de oposición y luchar por estas 12 demandas principales? 3. ¿Los mexicanos debemos hacer una reforma política profunda que garantice la democracia? 4. ¿Debe el EZLN convertirse en una fuerza política, independiente y nueva, sin unirse a otras organizaciones políticas? 5. ¿Debe el EZLN unirse a otras organizaciones y, juntos, formar una nueva organización política? 6. ¿Debe garantizarse la presencia y participación equitativa de las mujeres en todos los puestos de representación y responsabilidad en los organismos civiles en el gobierno? |
La Consulta por la Paz y la Democracia vendría a ser la primera que el EZLN haría a los sectores progresistas de la sociedad civil. Ya en abril de 1994, la Coordinadora Nacional de Acción Cívica-Liberación Nacional, conocida por sus siglas como CONAC-LN, cuyo buffet jurídico sería designado por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN como sus abogados por un corto tiempo, había realizado una consulta respecto a los 11 puntos que el mismo EZLN enarbolaba en su Primera Declaración; pero, la consulta de 1995, sería la primera convocada directamente por el Ejército Zapatista.
Las preguntas de esta consulta eran inicialmente cinco; pero, en reconocimiento de la participación equitativa de las mujeres en la vida política y social del país, se incluyó la pregunta de si se estaba o no de acuerdo en que se debía garantizar la presencia y participación equitativa de las mujeres en todos los puestos de representación y responsabilidad en los organismos civiles en el gobierno.
El total de participantes fue de un millón 300 mil, en la Consulta Nacional (que incluyó un ejercicio de Consulta Juvenil para menores de 15 años), y de casi 60 mil en la Internacional, provenientes de 28 países distintos. Las respuestas más claramente definidas fueron las relacionadas con las preguntas 1, 2, 3 y 6; pero en las 4 y 5, donde se preguntaba por la definición que tomaría el EZLN respecto a su futuro político, la votación quedó muy cerrada, determinando que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional debía convertirse en una fuerza política, independiente y nueva, sin unirse a otras organizaciones para juntas formar una nueva organización política.
[editar] Los Acuerdos de San Andrés.
Entre 1995 y 1996, San Andrés Sakamch’en sería escenario de uno de los ejercicios más democráticos que se tenga memoria en la historia reciente de México. Gobierno y EZLN construirían entre estires y aflojes, pero de cara a la sociedad, las propuestas que luego tendrían que verse convertidas en acuerdos para firmar la paz. Para ello, tanto los delegados gubernamentales como los zapatistas se hicieron acompañar de asesores expertos para cada uno de los temas en las mesas; a saber: 1) Derechos y Cultura Indígena; 2) Democracia y Justicia; 3) Bienestar y Desarrollo; 4) Conciliación en Chiapas, y 5) Derechos de la Mujer en Chiapas.
El año de 1996 llegaría con la respuesta política del EZLN acerca de los resultados de la Consulta Nacional e Internacional por la Paz y la Democracia y con la firma de los acuerdos de la primera de las seis mesas. Estos compromisos serían conocidos como los Acuerdos de San Andrés.
La propuesta de ley (que sería elaborada por la COCOPA, una comisión de legisladores de las dos cámaras federales y del congreso local) significaría, entre otros aspectos, el reconociendo constitucional a las comunidades y pueblos indígenas como entidades de derecho público, brindando la posibilidad de que por primera vez en la historia del llamado México Independiente los pueblos indígenas pudieran elegir libre y democráticamente a sus representantes, como lo venían haciendo otros sectores de la población.
Pero nada de esto se vio cumplido. La propuesta de ley presentada por la Comisión de Concordia y Pacificación del Congreso de la Unión, la mencionada COCOPA, no recogía en su totalidad los Acuerdos de San Andrés, firmados tanto por la delegación gubernamental como por la zapatista; pero, como los legisladores dijeron a ambas partes que lo presentado era lo mejor que podían hacer y que si ello no era suficiente mejor renunciarían, el EZLN, dejando en claro que no estaba satisfecho del todo con la propuesta pero mostrando voluntad política, la aceptó.
Por su parte, el Ejecutivo federal, a través del entonces secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, hizo lo mismo: aceptó; pero reservó la última palabra al presidente Zedillo, quien finalmente la desechó al enviar al Congreso una propuesta que maquillaba la presentada por COCOPA y que en nada o en muy poco recogía lo firmado en San Andrés.
[editar] Cuarta declaración de la selva lacandona
Mientras se desarrollaban los diálogos de San Andrés, el EZLN retomó el llamado que había hecho a la sociedad civil en su Tercera Declaración de conformar un frente amplio de oposición. Para ello, y como respuesta a la opinión vertida en torno a la Consulta de 1995, convocó a la construcción de nuevos Aguascalientes como lugares de encuentro entre la sociedad civil y el zapatismo, a la celebración de un encuentro intercontinental por la humanidad y contra el neoliberalismo, a la realización de un foro nacional indígena (del que nacería lo que luego se conocería como Congreso Nacional Indígena) y a la creación de una nueva fuerza política nacional, con base en el EZLN, cuyos integrantes no desempeñarían cargos de elección popular o puestos gubernamentales porque no aspiraría a la toma del poder: el Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN).
Su programa de lucha, descrito en la Cuarta Declaración de la Selva Lacandona, estaría trazado en torno a los ya 13 puntos, contra el sistema de partido de Estado, en aras de un nuevo constituyente y una nueva Constitución Política y a favor de la justicia, la libertad y la democracia en todo y no sólo en lo electoral, es decir, una democracia donde quien mande “mande obedeciendo”:
“Es razón y voluntad de los hombres y mujeres buenos buscar y encontrar la manera mejor de gobernar y gobernarse, lo que es bueno para los más para todos es bueno. Pero que no se acallen las voces de los menos, sino que sigan en su lugar, esperando que el pensamiento y el corazón se hagan común en lo que es voluntad de los más y parecer de los menos, así los pueblos de los hombres y mujeres verdaderos crecen hacia dentro y se hacen grandes y no hay fuerza de fuera que los rompa o lleve sus pasos a otros caminos. Fue nuestro camino siempre que la voluntad de los más se hiciera común en el corazón de hombres y mujeres de mando. Era esa voluntad mayoritaria el camino en el que debía andar el paso del que mandaba. Si se apartaba su andar de lo que era razón de la gente, el corazón que mandaba debía cambiar por otro que obedeciera. Así nació nuestra fuerza en la montaña, el que manda obedece si es verdadero, el que obedece manda por el corazón común de los hombres y mujeres verdaderos. Otra palabra vino de lejos para que este gobierno se nombrara, y esa palabra nombró `democracia' este camino nuestro que andaba desde antes que caminaran las palabras. Los que en la noche andan hablaron: 'Y vemos que este camino de gobierno que nombramos no es ya camino para los más, vemos que son los menos los que ahora mandan, y mandan sin obedecer, mandan mandando. Y entre los menos se pasan el poder del mando, sin escuchar a los más, mandan mandando los menos, sin obedecer el mando de los más. Sin razón mandan los menos, la palabra que viene de lejos dice que mandan sin democracia, sin mando del pueblo, y vemos que esta sinrazón de los que mandan mandando es la que conduce el andar de nuestro dolor y la que alimenta la pena de nuestros muertos. Y vemos que los que mandan mandando deben irse lejos para que haya otra vez razón y verdad en nuestro suelo. Y vemos que hay que cambiar y que manden los que mandan obedeciendo, y vemos que esa palabra que viene de lejos para nombrar la razón de gobierno, de `democracia', es buena para los más y para los menos."[10]
La fundación del FZLN traería consigo la tercera incursión pacífica fuera de territorio chiapaneco de insurgentes zapatistas: la primera había sido en octubre de 1996, cuando la Comandanta Ramona asistiera en representación del EZLN a la primera reunión plenaria del Congreso Nacional Indígena y dirigiera desde el zócalo capitalino un mensaje a la nación con motivo del considerado por algunos Día Continental de Lucha-Grito de los Excluidos; la segunda fue en agosto de ese mismo 1997 en que se fundaba el FZLN, cuando Dalia y Felipe, integrantes de las bases de apoyo del EZLN, acudieron al II Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo, llevado a cabo en distintas ciudades españolas. Esta vez, un hombre y una mujer por cada municipio zapatista, mil 111 en total, acompañarían la celebración que se llevaría a cabo en el Salón Los Ángeles, de la colonia Guerrero, en la Ciudad de México; a unas cuadras de la histórica Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco.
[editar] “Un mundo donde quepan muchos mundos”
[editar] Intergaláctico 1: “Todos somos iguales porque somos diferentes”
En julio de 1996, la Mayor Insurgente Ana María leería en el Aguascalientes 2, Oventic, el discurso de bienvenida al I Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo, el Primer Intergaláctico, a unas 4 mil personas que desde diferentes latitudes del planeta acudieron a la cita que el EZLN hiciera a través de la Primera Declaración de La Realidad, desde el mes de enero; en torno a cinco mesas de trabajo: 1) ¿Qué política tenemos y qué política necesitamos?; 2) La cuestión económica: historias de horror; 3) Todas las culturas para todos. ¿Y los medios? De las pintas al ciberespacio; 4) ¿Qué sociedad que es no es civil?, y 5) En este mundo caben muchos mundos [7].
Como resultado de los trabajos, donde participaron personalidades como Danielle Mitterrand, Eduardo Galeano, Daniel Viglietti, Alain Touraine, Ivon Le Bot, Giselle Halimi, Tessa Brisac, James Petras, Douglas Bravo, Luis Villoro, Ofelia Medina o León Gieco, el EZLN emitió la Segunda Declaración de La Realidad. En ella, las y los anfitriones propusieron tejer redes intercontinentales de resistencia contra el neoliberalismo y por la humanidad, sin estructura, sin mando central y sin jerarquía, y de comunicación alternativa contra el neoliberalismo y por la humanidad; llevar a cabo en sus pueblos, países y naciones la Consulta Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo, que incluía preguntar si suscribían la Segunda Declaración de La Realidad y, por último, realizar el Segundo Intergaláctico en el continente europeo, donde el EZLN participaría directamente.
[editar] Intergaláctico 2: La globalización de la esperanza
En marzo de 1997, durante el Encuentro Europeo por la Humanidad y contra el Neoliberalismo, celebrado en Praga, se llama a la realización del Segundo Intergaláctico, con sedes en Madrid, Cataluña, Ruesta (en Aragón), Almuñecar y El Indiano (en Andalucía), y se informará de una propuesta acerca de llevar a cabo un Tercer Intergaláctico en el Sahara Occidental.
En un comunicado con fecha de julio de 1997, un año después del Primer Intergaláctico, el EZLN manifestaría que acudió al segundo encuentro “a presentar la imagen del otro México, el México indígena, el México rebelde y digno que lucha por ocupar un lugar en la historia junto a todos y no sobre todos, el México que resiste y no se rinde, el México que construye un futuro que no niegue ni se avergüence de su pasado”.
Más de 3 mil personas de 48 países asistieron a la fiesta del Segundo Intergaláctico, y llegaron, entre otras, a las conclusiones de formar una Red Mundial por la Humanidad y contra el Neoliberalismo, que luche contra la Organización Mundial de Comercio (OMC) y contra el Tratado de Maastricht. Tiempo después se crearía Acción Global de los Pueblos (AGP) en 71 países, teniendo entre sus luchas principales ir contra el Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI).
[editar] ¿Qué guerra es esta guerra?
[editar] Mexicanos al grito de netwar
Con su irrupción el 1 de enero de 1994, el EZLN demostraría ser un ejército con capacidad, armamento y estrategias militares, que además tendría la facultad de diluirse en las comunidades indígenas para reposicionarse y organizar la ofensiva en otros frentes. Es entonces cuando el gobierno mexicano solicita de la asesoría estadounidense. Sin embargo, para el Pentágono también hubo sorpresas: los mandos y asesores castrenses norteamericanos se toparon con un ejército que tampoco encajó en sus modelos conocidos de insurgencia y fue necesario que expertos en asuntos estratégicos y militares de México determinaran las características particulares de esta guerrilla con base indígena.
Lo que el grupo de investigadores concluyó fue que el EZLN había estrenado una nueva forma de lucha, la Netwar Social, una especie de respuesta a la guerra psicológica que desarrolla la llamada Guerra de Baja Intensidad (GBI), que vino a eufemizar las famosas operaciones de contrainsurgencia de las décadas de los setenta y ochenta,[11] pues, al ser la meta de esta última el mantener controladas las mentes de su población-objetivo por conducto de la desinformación, con la Netwar Social se busca restituir los lazos de comunicación entre las agrupaciones que luchan por cambiar sus sistemas de explotación nacionales, al tiempo que “apuntan a afectar lo que su antagonista sabe o piensa que sabe no nada más sobre quien lo desafía, sino también sobre él y el mundo que le rodea”.[12]
A decir del estudio, el EZLN tuvo entonces la visión y la capacidad de capitalizar una demanda de paz cada vez más creciente en la ciudadanía ya no únicamente de México, sino también en la de otros países, que miraba lo que sucedía pues inmediatamente las redes de información habían comenzado a propagar "la voluntad pacífica y democrática del zapatismo" en contraposición al "discurso y accionar guerreristas del gobierno", y dieron cuenta de las múltiples violaciones a los derechos humanos que cometían las fuerzas públicas y armadas en nombre de "la unidad y la soberanía nacionales".
Cámaras fotográficas, grabadoras de audio y video, equipos de radiocomunicación electrónica y celular y, por supuesto, computadoras u ordenadores se convirtieron entonces en los principales conductos por los que se transmitirían la palabra y el silencio zapatistas. Así, “los insurgentes se pusieron al frente de las operaciones de información”, lo que provocó que “descentralizaran su organización aún más y desenfatizaran las operaciones de combate para lograr vínculos más firmes con las ONG’s de la sociedad civil global, cuyo enfoque es más informativo que económico, político o militar”; ocasionando a su vez que la rebelión diera un giro enorme para, de ser una guerra popular prolongada tipo maoísta, convertirse en la primera demostración mundial de lo que es la Netwar Social.[13]
[editar] Lealtad, disciplina y obediencia
Contrarias a este ejército que según el Pentágono había creado un nuevo tipo de conflicto bélico; las Fuerzas Armadas (FFAA) en México, por órdenes de su Comandante Supremo, el presidente de la República, actuaban más en una lógica contrainsurgente, propia de la década de los años 70. Así que se vieron en la necesidad de entrar en una dinámica que la administración federal llamó de modernización, pero que los insurgentes y las organizaciones sociales que simpatizaban con su lucha identificaron con el nombre de militarización.
Según algunos analistas, sería durante los sexenios de José López Portillo y Miguel De la Madrid cuando se trastocaría la función que dentro del sistema habían asumido las FFAA, herederas de una revolución popular y, por ende, sin el estilo pretoriano que comparten sus pares en América del Sur, agregando a sus labores de contención para con las protestas sociales, donde la masacre del 2 de octubre de 1968 viene a ser emblemática, el trabajo de eliminar la crítica y legalizar la exclusión de la representación política de una parte de la ciudadanía.
Pero será en el salinismo, donde los juristas al servicio del Estado neoliberal –valga el oxímoron- se encargarían de volver sinónimos conceptos como Seguridad Nacional y Seguridad Pública o Interior, de modo que la presencia del Ejército afuera de sus cuarteles pudiera legalizarse o, más aún, irse legitimando. Y, ya con Ernesto Zedillo en la Presidencia, le tocaría su turno a las reformas en artículos como el 21º y el 73º constitucionales, que serían la piedra angular para que en octubre de 1995 el Senado aprobara la Ley General que Establece la Bases de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública[8], integrando en tareas de policía política lo mismo a las secretarías de Gobernación, Defensa Nacional, Marina y Comunicaciones y Transportes, que a los gobiernos de los 31 estados y del Distrito Federal y la Procuraduría General de la República (PGR).
Paralelamente, las FFAA dispondrían también de más recursos para modernizarse, a razón de un incremento que iba de los 10 mil 352 millones de pesos presupuestado en 1995, a los 23 mil 200.5 millones en 1999, y que para el año 2000 alcanzaría los 28 mil 334.5 millones. Esto repercutió en que el mapa de la militarización se extendería entonces por todo el país, originando una reorganización de las instituciones castrenses en 12 regiones, 41 zonas y 23 guarniciones militares a nivel nacional; implicando con ello la creación de cuatro zonas militares más a las que había en 1994, cuando la irrupción zapatista.
Allí no acabó todo: la llamada modernización de las FFAA incluyó la creación de escuadrones de fuerzas especiales, tipo rangers y boinas verdes estadounidenses, llamados Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales (GAFE's) que, de uno existente en 1998, para 2000 sumaban ya 70; más 36 Grupos Anfibios de Fuerzas Especiales (GANFE's), 3 Brigadas de Infantería, 1 Brigada de Policía Militar, 2 Batallones de Infantería, 1 Regimiento de Caballería Motorizado, 8 Regimientos Mecanizados y 24 Compañías de Infantería no encuadradas nuevas. Al tiempo que la PGR pondría en marcha desde noviembre de 1995 un programa que supuestamente mejoraría el trabajo de la dependencia con la participación activa de militares en todas sus delegaciones estatales y regionales, mismo que llegaría a su punto más alto cuando en diciembre de 1996 mil 493 soldados serían comisionados en varios estados de la República para su apoyo.[14]
Sin embargo, 1999 vendría a ser el año cúspide en la escalada de un fenómeno que parecía tener como punto de partida la incursión de grupos guerrillero como el EZLN, al que ya se le había sumado el Ejército Popular Revolucionario (EPR): el mes de julio, 4 mil 988 elementos de la Tercera Brigada de la Policía Militar, apoyados con 65 vehículos militares, 99 perros y mil 862 armas de fuego, serían transferidos a la entonces recién creada Policía Federal Preventiva (PFP), pilar del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en lo que para muchos investigadores vendría a ser la muestra más evidente de militarización del país.
Calificados por el entonces secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco Altamirano, como elementos “altamente especializados”, los nuevos “policías” habían sido los mismos que patrullaron las calles de la delegación Iztapalapa del Distrito Federal, entre 1996 y 1997: cuando los militares se hicieron cargo de la policía, en la ciudad de México se denunciaban 679 delitos al día, al regresar a sus cuarteles la cifra había aumentado a 701 cada 24 horas.[15]
[editar] "Mas si osare un extraño enemigo"
Aprovechando la coyuntura originada por estos y otros resultados, el Pentágono, que había venido estrechando las relaciones bilaterales con México en materia de seguridad hemisférica desde julio de 1995 con la Cumbre de Williamsburg, Virginia, y con la posterior visita del secretario de Defensa estadounidense, William J. Perry, a tierras mexicanas, empezó a manejar oficialmente la posibilidad de llevar a cabo maniobras conjuntas entre las que se contemplaba la expansión del programa International Military Education and Training (IMET) para México, con un costo de 500 mil a un millón de dólares.[16] Dicha cifra pronto se vería rebasada, cuando el IMET alcanzara los 3 millones de dólares y, en 1997, la administración Clinton destinara otros 83 millones en ayuda militar a México; sin contar los 27 millones 466 mil dólares entregados en 1998 y los 24 millones 799 mil que otorgó el Congreso estadounidense para 1999, año en que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional celebraba su Consulta por el Reconocimiento de los Derechos de los Pueblos Indios y contra la Guerra de Exterminio.
Finalmente, no sólo los presupuestos militares en México registraron aumentos; también el número de militares mexicanos recibiendo entrenamiento en el extranjero crecería considerablemente. Países como Rusia, Ucrania, Guatemala, Israel, España, Alemania, China, Francia, Inglaterra, Argentina, Bélgica, Chile, Japón, Panamá, El Salvador, Canadá, Venezuela, Italia, Perú, Bolivia, Brasil y Estados Unidos alojarían en sus instalaciones castrenses a por lo menos 4 mil 173 oficiales, desde 1978 a 1999; de los cuales, a decir del propio Pentágono, 3 mil lo harían en bases y cuarteles estadounidenses, sólo desde 1996. Una de las instalaciones preferidas por el gobierno mexicano de Ernesto Zedillo para el adiestramiento de sus soldados serían las de Fort Benning, Georgia, sede de la entonces llamada United State Army School of Americas (USARSA), mejor conocida como la Escuela de las Américas.
[editar] La Escuela de las Américas
Responsable de la formación militar de diez dictadores latinoamericanos de la talla de Hugo Bánzer, en Bolivia o Lucas García, en Guatemala, la USARSA es conocida también por haber entrenado a soldados del Ejército salvadoreño involucrados en asesinatos como el de monseñor Óscar Romero, seis jesuitas de San Salvador o la masacre de El Mozote, donde perdieron la vida cientos de civiles desarmados.
Los primeros oficiales mexicanos que cursaron en la USARSA (rebautizada en febrero de 2001 como WHINSEC)[17] llegaron hacia el año de 1953, cuando ésta se llamaba Escuela del Caribe del Ejército de los Estados Unidos y se encontraba en Fort Gulick, Panamá.
De 1953 a 1960, un total de 96 soldados del Ejército mexicano participaron en cursos de la USARSA, siendo uno de los más notables el entonces teniente Juan López Ortiz, quien años después, ascendido a general, sería el encargado de combatir al Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Ocosingo, en cuyo mercado público serían ejecutados sumariamente cinco zapatistas prisioneros a principios de enero de 1994.
Entre 1961 y 1990, 723 oficiales mexicanos asistieron a la USARSA para tomar, entre otros, los cursos de “Adiestramiento”, “Operaciones de Selva, “Contrainsurrección”, “Guerra irregular”, “Operaciones antidrogas”, “Operaciones psicológicas”, “Contrainsurgencia urbana” y “Contrainteligencia”. Algunos de ellos llegarían a ocupar posiciones importantes al interior de las Fuerzas Armadas durante la década de los noventa: Gastón Menchaca Arias, sería comandante de la 31ª Zona Militar, con sede en Rancho Nuevo, Chiapas; Miguel Leyva García, estaría al mando del 83º Batallón de Infantería, también de la 31ª Zona Militar, y se haría “famoso” en informes sobre violaciones de los derechos humanos en Guerrero durante las acciones en contra del Ejército Popular Revolucionario (EPR); José Luis Ruvalcaba, llegaría a ser comandante de la Base de Operaciones Mixtas de la VII Región Militar en Chiapas; Edmundo E. Leyva Galindo, se convertiría en comandante de la 27ª Zona Militar, en Acapulco, Guerrero; Adrián Maldonado Ramírez, comandaría la 33ª Zona Militar, en Chilpancingo, y sería destituido un mes después de la masacre de Aguas Blancas, en 1995; Mario Delfino Palmerín Cordero, señalado como participante de la llamada guerra sucia por ex miembros de la Liga Comunista 23 de Septiembre, sería comandante tanto de zona como de región en Oaxaca; Luis Montiel López, acusado por uno de los capos del llamado Cartel del Golfo de ser su cómplice “al más alto nivel”, sería comandante de la Zona Militar de Chihuahua cuando, siendo gobernador del estado el panista Francisco Barrio, se encontraron los primeros cuerpos de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez; José Domingo Ramírez Garrido Abreu, llegaría a ser comandante de la XII Región Militar, en Guanajuato, y jefe de la Región Militar con sede en Tapachula, Chiapas, cuando el EZLN salió a la luz pública. Unos años después, estos tres hombres figurarían junto con Mario Renán Castillo Fernández, comandante de la VII Región Militar en Chiapas entre 1994 y 1997, en la lista de posibles secretarios de Defensa Nacional del llamado “gobierno del cambio”, el de Vicente Fox Quesada.
Pero antes, el gobierno de Ernesto Zedillo, a pesar de todos estos antecedentes, haría de México el país con más miembros de sus fuerzas armadas en el mundo recibiendo adiestramiento por parte de militares estadounidenses hacia finales del Siglo XX. Únicamente de 1991 a 1997, 957 oficiales mexicanos cursaron en USARSA; de ellos, 839 lo harían durante el sexenio zedillista, y se estimaba que al terminar 1999 unos 3 mil 200 soldados que integraban los GAFE's y los GANFE's habían recibido instrucción castrense en Estados Unidos.[18].
Sin embargo, eso no sería todo. A principios de febrero de 1998, William S. Cohen, entonces jefe del Pentágono, informaría al Congreso de su país que “en septiembre de 1997, el cuadro de Distribución y Subvenciones nombró a 74 instructores [de los cuales] 2 son parte del Personal Exchange Program (PEP), un programa de intercambio ‘uno por uno’ de personal de los EE.UU. con personal de otro país. El PEP proporcionó dos instructores de América Latina a USARSA en reciprocidad con dos personas de los Estados Unidos, quienes enseñan en Honduras y México”.
¿Qué enseñaban los instructores de la otrora Escuela de las Américas a los militares mexicanos? El 20 de septiembre de 1994, las Fuerzas Especiales de Estados Unidos habían publicado el Manual de Campo 31-20-3: defensa interna extranjera, tácticas, técnicas y procedimientos para fuerzas especiales; editado en Fort Bragg. El manual tomaba como punto de partida un “análisis histórico, sociológico, económico, político y religioso” elaborado por otro mexicano egresado de USARSA, el general José Rubén Rivas Peña, que serviría de directriz para la creación del Plan de Campaña Chiapas 94. Entre sus disposiciones, el Chiapas 94 prescribe la cooptación secreta de ciertos sectores de la población civil para la creación de fuerzas de autodefensa, conocidas también como grupos paramilitares. Precisamente, al general Mario Renán Castillo se le señalaría como “padrino” de uno de esos grupos.
Según algunos analistas, entre mayo y diciembre de 1997 ocurrieron unos 30 sucesos violentos en las comunidades de Yaxjemel, Quextic, Pechiquil, Yabteclum, Los Chorros, Colonia o Ejido Puebla, La Esperanza, Polhó, Tzanembolom, Majomut, Canolal, Yibeljoj, Aurora Chica, Takiukum, Chimix, entre otros; donde estuvieron involucrados por lo menos unos siete grupos paramilitares. Todos estos eventos vendrían a significarse hacia el 22 de diciembre como la crónica de una masacre anunciada: la de Acteal.
[editar] Entre Acteal y El Bosque
En diciembre de 1997, mientras el Gobierno federal y el EZLN, a pesar de que aún no se hubiera cumplido lo acordado en la mesa anterior sobre derechos y cultura indígena, continuaban sentados en la Mesa de Democracia y Justicia, segunda de los diálogos de San Andrés, un grupo de aproximadamente 60 hombres vestidos con uniformes de campaña negros arribaría en camionetas de la Secretaría de Desarrollo Social al lugar donde entre 200 y 300 personas, refugiadas políticas de la organización Sociedad Civil Las Abejas, rezaban en favor de la paz y del pronto regreso a sus comunidades de origen.
Los hombres, entrenados y acompañados por efectivos del Ejército federal, dispararían sin misericordia sobre la gente, que además estaba en ayuno, por poco más de seis horas, persiguiéndola en cuevas, barrancas y cualquier otro sitio donde intentaran esconderse. Cuando a eso de las 17:00 horas la policía (que se encontraba desde las 10:30, hora en que inició el ataque, a unos 200 metros del lugar de los hechos), decidió entrar a la comunidad de Acteal, en el municipio de Chenalhó, Chiapas, lo primero que hicieron fue levantar los cuerpos ya sin vida para que de aparecer la prensa no los viera. No les serviría de nada, conforme se fueron uniendo las piezas sueltas que distintos informantes dejaron sueltas a partir de sus testimonios se iría descubriendo el grado de complicidad de todas las fuerzas armadas gubernamentales, policías o militares, apostadas en el estado.
El resultado de ésta, la muestra más evidente y dolorosa de la guerra de exterminio orquestada por el gobierno mexicano en contra de quienes simpatizan con el zapatismo, fue de nueve hombres, 21 mujeres y 15 niños asesinados. Cuatro de las mujeres cursaban además entre 10 semanas y cinco meses de embarazo, y sus verdugos, no conformes con quitarles la vida, les abrieron el vientre para arrancarles las semillas que hasta esa mañana germinaban en ellas; sus entrañas quedarían regadas por las paredes y el suelo como enmudecido testimonio de lo que puede llegar a ser capaz la barbarie humana.
Por el número de víctimas y sus edades, pero también por las características del crimen: al más puro estilo de los grupos de kaibiles entrenados por militares estadounidenses en su guerra de intervención en El Salvador; la matanza de Acteal obligó una vez más a los sectores progresistas de la llamada sociedad civil a salir a las calles, hacer acto de presencia en la comunidades de desplazados o realizar las más variadas acciones de solidaridad. De manera destacada, sin ser zapatistas, estuvieron tanto la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas y su obispo, Samuel Ruiz García, quien no quitaba el dedo del renglón hacia la consecución de la paz, como el Gobierno en Rebeldía y su mandatario, el periodista Amado Avendaño, comprometido realmente con la democracia y la lucha autonómica de los pueblos indígenas chiapanecos. Sin embargo, esto no sería suficiente para detener la guerra de exterminio que se cebaba sobre las comunidades indígenas pertenecientes a los municipios autónomos zapatistas.
Taniperla. El 11 de abril, un operativo policial, militar y migratorio desmantela la sede del municipio autónomo zapatista Ricardo Flores Magón. Decenas de indígenas son detenidos y 12 extranjeros provenientes de Bélgica, Estados Unidos y España que hacían labores de observación para la paz son extraditados. Un campamento castrense y un retén policial se instalan en el centro de la comunidad y a su amparo crece en la zona el grupo paramilitar llamado por sus siglas MIRA (Movimiento Indígena Revolucionario Antizapatista).
Amparo Aguatinta. El 1 de mayo, un operativo policial, militar y migratorio de más de mil efectivos desmantela la sede del municipio autónomo zapatista Tierra y Libertad, con un saldo de 63 detenidos, tres heridos, tres mujeres violadas y 140 desplazados. Un campamento militar y varios retenes policiales se instalan en los accesos y en el pueblo. Los miembros del Concejo que no van a la cárcel son perseguidos. Los nuevos patrullajes siembran el miedo en la población y cientos de familias son desplazadas.
Nicolás Ruiz. A las 6 de la mañana del 3 de junio más de dos mil efectivos de la policía y del ejército rodean el pueblo de Nicolás Ruiz, en el municipio del mismo nombre, caracterizado por ser de oposición al PRI y haber apoyado al EZLN. Las fuerzas armadas llegaron disparando gases lacrimógenos e incursionaron con violencia en el centro de la población, golpearon a varias mujeres embarazadas, decenas de personas y niños fueron heridos e intoxicados, las casas fueron registradas sin órdenes de cateo, y todo el dinero y pertenencias de valor fueron saqueados.
San Juan de la Libertad. Tras ocupar la sede del municipio autónomo zapatista en El Bosque, el 10 de junio miles de soldados y policías penetran a las comunidades de Chavajeval y Unión Progreso, en el municipio autónomo zapatista de San Juan de la Libertad, y abren fuego contra los campesinos causando la muerte a nueve indígenas zapatistas bases de apoyo. La gente atemorizada huyó de sus casas y se adentró en el monte. El resultado fue más de mil desplazados, pertenencias robadas y saqueadas, templos y capillas profanadas, animales muertos, cosechas destruidas y robadas también todas las identificaciones personales que existían en las viviendas de la gente.
En tan sólo un año, el costo de la militarización y la guerra de exterminio, amén de los 28 mil millones de pesos mexicanos que el Gobierno federal destinó para apoyar a los gobiernos oficiales de los municipios ubicados en la zona del conflicto, arrojaría nada más en Chiapas un saldo de por lo menos 64 expulsiones de ciudadanos extranjeros, provenientes de Italia, Suiza, España, Noruega, Francia, Estados Unidos y Canadá, entre otros países; 172 operativos policiacos, militares y paramilitares (con la participación del Ejército federal, agentes judiciales, de Seguridad Pública del estado y del Instituto Nacional de Migración, así como de militantes del PRI, PT, PFCRN); casi 500 desplazados, 296 detenidos, 28 heridos, 17 asesinatos y seis casos de violaciones a mujeres. En la mayoría de los casos con participación de las mentadas “fuerzas de autodefensa”, verdaderos grupos paramilitares.
Entre los grupos paramilitares operando en Chiapas, además del priísta Máscara Roja, a quien se le responsabiliza de la masacre en Acteal, se encuentran: Paz y Justicia (dirigido por el entonces diputado local priísta Samuel Sánchez Sánchez). Los Chinchulines, conocido públicamente como Frente Juvenil Revolucionario “Luis Donaldo Colosio”, apoyados por el ex gobernador Elmar Setzer Marseille y aliados de los dirigentes municipales en Chilón de los partidos del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN), Demócrata Chiapaneco (PDCH) y Acción Nacional (PAN). Los Degolladores, relacionados incluso con cuestiones de “brujería”. Alianza San Bartolomé de los Llanos, compuesto por comuneros de los barrios El Paraíso, El Grijalva, El Convento, San Pedro y 3 de Marzo; algunos comerciantes, propietarios y terratenientes de la región y militantes del PFCRN y las llamadas Fuerzas Armadas del Pueblo. Movimiento Indígena Revolucionario Antizapatista, con nexos con el diputado federal priísta Norberto Santiz López. Tomás Muntzer, considerado más un grupo de pistoleros y “guardias blancas” al servicio de los terratenientes de la región, que un grupo paramilitar, en su mayoría priístas. Los Tomates, con presencia en el municipio de Bochil. Los Quintos, que se dieron a conocer en el municipio de Venustiano Carranza a raíz de una agresión contra el perredista Comité de Campesinos Pobres. Los Plátanos, priístas vinculados a los diputados de su partido Alonso López Gómez y Norberto Santiz López. Los Chentes, asentados a un costado de la Base Militar de Los Sabines. Los Puñales, grupo de priístas de la comunidad La Floresta, municipio de Comitán, con apoyo del Ejército federal y la policía de Seguridad Pública. Justicia Social, comandada por los priístas Hernán Villatoro, Horacio Enríquez Escobar e Israel Molina Santiago. La Organización Clandestina Revolucionaria (OCR), guardias blancas que decían tener apoyo del gobernador en turno para poseer armas y hacer con ellas “lo que les viniera en gana”. Los Aguilares, considerado más un grupo de familiares delincuentes; asociado, eso sí, con Paz y Justicia y Los Chinchulines.[19]
[editar] Quinta declaración de la selva lacandona
El 12 de marzo de 1999, 5 mil hombres y mujeres, insurgentes del EZLN, saldrían de los cinco Aguascalientes zapatistas (centros de encuentro político y cultural entre los sectores progresistas de la sociedad civil y el zapatismo) con rumbo a los más de 2 mil municipios del territorio nacional a promover la Consulta Nacional por el Reconocimiento de los Derechos de los Pueblos Indios y por el Fin de la Guerra de Exterminio, que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional convocó en su Quinta Declaración de la Selva Lacandona desde julio de 1998, en el marco del incumplimiento gubernamental de los llamados Acuerdos de San Andrés y la escalada guerrerista emprendida por el Ejército federal, las policías locales del estado de Chiapas y los grupos paramilitares.
Esta vez, las preguntas versarían sobre si se debían o no reconocer los derechos de los pueblos indígenas, si se debían o no cumplir los Acuerdos de San Andrés, si se debía o no retirar el Ejército federal a sus cuarteles y si se debía o no “mandar obedeciendo”. Para ello se llegarían instalar unas 20 mil casillas en torno a las cuales participarían alrededor de casi 28 mil personas de la sociedad civil en la promoción y organización, así como en la certificación de los resultados, que el 21 de marzo, día de las votaciones, recogieron el parecer de 2 millones 854 mil 737 personas en México; 58 mil 378, en el extranjero.
Más de dos mil brigadas serían registradas a lo largo y ancho del país, y 265 en otros 29 países, en un despliegue sin precedentes de organización, movilización, seguridad e ingenio de la llamada sociedad civil mexicana, al margen de los partidos políticos; los cuales, dicho sea de paso, también se preparaban para la elección de sus candidatos presidenciales.
La Consulta de 1999 significará también un acercamiento y el contacto directo entre el EZLN y otros sectores (empresarios, ganaderos, barzonistas, priístas, sacerdotes, religiosas, indígenas y no indígenas, obreros, campesinos, hasta una buena participación de miembros del ejército), que por una u otra razón se habían mantenido al margen del conflicto; implicará así mismo una vez más el rompimiento del cerco mediático gubernamental en torno de la lucha, la palabra y el pensamiento zapatistas, y se convertirá, después de los mismo diálogos de San Andrés, en la muestra más determinante de que la democracia es un ejercicio y no sólo un discurso en toda la praxis zapatista.
Por otra parte, la Consulta llegaría a ser una demostración de fuerza y de capacidad organizativa de la sociedad civil progresista, y un claro mensaje de ésta a todos los niveles de gobierno de que no apostaba por la guerra, pero tampoco estaba dispuesta a que se le escamoteara la posibilidad de una nación con libertad, justicia y democracia verdaderas. Causa de ello fue que en algunas entidades, aunque no las suficientes, las organizaciones pudieron presionar a los medios de difusión a dar una cobertura más o menos objetiva de los trabajos de las y los delegados zapatistas; se hizo una mejor difusión respecto a los contenidos de los Acuerdos de San Andrés que incluyó hasta el montaje de pequeñas puestas en escena, y se construyó un amplio escenario de participación social, cultural y política de sectores generalmente dejados de lado, como mujeres y menores de 18 años, criterio que en México determina la mayoría legal de edad y por ende la “llegada” a la ciudadanía.
Para la sociedad civil y los movimientos de izquierda que en ella se aglutinan, entre las lecciones quizás más importantes de la Consulta están la certeza de que se puede trabajar en colectivo, independientemente de las diferencias de corte ideológico; la experiencia de que el respeto y la tolerancia pueden y deben ser parte de la praxis política; la demostración de que es posible organizarse sin necesidad de acudir a apoyos gubernamentales, y que dicha organización no necesita de momentos coyunturales que la limiten a ser mera reacción, sino acción vanguardista; el reconocimiento de que para la construcción de la democracia no bastan las marchas, los mítines y demás manifestaciones públicas por sí solas, que éstas deben de acompañarse del trabajo desde las bases, desde abajo.
[editar] De máscaras y silencios
Entre marzo de 1999 y julio de 2000, el EZLN pareció disminuir su presencia en los medios de comunicación, lo cual fue leído como “el silencio zapatista”. Sin embargo, este “silencio” no era tal. Haciendo un breve seguimiento de las cartas, documentos y comunicados zapatistas se puede observar que en lo que al proceso autonómico toca, si bien es cierto que quien hasta ese momento había sido el vocero del EZLN, el Subcomandante Marcos, parecía estar “callado”, no sucedía igual con las autoridades de los llamados MAREZ, los Municipios Autónomos en Rebeldía Zapatistas, ni con el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN, pues eran reiteradas sus denuncias acerca de las continuas agresiones que el Gobierno federal dirigía en contra de las comunidades zapatistas o simpatizantes de su lucha autonómica.
Por otro lado, el llamado “silencio zapatista” se rompería también cuando se celebraron encuentros como el Segundo Intergaláctico en España o el Segundo Americano por la Humanidad y contra el Neoliberalismo, en Belem Do Pará, Brasil; y no faltarán los saludos e intervenciones zapatistas y de su propio vocero para con artistas y trabajadores de la cultura, en octubre de 1999, o miembros varios de la sociedad civil reunidos “contra la militarización”, en junio de 2000.
Pero la muestra más clara de que no existía el llamado “silencio zapatista” se tendría de cara a la huelga general estudiantil estallada en abril de 1999 en la máxima casa de estudios del país, la Universidad Nacional Autónoma de México, y ante el pretendido desalojo por parte del Ejército federal de los pobladores de Amador Hernández, una comunidad zapatista que impedía la construcción de una carretera cuya intención parecía ser el saqueo sistemático de la reserva natural en Montes Azules.
[editar] El ¡Ya basta! Estudiantil
El 20 de abril de 1999, estallaría una huelga en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), encabezada por estudiantes que contaron con el apoyo de buena parte de los investigadores y académicos universitarios, así como de la mayoría de padres y madres de familia. El movimiento estudiantil, representado por el Consejo General de Huelga (CGH), declararía en un comunicado que recuerda en cierta manera la redacción de la primera declaración zapatista ser garante “de una de las conquistas más importantes de las luchas revolucionarias de 1910, y de los movimientos estudiantiles de 1929, 1966, 1968, 1987 y 1992 que defendieron y refrendaron este derecho: la gratuidad de la educación”, y demandaría el cumplimiento de un pliego petitorio que pedía la abrogación del Reglamento General de Pagos (RGP), la creación de “un espacio de diálogo y resolución sobre los problemas que enfrenta la Universidad”, el retiro de sanciones y castigos a quienes participaron del movimiento, la recuperación de días de clase invertidos en el movimiento, la anulación de todo tipo de vínculo con el Centro Nacional de Evaluación (CENEVAL), a quien se le responsabiliza de que miles de estudiantes fueran rechazados por la UNAM año con año, y la derogación de las reformas de 1997, que impedían el “pase automático” y la prioridad en la elección de carrera a quienes llegaban del bachillerato de la UNAM, entre otros aspectos.
A los pocos días de estallada la huelga, las posiciones entre quienes estaban a favor y quienes estaban en contra del movimiento y el CGH se habrían de radicalizar. Por un lado, a favor de la privatización de la educación superior, estarían el entonces todavía rector de la UNAM, Francisco Barnés de Castro, y algunos ex rectores recientes, así como casi todas las autoridades académicas y administrativas universitarias; el Gobierno federal y los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI), y los medios masivos de comunicación, en especial las televisoras privadas. Por otro lado, a favor del derecho a la educación pública y gratuita, estarían madres y padres de familia organizados ya en una asamblea, un número importante de profesores y académicos, comunidades universitarias de otras escuelas del país, organizaciones sociales y movimientos de izquierda, incluyendo al Ejército Popular Revolucionario (EPR), que hizo su aparición a raíz de la masacre de junio de 1995 en Aguas Blancas, Guerrero, y el EZLN; así como algunos medios impresos de comunicación, entre los que destacaría el diario La Jornada.
Pronto, la represión sería el pan de cada día, participando de ella lo mismo fuerzas policiacas tanto del Distrito Federal como del Estado de México, que grupos de “porros”, el equivalente estudiantil a los grupos paramilitares en términos contrainsurgentes, aunque con menos capacidad de fuego y acción. La escalada represiva enfrentaría al movimiento y al CGH con el gobierno de la Ciudad de México, encabezado por el perredista Cuauhtémoc Cárdenas, a quien los estudiantes declararían persona non grata.
Dado que el CGH contó siempre con el apoyo del Frente Zapatista y se hizo presente en Amador Hernández para hacer frente al Ejército federal, el EZLN le manifestaría su apoyo incondicional de manera reiterada. Pero, para finales de 1999 el movimiento estudiantil se presentaría cada vez más dividido y con menos apoyos de la sociedad civil y la izquierda partidista. Con todo, el 12 de noviembre Barnés de Castro presentaría su renuncia y sería reemplazado por el hasta ese momento secretario de Salud de Ernesto Zedillo, Juan Ramón De la Fuente. Sin embargo, los cambios no ayudarían de mucho, pues el 11 de diciembre la represión subiría de tono y serían detenidos 98 estudiantes que habían participado en una manifestación frente a la embajada de Estados Unidos, reivindicando las protestas en Seattle contra la Organización Mundial de Comercio.
El 2000, año electoral, traería consigo la fragmentación del movimiento y su arrinconamiento, que vendrían de la mano de un plebiscito convocado por parte de Rectoría para pulsar la opinión de la comunidad universitaria respecto a la llamada “Propuesta Institucional”, del mismo rector. Diversas voces de personalidades del ámbito cultural se expresaron a favor del plebiscito e hicieron un llamado al CGH a aceptar sus resultados, pues, decían, el movimiento ya había ganado y de no levantar la huelga podría perderse incluso la propia Universidad.
Finalmente, la madrugada del 6 de febrero de 2000 elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) irrumpirían en la máxima casa de estudios violentando la autonomía universitaria y detendrían a poco más de 700 activistas en una acción que mucho tendría de operativo militar. No sería sino hasta el 23 de abril, que los 3 mil 100 elementos de la PFP que patrullaron Ciudad Universitaria desde el mes de febrero abandonarían las instalaciones para dar paso al reinicio de las actividades académicas y administrativas.
[editar] Julio 2: el ascenso de la derecha
Con el reposicionamiento político que la movilización en el entorno de la Consulta de 1999 le otorgó, el EZLN se colocaría en el patio de butacas del gran teatro de la lucha electoral por la toma del poder y observaría los acontecimientos que enmarcarían las elecciones federales del año 2000. Aquella jornada electoral del 2 de julio, el sistema político de partido de Estado sostenido en la siamésica relación entre el presidente y el PRI, sufriría un golpe para muchos imposible de remontar: el candidato panista a la Presidencia, ex gobernador de Guanajuato y ex gerente de Coca Cola en México, Vicente Fox Quesada, por su propio esfuerzo y apoyándose más en estrategias mercadotécnicas que en la estructura de su partido, ganaría la carrera hacia Los Pinos. El EZLN no podía hacer menos que reconocer el triunfo en las urnas del candidato de la Alianza por el Cambio y saludaría su actitud pacifista manifestada desde el primer día de su gestión, con el repliegue, que no retiro, del Ejército federal en la zona de conflicto, la designación del ex cocopo Luis H. Álvarez como Comisionado Gubernamental para la Paz y el anuncio de enviar la iniciativa de COCOPA al Congreso.
Para el EZLN, Fox no representaba un cambio real en las relaciones entre gobernantes y gobernados; así que le solicitará tres señales como muestras de voluntad pacífica y política. Una de ellas, la desmilitarización, quedaría reducida al retiro y cierre de sólo siete posiciones de las Fuerzas Armadas federales, cuando según el mismo EZLN hacia diciembre de 1999 había un total de 259 puntos geográficos en Chiapas controlados por el Ejército mexicano. La demanda, según declararía el EZLN en voz de la Comandanta Esther, había sido cumplida; a pesar de que no significó sino el reacomodo de puestos, bases y campamentos en otras zonas de la entidad.
Otra sería la liberación de todos los zapatistas presos en cárceles de Chiapas y otros estados; pero ésta se cumpliría a medias, pues si bien algunos de ellos alcanzarían la libertad, otros seguirían detenidos “por el grave delito de ser zapatistas”. Esto implicaba además violaciones tanto a la Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas [9] como a la Ley de Amnistía, por parte del gobierno panista y su Ejecutivo, cuyo jefe habría de olvidar su frívola promesa de campaña de “resolver el conflicto chiapaneco en 15 minutos”; lejos de cumplir con su compromiso, el primer presidente no priísta en 70 años apostaría por continuar con la estrategia contrainsurgente de quienes le antecedieron en la silla presidencial.[20]
La tercera, que en realidad era la primera, sería el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés con base en la aprobación de la iniciativa de reformas constitucionales que en materia de derechos y cultura indígena había elaborado la COCOPA, y para darle una ayudadita anunciaría la realización de la Marcha por la Dignidad Indígena, mejor conocida como la Marcha del Color de la Tierra.
Ante éste anuncio, los sectores más conservadores pondrían el grito en el cielo, pues veían en la marcha una suerte de bola de nieve que conforme avanzara hacia su destino se iría haciendo más grande, reactivándose la movilización social a favor del cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés y quedando en evidencia aquellos legisladores que le habían estado apostando a conservar sus cotos de poder, cometiendo lo que Luis González Souza llamaría “terrorismo legislativo”, “burla al electorado” y “traición a correligionarios”, y no se equivocaban.[21]
[editar] La Marcha del Color de la Tierra
[editar] De Jovel al Anáhuac
Trazando una suerte de caracol en las regiones, sur, sureste y centro del país, 23 comandantes y comandantas del CCRI-CG del EZLN y un subcomandante, representantes de las etnias tzotzil, tzeltal, tojolabal, chol, zoque, mame y mestizo, se dirigieron a la Ciudad de México protagonizando la siguiente de muchas demostraciones de la voluntad zapatista para con la firma de una paz digna y verdadera.
David, Eduardo, Tacho, Gustavo, Zebedeo, Sergio, Susana, Omar, Javier, Filemón, Yolanda, Abraham, Isaías, Daniel, Bulmaro, Míster, Abel, [[Fidelia], Moisés, Alejandro, Esther, Maxo, Ismael y Marcos recorrería entre el 24 de febrero y el 11 de marzo de aquel 2001 los estados de Chiapas (saliendo de San Cristóbal de Las Casas), Oaxaca, Puebla, Hidalgo, Tlaxcala, Michoacán (donde asistirán al III Congreso Nacional Indígena, en Nurío), Querétaro, Estado de México y Morelos; para, luego de seguir la ruta que Zapata y el Ejército Libertador del Sur tomaran en 1914, llegar al Distrito Federal y tener un acto central en la Plaza de la Constitución, frente a Palacio Nacional.
Un ejemplo de lo sucedido a lo largo del recorrido lo tenemos en una carta que leyera el Subcomandante Marcos en la capital del estado de Morelos, tierra de Emiliano Zapata, General en Jefe del Ejército Libertador del Sur y, según la carta de Marcos, “Mando Supremo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional”. Después de una larga espera, amenizada por músicos de la entidad que entonaban las composiciones más variadas sobre los Acuerdos de San Andrés y la importancia de que fueran respetados, el vocero zapatista pediría a los francotiradores panistas, émulos de los soldados a las órdenes de Guajardo, no disparar hasta que terminara de leer la mentada carta, supuestamente escrita por el mismo Emiliano Zapata.[22]
En ella, el discurso zapatista echaría mano una vez más de su herencia histórica y de su aportación burlona e irreverente a los movimientos de izquierda; hablaría de Fox como de Madero, quien “después de la dictadura quería que todo siguiera igual, o sea que no cambiara nada”, y lo mismo haría con el PRI y Porfirio Díaz. Citaría textualmente al Caudillo del sur para decir que está “resuelto a luchar con todo y contra todos sin más baluarte que la confianza, el cariño y el apoyo de mi pueblo…”, y agregará que “estos muchachos y muchachas [del EZLN] no se van a rendir ni se van a vender. Pero lo más importante es que no van a perder. Y no van a hacerlo porque yo [Zapata] les he enseñado todo lo que sabemos quienes tenemos a Morelos como cuna y destino”. Ante una audiencia que con cada palabra cabía cada vez menos en sí, como si de lo que se tratara aquello fuera de una fiesta, el Subcomandante zapatista terminaría la lectura con la misma frase con que Zapata había rubricado el Plan de Ayala noventa años antes: “los que no tengan miedo, que pasen a firmar”... cuatro años después, el EZLN en voz escrita del mismo Marcos parecerá decir esto mismo de nuevo respecto a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
La Marcha del Color de la Tierra concluiría en la Ciudad de México, centro político aunque no geográfico del país, con la participación de la delegación zapatista en la máxima tribuna de la nación: el Congreso de la Unión. Allí, ante la ausencia de la mayoría de los legisladores correligionarios del presidente de la República, la Comandanta Esther y los comandantes David, Zebedeo y Tacho, hablarían al pueblo de México y a algunos de sus representantes en el parlamento, con “palabra de verdad y respeto”.
[editar] “Mi voz no faltó al respeto a nadie, pero tampoco vino a pedir limosnas”
El mensaje central de los zapatistas en el Congreso de la Unión estaría a cargo de la Comandanta Esther; en él, la comandanta hablaría de la situación de la mujer indígena y pondría el dedo en la llaga de la deuda histórica que como nación se tiene para con los pueblos indígenas:
“Mi nombre es Esther, pero eso no importa ahora. Soy zapatista, pero eso tampoco importa en este momento. Soy indígena y soy mujer, y eso es lo único que importa ahora."[23]
La Comandanta Esther también reconocerá que el anuncio de la desocupación militar de Guadalupe Tepeyac, La Garrucha y Río Euseba, y las medidas para que ello se cumpliera no podían pasar desapercibidas para el EZLN: “Las armas zapatistas no suplirán a las armas gubernamentales”.
Ofreció garantías a la población civil de que la fuerza militar zapatista no sería empleada para dirimir conflictos o desacuerdos, e invitaba a la sociedad civil nacional e internacional para que instalara campamentos de paz y puestos de observación civil y certificar así que no habría presencia armada de los zapatistas.
Y solicitó al Congreso de la Unión que facilitase “un lugar dentro de su espacio para que se dé, si así lo acepta el comisionado gubernamental de paz, este primer encuentro entre el gobierno federal y el enlace del EZLN”. La puerta del diálogo parecía abrirse de nuevo.
“Cuando se reconozcan constitucionalmente los derechos y la cultura indígenas de acuerdo a la iniciativa de ley de la COCOPA, la ley empezará a unir su hora a la hora de los pueblos indios. Los legisladores que hoy nos abren puerta y corazón tendrán entonces la satisfacción del deber cumplido. Y eso no se mide en cantidad de dinero, pero sí en dignidad. Entonces, ese día, los millones de mexicanos y mexicanas y de otros países sabrán que todos los sufrimientos que han tenido en estos días y en los que vienen no fueron en vano."
Y, antes de pasar la palabra a los tres comandantes que compartirían con ella palabra y estrado, a modo de despedida, remató:
“Señoras y señores legisladoras y legisladores: Soy una mujer indígena y zapatista. Por mi voz hablaron no sólo los cientos de miles de zapatistas del sureste mexicano, también hablaron millones de indígenas de todo el país y la mayoría del pueblo mexicano. Mi voz no faltó al respeto a nadie, pero tampoco vino a pedir limosnas. Mi voz vino a pedir justicia, libertad y democracia para los pueblos indios. Mi voz demandó y demanda reconocimiento constitucional de nuestros derechos y nuestra cultura. Y voy a terminar mi palabra con un grito con el que todas y todos ustedes, los que están y los que no están, van a estar de acuerdo: ¡Con los pueblos indios! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!”
[editar] Se cierra la puerta
El 25 de abril, tras el regreso de la comandancia zapatista a Chiapas, el Senado de la República aprobaría con el voto unánime de los cuatro partidos políticos con presencia en la cámara alta (PAN, PRI, PRD y PVEM), un dictamen de ley que retomaría en lo sustancial la propuesta enviada por el presidente Vicente Fox en su papel de jefe del Poder Ejecutivo al Congreso de la Unión; es decir, una iniciativa de ley que dejaba de lado elementos fundamentales de la propuesta elaborada por la COCOPA, como el reconocimiento de las comunidades indígenas como entidades de derecho público, el acceso de manera colectiva al uso y disfrute de los recursos naturales de sus tierras y territorios, y el respeto a la libre determinación de los pueblos indígenas; entre otros.
Tres días después, la Cámara de Diputados aprobaría el dictamen de ley llegado desde la cámara alta, aunque esta vez con los votos en contra de cinco legisladores priístas oaxaqueños y los del PRD y PT en su conjunto. El siguiente paso sería la aprobación del dictamen de ley por los congresos en los estados, lo que sucedería a pesar de que los parlamentos locales de las dos entidades con mayor población indígena (Oaxaca y Chiapas), así como los de Guerrero, Baja California Sur, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Sinaloa, San Luis Potosí y Zacatecas la hubieran rechazado. De esta suerte, los congresos de Baja California, Campeche, Chihuahua, Colima, Coahuila, Durango, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Nayarit, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Tabasco, Sonora y Veracruz postergarían el pago de la deuda histórica que la nación mexicana tiene para con sus pueblos originarios.
El siguiente y último paso que restaba era la publicación de la reforma constitucional en materia indígena en el Diario Oficial de la Federación (DOF); es entonces cuando el movimiento indígena nacional, que había venido demandando el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, echaría mano de una serie de recursos jurídicos que serían interpuestos por municipios, congresos y comunidades ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), rechazando la llamada contrarreforma indígena; vendría entonces un cúmulo de controversias constitucionales, acciones de inconstitucionalidad y juicios de amparo.
El 14 de agosto se publicaría en el DOF la reforma foxista en materia de derechos y cultura indígena y ello llevaría al movimiento indígena a elevar sus pronunciamientos y denuncias en instancias internacionales. Sin embargo, la SCJN, negando la admisión de pruebas periciales y testimoniales que las autoridades indígenas tenían derecho a presentar, y dando muestras de una insensibilidad y una cerrazón totales, el 6 de noviembre notificaría una resolución negativa a las reclamaciones presentadas, declarando la improcedencia de 322 controversias esgrimiendo que no tenía facultad de control sobre el poder Legislativo.[24]
Con la resolución de la SCJN, se cerraba, pues, la última puerta del Estado mexicano a aquellos que en el Artículo 4º de su Carta Magna reconocía como su propio sustento originario: los pueblos indígenas.
[editar] Aguascalientes
Hacia 1994, en el marco de su llamado a la Convención Nacional Democrática, el EZLN se dio a la tarea de construir un espacio para facilitar el encuentro político y cultural con los sectores de la sociedad civil que según los zapatistas habían detenido la escalada de la guerra unos meses antes. A ese espacio le llamó Aguascalientes, en memoria del estado que abrigara a finales de 1914 a la Soberana Convención Revolucionaria donde se dieron cita, entre otras, las fuerzas más progresistas de la llamada revolución mexicana: los magonistas, los villistas y los zapatistas.
En medio de la ofensiva gubernamental zedillista de febrero de 1995, el Ejército federal avanzó sobre las posiciones zapatistas, entre las que se encontraba la comunidad de Guadalupe Tepeyac, donde el EZLN hiciera la entrega del general retirado Absalón Castellanos al entonces comisionado Manuel Camacho Solís. Guadalupe Tepeyac sería arrasada y su población desplazada a la montaña; y el que fuera el primer Aguascalientes zapatista, sería desmantelado completamente y convertido en cuartel-burdel.
Será hasta finales de 1995 cuando el EZLN propondrá de nuevo a la sociedad civil la construcción de nuevos Aguascalientes, como símbolo de resistencia y rebeldía. Para 1996, los Aguascalientes I (La Realidad), Aguascalientes II (Oventic), Aguascalientes III (La Garrucha), Aguascalientes IV (Morelia) y Aguascalientes V (Roberto Barrios), serán las sedes de las iniciativas político-culturales del zapatismo de ese año: Foro Nacional Indígena, Encuentro Nacional de Comités Civiles para el Diálogo Nacional, Foro Especial para la Reforma del Estado, Primer Encuentro Americano contra el Neoliberalismo y por la Humanidad y Primer Intergaláctico. No será extraño que estos centros culturales, que contaban con auditorios, clínicas de salud, letrinas, bañeras, bibliotecas, gradas, dormitorios, estuvieran siempre rodeados por campamentos y bases del Ejército federal.
Fuera de Chiapas, otros Aguascalientes serían inaugurados por diversas expresiones de la sociedad civil zapatista: CLETA, una organización cultural que entiende el quehacer dentro de las artes escénicas como una posición política necesariamente de izquierda, haría del espacio tomado a la UNAM en la Casa del Lago el primero de ellos; luego, el Frente Popular Francisco Villa-Independiente, en una unidad habitacional construida también sobre terrenos tomados, abriría el Aguascalientes El Molino, donde en septiembre de 1997 se hospedarían los mil 111 zapatistas que acudirían a la Ciudad de México para la fundación del FZLN.
En enero de 1996, el recién electo gobernador en rebeldía de Chiapas, Amado Avendaño, inauguraría otro Aguascalientes en Tijuana, Baja California. En el corazón de Ciudad Universitaria, construido por estudiantes que en su mayoría habían participado de la huelga de 1999-2000 en la UNAM, estaría el Aguascalientes Espejo de Agua, donde la comandancia zapatista daría un mensaje a jóvenes y estudiantes del país en el marco de la Marcha del Color de la Tierra, y lo mismo pasaría en Xochimilco, donde un colectivo de organizaciones indígenas fundarían otro Aguascalientes.
Más efímeros y hasta simbólicos serían el Aguascalientes en Cuernavaca, inaugurado por Genaro, uno de los delegados zapatistas que visitaron tierras morelenses en marzo de 1999 con motivo de la consulta de ese año, y el Aguascalientes del Ángel de la Independencia, en la Ciudad de México. Ambos funcionarían sólo como espacios de información acerca de las declaraciones de la Selva Lacandona y los Acuerdos de San Andrés, así como mesas de votación; luego desaparecerían.
Mucho más activos serían los Aguascalientes en el extranjero; la inauguración de uno de ellos, el de Madrid, en octubre de 2002, daría paso a la convocatoria zapatista de que los pueblos vasco y español celebraran el encuentro Una oportunidad a la palabra, y suscitaría un debate sin precedentes en torno a la lucha independentista de Euskal Herria a partir de que en una carta enviada a Ángel Luis Lara, alias El Ruso, el Subcomandante Marcos llamara “imbécil” a José María Aznar, entonces presidente del Gobierno español; “estreñido” a Juan Carlos I, rey de España, y “payaso grotesco” a Fernando Baltasar Garzón Real, magistrado de la Audiencia Nacional española.
[editar] Caracoles
Entre el 8 y 10 de agosto de 2003, en el hasta entonces Aguascalientes de Oventic, se celebraría la fiesta del nacimiento de los Caracoles y las Juntas de Buen Gobierno (JBG) zapatistas, como culminación de una serie de cambios surgidos en el EZLN y los 27 Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ). La decisión surgiría luego de un largo ejercicio de análisis crítico y autocrítico sobre cómo habían funcionado hasta entonces los MAREZ y los Aguascalientes, los problemas que habían enfrentado y su relación con la sociedad civil mexicana e internacional, y supondría un avance importante en el proceso autonómico que el zapatismo abrazó para con las comunidades y pueblos indios del país, al recoger lo suscrito por el Gobierno federal y el EZLN en los Acuerdos de San Andrés; aunque estos no hayan sido recogidos en la ley correspondiente sobre cultura y derechos indígenas aprobada en abril de 2001.
Las JBG, conformadas por uno o dos delegados de los Concejos Autónomos de los MAREZ, estarían vigiladas por el CCRI-CG del EZLN, para evitar actos de corrupción, intolerancia, arbitrariedades, injusticia y desviación del principio zapatista de “mandar obedeciendo”, y tendrían, entre otras, la tarea de contrarrestar el desequilibrio en el desarrollo de los municipios autónomos y de las comunidades; mediar en los conflictos que pudieran presentarse entre municipios autónomos, y entre estos y municipios gubernamentales; atender las denuncias contra los Concejos Autónomos por violaciones a derechos humanos, protestas e inconformidades, investigar su veracidad, ordenar a los Concejos Autónomos la corrección de estos errores y vigilar su cumplimiento; atender y guiar a la sociedad civil nacional e internacional para visitar comunidades, llevar adelante proyectos productivos, instalar campamentos de paz, realizar investigaciones que dejen un beneficio a las comunidades y cualquier otra actividad permitida en comunidades rebeldes.
Cada uno de los Caracoles sería entonces algo así como la administración regional de un conjunto de MAREZ. Sin embargo, seguirían siendo funciones exclusivas de gobierno de estos y no de los Caracoles la impartición de justicia, la salud comunitaria, la educación, la vivienda, la tierra, el trabajo, la alimentación, el comercio, la información y la cultura y el tránsito local. Así, pues, morían los Aguascalientes zapatistas para dar vida a un proyecto de mayor embargadora. El anterior Aguascalientes de La Realidad, de zapatistas tojolabales, tzeltales y mames, se llamará CARACOL MADRE DE LOS CARACOLES DEL MAR DE NUESTROS SUEÑOS, su JBG Selva Fronteriza se llamará "Hacia la Esperanza” y agrupará los MAREZ General Emiliano Zapata, San Pedro de Michoacán, Libertad de los Pueblos Mayas y Tierra y Libertad; el otrora Aguascalientes de Morelia, de zapatistas tzeltales, tzotziles y tojolabales, se llamará CARACOL TORBELLINO DE NUESTRAS PALABRAS, su JBG Tzots Choj se llamará “Corazón del Arcoiris de la Esperanza” y agrupará a los MAREZ 17 de Noviembre, Primero de Enero, Ernesto Ché Guevara, Olga Isabel, Lucio Cabañas, Miguel Hidalgo y Vicente Guerrero; el hasta entonces llamado Aguascalientes de La Garrucha, de zapatistas tzeltales, se llamará CARACOL RESISTENCIA HACIA UN NUEVO AMANECER, su JBG Selva Tzeltal se llamará “El Camino del Futuro” y agrupará a los MAREZ Francisco Gómez, San Manuel, Francisco Villa y Ricardo Flores Magón; el Aguascalientes conocido como de Roberto Barrios, de zapatistas choles, zoques y tzeltales, se llamará CARACOL QUE HABLA PARA TODOS, su JBG Zona Norte de Chiapas se llamará “Nueva Semilla que va a Producir”, y agrupará a los MAREZ Vicente Guerrero, Del Trabajo, La Montaña, San José en Rebeldía, La Paz, Benito Juárez y Francisco Villa; por último, el Aguascalientes de Oventic, de tzotziles y tzeltales, se llamará CARACOL RESISTENCIA Y REBELDIA POR LA HUMANIDAD, su JBG Altos de Chiapas se llamará “Corazón Céntrico de los Zapatistas delante del Mundo” y agrupará a los MAREZ San Andrés Sacamch’en de los Pobres, San Juan de la Libertad, San Pedro Polhó, Santa Catarina, Magdalena de la Paz, 16 de Febrero y San Juan Apóstol Cancuc.[25]
Toda esta reorganización política y social tendría que tener obviamente repercusiones en el terreno de lo militar; así, a partir de se mismo 9 de agosto, primero también de las transmisiones de “Radio Insurgente. Voz del EZLN” desde los 5.8 megahertz en onda carta de banda de 49 metros, se levantarían todos los retenes zapatistas eliminando los cobros a particulares en caminos y carreteras en los territorios rebeldes y sólo se revisarían los vehículos que estuvieran traficando madera, drogas o armas, o, por exigencia de las mujeres, introduciendo alcohol. Pero no nada más: el EZLN declararía que no podría ser la voz de las JBG; porque, como diría más tarde en su Sexta Declaración de la Selva Lacandona: “vimos que el EZLN con su parte político-militar se estaba metiendo en las decisiones que le tocaban a las autoridades democráticas, como quien dice ‘civiles’. Y aquí el problema es que la parte político-militar del EZLN no es democrática, porque es un ejército, y vimos que no está bien eso de que está arriba lo militar y abajo lo democrático, porque no debe de ser que lo que es democrático se decida militarmente, sino que debe ser al revés: o sea que arriba lo político democrático mandando y abajo lo militar obedeciendo”.
Más todavía, en su carácter de mando militar, el Subcomandante Insurgente Marcos declararía que en consecuencia los Consejos Autónomos no podrían recurrir a fuerzas milicianas del EZLN para las labores de gobierno: “deberán, por tanto, esforzarse en hacer como deben hacer todos los buenos gobiernos, es decir, recurrir a la razón y no a la fuerza para gobernar. Los ejércitos deben usarse para defender, no para gobernar. El trabajo de un ejército no es ser policía o agencia de ministerio público”.
Finalmente, desde el ahora Caracol Resistencia y Rebeldía por la Humanidad, en lo que sería un claro mensaje no sólo a la nación, sino a todos los pueblos del mundo, el Comandante Brus Li leería lo que sería conocido como el Plan La Realidad-Tijuana, en clara alusión al neoliberal Plan Puebla Panamá, proponiendo siete acuerdos comunes y siete demandas nacionales.
Entre los primeros están: respeto a la autonomía e independencia de las organizaciones sociales de obreros, campesinos, indígenas, mujeres, ancianos, homosexuales, lesbianas, transexuales, trabajadoras y trabadores sexuales, empleados jóvenes, niñas y niños, colonos, pequeños comerciantes, deudores, artistas, intelectuales, religiosos; promoción de las formas de autogobierno y autogestión en todo el territorio nacional de acuerdo con los modos de cada quien; promover la rebeldía y la resistencia civil y pacífica frente a las disposiciones del mal gobierno y los partidos políticos; dar solidaridad total con el agredido y no con el agresor; formar una red de comercio básico intercomunidades y promoción del consumo básico en locales y comercios nacionales, dando preferencia al pequeño y mediano comercio, y el llamado comercio informal; defensa conjunta y coordinada de la soberanía nacional y oposición frontal y radical a las inminentes privatizaciones de la energía eléctrica y al petróleo, y de otros recursos naturales; y, formar una red de información y cultura, y demandar de los medios de comunicación información verdadera, completa, oportuna y balanceada, crear medios de información locales y establecer redes regionales y nacionales de defensa y promoción de la cultura local, regional y nacional, y de las ciencias y las artes universales.[26]
Entre las segundas propusieron: como la tierra es de quien la trabaja, luchar en defensa de la propiedad ejidal y comunal de la tierra y la protección y defensa de los recursos naturales; trabajo digno, con salario; vivienda digna; salud pública y gratuita; alimentación y vestido a bajo costo; educación laica y gratuita, y respeto a la dignidad de la mujer, de la niñez y de las y los ancianos.[27]
Tres años después, los resultados estarían a la vista de quien quisiera verificarlos: 600 promotores y promotoras de salud, que se preparan en anatomía, fisiología, sintomatología, diagnóstico y tratamiento y, sobre todo, en medicina preventiva, higiene personal y colectiva y talleres de vacunación, y que atienden también enfermedades parasitarias y respiratorias; 500 casas de salud comunitarias con botiquines de medicinas básicas de farmacia y de herbolaria; 1 clínica-hospital con quirófano, consultorio dental, laboratorio de análisis clínicos, un área de oftalmología y otra de ginecología, laboratorio de herbolaria, farmacia y cuartos de hospitalización; 2 hospitales; 8 clínicas municipales, 1 de ellas con consultorio dental, laboratorio de análisis clínicos (donde se practican biometrías hemáticas, exámenes de orina, coproparasitoscópicos y otras pruebas básicas, además de exámenes de gota gruesa debido al paludismo y la tuberculosis en la zona) y ambulancia; 4 clínicas municipales que ofrecen consulta gratuita y, cuando hay, medicina también gratuita; laboratorio de herbolaria y casa de alimentos conservados, para 300 mujeres yerberas, hueseras y parteras capacitadas; promotores y promotoras en agroecología y veterinaria.[28]
Mil delegados y promotores y promotoras de educación, en 13 centros de capacitación, 7 de los cuales pertenecen el programa educativo “Organización para la Nueva Educación Autónoma Indígena por la Paz y la Humanidad”, donde se estudia Producción, Educación política, Educación artística, Cultura, Lecto-escritura, Salud, Deportes, Matemáticas, Historia y Lenguas (español y materna), materias elaboradas por 200 educadores y educadoras de los 7 MAREZ que conforman el Caracol de Morelia; 200 escuelas comunitarias en resistencia, una con biblioteca; 8 escuelas secundarias, 1 perteneciente al Sistema Educativo Rebelde Autónomo Zapatista de Liberación Nacional (SERAZLN), donde se estudia Lenguaje y comunicación, Matemáticas, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, Humanismo (filosofía del zapatismo), Lengua materna (tzotzil) y Producción, y como parte de la graduación se hacen tareas de agroecología, educación en primarias, apoyo a oficinas de comercialización, trabajo en farmacias, etcétera, en el Caracol de Oventic; 1 Centro Cultural de Educación Tecnológica Autónoma Zapatista.[29]
Tres bodegas de abastecimiento que atiende a cientos de tienditas comunitarias, zapatistas y no zapatistas; cooperativas autónomas de café orgánico, bordados, artesanías; talleres de tecnología en zapatería; Centro de Comercio Nuevo Amanecer; auditorios; 1 café internet (tienda-cafetería-internet-comedor) “Cyber-pozol”; cafetería “El paliacate”; una casa editorial, Ediciones Autónomas en Rebeldía, con publicaciones propias; 1 sistema de medios de comunicación autónomo, con estación de radio regional (donde participa una locutora base de apoyo zapatista) y taller para elaboración de video; y, transmitiendo en la frecuencia de 6.0 megahertz en la banda de los 49 metros de onda corta, “Radio Insurgente, la voz de los sin voz. Voz oficial del EZLN”; cuya programación abarca temas de salud, educación autónoma, derechos y trabajo colectivo de las mujeres, cuentos para niñas y niños, campañas contra el alcoholismo, lectura de comunicados del EZLN, audioteatros sobre la resistencia y la autonomía, barra de noticias y, como platillo fuerte, un cuento creado, producido y narrado por el Subcomandante Marcos, que se escucha en Guatemala, El Salvador, Nicaragua y el resto de Centroamérica.[30]
En cuanto a la participación de las mujeres, en el Caracol de La Realidad, por ejemplo, nada más hay una mujer en la JBG; de los 100 promotores de educación, 6 son mujeres, y sólo hay 7 promotoras de salud. En el Caracol de Oventic, únicamente se han graduaron alrededor de 10 mujeres del SERAZLN, una de las cuales es coordinadora del mismo, y ellas son quienes coordinan las cooperativas de bordados y artesanías. En el Caracol de Morelia hay una mujer por cada Concejo Autónomo. En el Caracol de Roberto Barrios, 33 mujeres son responsables de la organización de las cooperativas de tejidos y bordados, crianza de cerdos y pollos, panadería, tiendas de abarrotes, artesanías, corte y confección y hortalizas.[31]
[editar] 20 y 10, el fuego y la palabra
Luego de la creación de los Caracoles zapatistas en agosto de 2003, el EZLN entró a una fase que fue interpretada como de “silencio”. Sin embargo, como en otras ocasiones, el “silencio zapatista” no lo sería del todo. El 10 de noviembre de ese mismo año el Ejército Zapatista haría público el inicio de su campaña para conmemorar los 20 años que llevaba de fundado y los 10 años que tenía de haber salido a la luz pública.
Como parte de los festejos, el Subcomandante Marcos hablaría de las “siete etapas” históricas del zapatismo desde noviembre de 1983 y se realizarían mesas de reflexión sobre el zapatismo y las realidades de otras y otros: campesinos, estudiantes, obreros, jóvenes, mujeres, pueblos indígenas, maestros, etcétera.
Fuera de ello, el zapatismo apenas se manifestará saludando las movilizaciones mundiales en contra de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y se dedicará a consolidar el trabajo político, social, cultural, económico y organizativo del proceso autonómico, a través de las JBG y los MAREZ; pero guardará “silencio” acerca de la mayoría de los temas nacionales y sobre la casi totalidad de los acontecimientos internacionales, lo cual le ganaría una vez más fuertes críticas por parte de analistas y politólogos a quienes les parecía una falta de congruencia que el EZLN, con su carácter altermundista y de algún modo nacionalista, no se expresara públicamente al respecto.
El primer aniversario del nacimiento de los Caracoles zapatistas vendría acompañado de una serie de comunicados llamados “Leer un video”, en clara alusión a los videoescándalos protagonizados por la clase política, en particular por los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Verde Ecologista de México (PVEM). En ella, el EZLN informaría de las finanzas de las JBG con recursos provenientes de la sociedad civil mexicana e internacional; de los resultados en materia de salud, educación, alimentación, tierra, vivienda y democracia; de algunas decisiones que han tomado las JBG en cuestiones de conservación de bosques, siembra, tráfico, comercialización y consumo de drogas; así como tránsito de vehículos, tráfico de indocumentados y elecciones locales; haría una nueva defensa de los Acuerdos de San Andrés, y reconocería públicamente “dos fallas, errores o faltas […] que ya parecen ser crónicas en nuestro quehacer político (y que contradicen flagrantemente nuestros principios): el lugar de las mujeres, por un lado, y por el otro, la relación de la estructura político-militar con los gobiernos autónomos”.
En relación al lugar de las mujeres, el EZLN declararía:
"A pesar de que las mujeres zapatistas han tenido y tienen un papel fundamental en la resistencia, el respeto a sus derechos sigue siendo, en algunos de los casos, una mera declaración en papel. La violencia intrafamiliar ha disminuido, es cierto, pero más por las limitaciones del consumo de alcohol que por nueva cultura familiar y de género […] Es una vergüenza pero hay que ser sinceros: no podemos aún dar buenas cuentas en el respeto a la mujer, en la creación de condiciones para su desarrollo de género, en una nueva cultura que les reconozca capacidades y aptitudes supuestamente exclusivas de los varones. Aunque se ve que va para largo, esperamos algún día poder decir, con satisfacción, que hemos conseguido trastocar cuando menos este aspecto del mundo. Sólo por eso valdría la pena todo."[32]
A cerca de la relación de la estructura político-militar con los gobiernos autónomos:
Lo que sí es ‘aportación’ (mala por cierto) del EZLN a las comunidades y a su proceso de autonomía, es la relación de la estructura político-militar con los gobiernos civiles autónomos. Originalmente, la idea que teníamos era que el EZLN debía acompañar y apoyar a los pueblos en la construcción de su autonomía. Sin embargo, el acompañamiento se convierte a veces en dirección, el consejo en orden... y el apoyo en estorbo. Ya antes he hablado de que la estructura piramidal jerárquica no es propia de las comunidades indígenas. El hecho de que el EZLN sea una organización político-militar y clandestina contamina todavía procesos que deben y tienen que ser democráticos."[33]
Estas dos fallas, asegura el EZLN, "requieren de nuestra atención especial y, por supuesto, de medidas que las contrarresten. No se pueden achacar al cerco militar, a la resistencia, al enemigo, al neoliberalismo, a los partidos políticos, a los medios de comunicación, o al mal humor que suele acompañarnos en las mañanas cuando no está la piel que deseamos".
Luego, en otra serie de tres comunicados con el título “La velocidad del sueño”, el EZLN adelantaría de algún modo el llamado que haría una año más tarde en su Sexta Declaración de la Selva Lacandona: “Frente a la pesadilla, no basta despertar. La vigilia puede florecer en el sueño. El impreciso sueño zapatista. Pero, ¿cuál es la velocidad del sueño? No lo sé. En nuestro sueño, el mundo es otro, pero no porque algún ‘deux ex machina’ nos lo vaya a obsequiar, sino porque luchamos, en la permanente vela de nuestra vela, porque ese mundo se amanezca. Nosotros, los zapatistas, sabemos a cabalidad que no tendremos, ni nosotros ni nadie, la democracia, la libertad y la justicia que necesitamos y merecemos, hasta que, con todos, la conquistemos todos”.
El “silencio zapatista” se llenará entonces de los sonidos que surgirán del saludo al pueblo chileno, el llamado a reconcentrar algunas comunidades indígenas hostigadas, el abrazo póstumo a Manuel Vázquez Montalbán, la indignación por los asesinatos de Digna Ochoa y Pável González y el anuncio de una serie de partidos de futbol entre el EZLN el Inter de Milán.
[editar] Sexta declaración de la selva lacandona
En febrero de 2005, en un comunicado que llamaba “a todos a que se manifiesten, en su tiempo, lugar y modo, en contra de esa injusticia” que fue el desafuero contra el entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, como parte de una larga intentona por parte de la derecha mexicana para evitar, primero, que fuera candidato a la presidencia de la República y, segundo, presidente electo; el EZLN adelantaría lo que en junio de 2005 sería la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.:
"Cuando se ve a la izquierda no hay que dirigir la mirada hacia arriba, sino hacia abajo. Lo de arriba es sólo una claudicación con curules y gobiernos, disfrazada de moderna sensatez. La geografía de la izquierda (ojo: hablo del México de principios del siglo XXI) se extiende abajo y suele estar lejos del frenesí de arriba. Y hablo entonces de la izquierda de abajo, la marginada por esa ‘izquierda’ de arriba que tanto agrada a la derecha."[34]
Meses después, como prefacio a la sexta declaración, el vocero zapatista haría pública la opinión del EZLN respecto a las elecciones; pero no sólo: el Subcomandante Marcos hablaría, sobre todo, de los tres partidos políticos que teniendo registro legal contaban con más posibilidades de que su candidato fuera declarado electo a la presidencia de la República en una suerte de “geometría imposible del poder”: el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).[35]
El texto sería considerado por lo menos como “demasiado fuerte” por parte de no pocos politólogos y analistas; en particular para con el ya abanderado perredista, el mismo Andrés Manuel López Obrador, para quien el jefe militar zapatista dedicó calificativos que iban desde que era “espejo de Carlos Salinas de Gortari”, “operador del reordenamiento neoliberal” o el “huevo de la serpiente que anida en el gobierno de la Ciudad de México”.
Aunque a los demás partidos y sus entonces candidatos, el EZLN también dedicó una buena caterva de epítetos que los desacreditaban, la mayoría de estos estaban dedicados al PRD, según Marcos, el “partido de los errores tácticos”; a modo de un deslinde contundente “porque, en el gatopardismo de arriba, una definición no clara se convierte en un apoyo explícito”.
Al PRI, por ejemplo, le llamaría el partido del “desarrollo estabilizador”: el de la represión a los médicos, los ferrocarrileros, los electricistas; el de la matanza del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971; el de la guerra sucia en los setentas y ochentas; el de las devaluaciones; el de los fraudes electorales; el del robo, el despojo, el fraude, el asesinato a obreros, campesinos, estudiantes, maestros, empleados; el del solitario Aburto y el aún más solitario Colosio; el del inicio de la pesadilla en Ciudad Juárez; el de “firmo un acuerdo y no lo cumplo”; el de la imposición de las políticas neoliberales que han destruido los cimientos de México; el del voto por el desafuero; el del crimen organizado en partido político. A Roberto Madrazo, su candidato a la presidencia, lo trataría de “un gángster sin escrúpulos que ha pasado de planear la eliminación de sus contrincantes a planear su seguridad para que no lo asesinen a él [pues] el PRI no tiene ligas con el crimen organizado, él forma parte de la dirección de los carteles del narcotráfico, del secuestro, de la prostitución, del tráfico de personas”.
Al PAN lo señalaría como el partido de “la nostalgia”: la nostalgia por el OPUS DEI, el MURO, la ACJM y Canoa; la nostalgia por Maximiliano, Carlota, Elthon John y el tiempo en que fuimos Imperio; la nostalgia por la aspirina dominical administrada desde el púlpito del pederasta; la nostalgia por la quema de las boletas de la elección de 1988 y el cogobierno con el PRI. Y a Santiago Creel, el precandidato que perdería la elección interna de su partido frente a un Felipe Calderón que cuando era presidente de su partido se alió con el PRI para aprobar que los pasivos del Fobaproa (entre los que se encontraban millonarios pagos no saldados de instituciones bancarias) se convirtieran en deuda pública endosada al pueblo mexicano, le llamó el gris “croupier” que encabeza “la constelación de mediocres” que conformaban la lista de candidatos presidenciales panistas.
Pero al PRD, creado tras el fraude de 1988 que le arrebatara a su candidato, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, el triunfo electoral ante el entonces candidato priísta, Carlos Salinas de Gortari; y que desde entonces se autocalificara como un partido de izquierda y, por ende, antineoliberal (lo que le ganaría el asesinato de más de 500 militantes durante los siguientes dos sexenios) le echaría en cara sus “errores tácticos” en cuanto a: aliarse al PAN en algunos estados y al PRI en otros, la contrarreforma indígena y los paramilitares de Zinacantán, Rosario Robles y los videos escándalos, el hostigamiento y la represión al movimiento estudiantil de la UNAM en 1999, aprobar la "ley Ebrard" y la "ley Monsanto" o ceder el Zócalo de la Ciudad de México a los monopolios de espectáculos.
Los “errores tácticos”, expresión que el líder zapatista retomaría de las declaraciones de los mismos dirigentes perredistas en el Congreso de la Unión luego de que sus bancadas aprobaran en abril de 2001 la ley foxista en materia de derechos y cultura indígenas, incluirían también la importación de la llamada "tolerancia cero" neoyorquina en la Ciudad de México y su consecuente persecución a jóvenes, homosexuales y lesbianas por el "delito" de ser diferentes; la traición a la memoria de sus muertos, hacer candidatos a sus asesinos y reciclar a los desaforados de las candidaturas priístas; la manipulación de las muertes de Digna Ochoa y Pável González para halagar a la derecha; así como el cortejo vergonzante para con los sectores más reaccionarios del clero; la alianza con el narcotráfico en el Distrito Federal y hacer equipo con los salinistas.
La respuesta, tanto de priístas, panistas y perredistas como de quienes en distintas ocasiones se habían manifestado como simpatizantes del zapatismo, no se hizo esperar. Los priístas y panistas optaron por burlarse de lo dicho por los zapatistas y reciclaron incluso viejas demandas como su persecución y encarcelamiento; los perredistas apostaron, o bien por el enfrentamiento de opiniones, o por el silencio y la evasiva totales a discutir con el EZLN, y sus propios simpatizantes se dividieron entre reclamarle lo duro de su crítica a la única opción, para muchos real, de que la izquierda llegara a ser gobierno nacional y entre el llamado a entender en su justa dimensión lo puesto en la mesa por el zapatismo: si “arriba”, independientemente de los partidos y sus colores, “reinan la indecencia, la desfachatez, el cinismo, la desvergüenza”; “abajo [era ya] hora de empezar a luchar para que todos esos que allá arriba desprecian la historia y nos desprecian, rindan cuentas, para que paguen”.
En medio de tanto encono, el EZLN decretaría una alerta roja general, que consistiría en cerrar los Caracoles zapatistas y las oficinas de las Juntas de Buen Gobierno, así como la evacuación de sus miembros y de las autoridades de los Municipios Autónomos en Rebeldía Zapatistas; la suspensión por tiempo indefinido de las transmisiones de Radio Insurgente; el exhorto a la sociedad civil nacional e internacional a abandonar territorio rebelde, con carácter de obligatorio en el caso de menores de edad, y el cierre del Centro de Información Zapatista, el cual venía funcionando desde cinco años atrás. Así también, el EZLN declararía que desde mediados de 2002 había entrado en un proceso de reestructuración de su composición político-militar y que dicha reorganización había terminado; y, además, que la alerta roja tenía como motivo iniciar una consulta a sus bases para dar un nuevo paso en su lucha, “un paso que implica, entre otras cosas, arriesgarse a perder lo mucho o poco que se ha logrado, y a que se agudicen la persecución y el hostigamiento en contra de las comunidades zapatistas”. Dicha consulta se terminaría, según anuncio del mismo EZLN, seis días más tarde; con ello se levantaría la alerta roja, reabriendo los Caracoles y reanudando sus actividades las JBG, lo mismo que los concejos de los MAREZ.
[editar] De izquierda, anticapitalista y antineoliberal
El sexto mes de 2005 no terminaría sin que se hiciera pública la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Esta vez el EZLN no convocaría, por razones obvias, a los Poderes de la Unión ni al líder moral de partido político alguno; tampoco a una sociedad civil cuya participación no ha ido, salvo importantes aunque contadas ocasiones, más allá de la mera simpatía. Por primera vez, de manera abierta, llamaría a conformar un movimiento con base en el zapatismo, declaradamente de izquierda, anticapitalista y antineoliberal; que no sólo lucharía por los derechos colectivos de los pueblos indígenas, sino por un nuevo pacto social que incluya a explotados y desposeídos, trabajadoras y trabajadores del campo y la ciudad, incluyendo migrantes en Estados Unidos.
En la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, el EZLN sostendría que el capitalismo “todo lo convierte en mercancías, hace mercancías a las personas, a la naturaleza, a la cultura, a la historia, a la conciencia”, y que el neoliberalismo “es la idea de que el capitalismo está libre para dominar todo el mundo […] es como la teoría, el plan de la globalización capitalista”. Agregaría que en México, el neoliberalismo “no ha mejorado la economía, al contrario, el campo está muy necesitado y en las ciudades no hay trabajo […] también cambió a la clase política, o sea a los políticos, porque los hizo como que son empleados de una tienda, que tienen que hacer todo lo posible por vender todo y bien barato […] hasta que no quede nada de México y nuestro país sólo sea como un terreno baldío o un lugar para su diversión de los ricos de todo el mundo, y los mexicanos y mexicanas estemos como sus sirvientes, pendientes de qué se les ofrece, mal viviendo, sin raíces, sin cultura, sin Patria”.
Por ello, no sin aclarar que lo que quieren decir no es que la política no sirva, sino que “esa política”, la dictada por el neoliberalismo, no sirve, los zapatistas refrendarán públicamente su compromiso de luchar pacíficamente y de “no hacer ningún tipo de relación secreta con organizaciones político-militares nacionales o de otros países”; “defender, apoyar y obedecer a las comunidades indígenas zapatistas que lo forman y son su mando supremo, sin interferir en sus procesos democráticos internos y en la medida de sus posibilidades, contribuir al fortalecimiento de su autonomía, buen gobierno y mejora de sus condiciones de vida”.
Así también, dijeron que en el plano internacional harían “más relaciones de respeto y apoyos mutuos con personas y organizaciones que resisten y luchan contra el neoliberalismo y la humanidad”; que, en la medida de sus posibilidades, mandarían apoyos materiales como alimentos o artesanías “para los hermanos y hermanas que luchan en todo el mundo”: maíz y gasolina o petróleo para los pueblos cubano, boliviano y ecuatoriano, y bordados y café orgánico a Europa; que organizarían otros encuentros intercontinentales.
En el ámbito nacional, escucharían y hablarían “directamente, sin intermediarios ni mediaciones, con la gente sencilla y humilde del pueblo mexicano y, según lo que vamos escuchando y aprendiendo, vamos a ir construyendo, junto con esa gente que es como nosotros, humilde y sencilla, un programa nacional de lucha”; construir o reconstruir “otra forma de hacer política, una que otra vuelta tenga el espíritu de servir a los demás, sin intereses materiales, con sacrificio, con dedicación, con honestidad, que cumpla la palabra, que la única paga sea la satisfacción del deber cumplido”, y “levantar una lucha para demandar una nueva Constitución o sea nuevas leyes que tomen en cuenta las demandas del pueblo mexicano como son: techo, tierra, trabajo, alimento, salud, educación, información, cultura, independencia, democracia, justicia, libertad y paz. Una nueva Constitución que reconozca los derechos y libertades del pueblo, y defienda al débil frente al poderoso”. De igual forma, avisan que establecerán “una política de alianzas con “organizaciones políticas y sociales de izquierda que no tengan registro, y a las personas que se reivindiquen de izquierda que no pertenezcan a los partidos políticos con registro”, para organizar una campaña nacional distinta a la electoral.
[editar] La Otra Campaña.
Entre el 5 de agosto y el 18 de septiembre de 2005, el EZLN sostuvo reuniones con organizaciones políticas de izquierda; organizaciones indígenas y pueblos indios; organizaciones sociales y ONG´s; organizaciones, grupos y colectivos culturales y de artistas, y con mujeres, hombres, ancianas, ancianos, niñas y niños que a título individual, familiar, de comunidad, calle, barrio o vecindad habían suscrito la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
En dichas reuniones, siendo la más numerosa la de organizaciones, grupos y colectivos artísticos y culturales, se abordaron seis puntos que sirvieron para guiar las reflexiones y las discusiones: ratificación, ampliación o modificación de las características de La Otra Campaña; definición de quiénes están convocados y quiénes no; estructura organizativa de La Otra Campaña; lugar especial de las diferencias en La Otra Campaña (indígenas, mujeres, otros amores, jóvenes, niños y otros); posición de La Otra Campaña frente a otros esfuerzos organizativos, y tareas inmediatas.
En su mensaje de clausura, el Subcomandante Marcos puntualizó que el EZLN proponía como “urgente y básico” la solidaridad y el apoyo entre todas y todos los que formarían La Otra Campaña: “lo primero que tiene que hacer La Otra Campaña es ver por todos los adherentes, es decir, lo que le pase a uno de nosotros no podemos permitirlo, y nos vamos a movilizar con todos los medios civiles y pacíficos que tengamos, para protegerlo, apoyarlo, solidarizarnos con él […] porque el reflejo inmediato de una organización es proteger a quienes forman parte de ella”.
Luego hizo un recuento de cuántas organizaciones, grupos, colectivos e individuos asistieron y cuántos faltaron a las que serían las primeras reuniones de adherentes de La Otra Campaña, para reconocer después que “de ninguna manera somos mayoría […] tenemos que construir algo para que cualquiera de estos compañeros que no pudo venir por cualquier situación, sepa que su lugar se le va a apartar, como cuando pasa algo”, y concluyó:
“Compañeras y compañeros, la Otra Campaña ya no es nuestra; quiero decir, ya no es sólo nuestra […] Queremos que sepan que como Ejército Zapatista de Liberación Nacional es un honor para nosotros tenerlos a partir de ahora como compañeros y compañeras. Ya al decir esto les decimos que corresponderemos con compañerismo, con honestidad y sobre todo con lealtad hacia todos ustedes, la lealtad que hemos tenido, el compañerismo y la honestidad con nuestras comunidades ahora también los tendremos con ustedes. Después de haberlos oído y visto trabajar pensamos que tenemos mucha suerte de haberlos encontrado. Son ustedes, hombres, mujeres, otros, niños y ancianos, algo de lo mejor de este país. Qué bueno que los encontramos. Ojalá sigamos mucho tiempo juntos adelante.”[36]
El 20 de noviembre, el EZLN anunciaría públicamente la disolución del Frente Zapatista de Liberación Nacional, fundado ocho años atrás, y declararía que una nueva etapa del zapatismo civil iniciaría con aquellas personas que “con la actitud y el trabajo demuestren que así lo quieren”. El nuevo FZLN sería, pues, una nueva organización política zapatista, civil y pacífica, anticapitalista y de izquierda, que no lucharía por el poder y que se empeñaría en construir una nueva forma de hacer política. Esta nueva organización nacería dirigida directamente por la Comisión Sexta del EZLN, de la cual Marcos, nombrado su Delegado Zero, formaría parte; y, a diferencia del Frente que le antecedía, se ingresaría a ella sólo a invitación expresa de dicha Comisión.
Así, el 1 de enero de 2006 daría comienzo la más reciente etapa del zapatismo, con un periplo del Delegado Zero, que además de la visita a los 31 estados y el Distrito Federal, incluía reunirse con comunidades de mexicanos y chicanos residentes en Estados Unidos. Para que no quedara duda del carácter de ésta, La Otra Campaña, Marcos afirmaría en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, que el principal destinatario de la sexta declaración zapatista había acusado recibo de su emisión: “El gran poder del dinero en México firmó lo que se puede reconocer como la contradeclaración de la Comisión Sexta y que es conocido comúnmente como el Pacto de Chapultepec”.[37]
Cinco días después, el Delegado Zero anunciaría el fallecimiento de la Comandanta Ramona, personaje emblemático del movimiento zapatista cuya participación sería trascendental en los llamados Diálogos de Catedral, en marzo de 1994, y durante la fundación del Congreso Nacional Indígena, en octubre de 1996. El duelo por la muerte de Ramona duraría tres días, y entre el 9 y el 13 de enero Marcos terminaría su recorrido por el estado Chiapas para de allí dirigirse a los de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco, Veracruz, Oaxaca y Puebla.
En su paso por los estados del sur y el centro del país, la Comisión Sexta del EZLN y su Delegado Zero fueron testificando que la miseria con la que se habían encontrado durante la Marcha del Color de la Tierra cinco años atrás, se mantenía o se había acrecentado en el sexenio de un gobierno que muchos creyeron sería el primero de “un proceso de transición democrática”; en tanto dialogaban con los protagonistas de otros movimientos y luchas de muchos años de “resistencias”.
Al principio, éstas luchas y movimientos no tenían suficiente resonancia, pues, tanto los medios comerciales como buena parte de quienes organizaban los eventos y encuentros entre Marcos y los distintos grupos, colectivos y organizaciones que se habían adherido a la sexta declaración zapatista, ponían más atención a lo dicho por el Delegado Zero, que a lo manifestado por sus propios compañeros. Sin embargo, eso fue cambiando debido a que las mismas organizaciones, grupos, personas y colectivos, siempre mediante el concurso de los medios alternativos que cubrían La Otra Campaña, y del mismo Delegado Zero, fueron permitiéndose escucharse unos y otros; lo mismo en reuniones sólo de adherentes (quienes han suscrito la Sexta Declaración de la Selva Lacandona) como sectoriales de trabajadores del campo y la ciudad, del mar y la tierra, del arte y la cultura.
En Tlaxcala, en el marco de lo que sería llamado el Encuentro Nacional por “Otra Comunicación, Otra Información, Otro Arte, Otra Cultura”', el Delegado Zero haría el primer recuento de La Otra Campaña (para entonces llamada ya simplemente La Otra): “Al 15 de febrero […] la Sexta Declaración y La Otra llegaron a mil 36 organizaciones políticas, indígenas, sociales, no gubernamentales, grupos y colectivos adherentes, todos de abajo y a la izquierda. Sin más desplegados que sus voces, ni más firmas al calce que las que sus pasos por todo el país rubrican con firmeza”.
Diez días después, aún en la Otra Tlaxcala, [38] la Comisión Sexta del EZLN, en conjunto con el Colectivo Red de Mujeres en Pro de sus Derechos, anunciaría la creación de un espacio virtual al que llamarían “Otros trabajadoros sexuales”, con miras a realizar un encuentro nacional de trabajadoras y trabajadores sexuales que luchan por sus derechos. Así mismo, Marcos propondría una movilización, también nacional, por la liberación de los presos políticos y la suspensión de las órdenes de aprehensión contra luchadores sociales: “dudo que alguien se pueda decir de izquierda –afirmaría el vocero zapatista- y no decir que deben salir libres los presos políticos”.
De este modo, la articulación de cara a las múltiples expresiones de la represión que el gobierno mexicano fue desplegando en torno a La Otra, así como su definición ante el Pacto Chapultepec y la candidatura del abanderado de la izquierda partidista, Andrés Manuel López Obrador, se fueron convirtiendo en sus axiomas políticos.
Los encuentros con adherentes y sectoriales se repitieron en Hidalgo, Aguascalientes y Jalisco, donde La Otra encontraría a su paso el de los obreros del Sindicato Nacional Revolucionario de Trabajadores de la Compañía Hulera Euzkadi, protagonistas de una huelga que duró más de mil días, pero que terminó por doblegar a sus patrones alemanes para convertirse en copropietarios de General Tyre. También al de intelectuales como Adriana López Monjardín, Ana Esther Ceceña, Andrés Aubry, Carlos Aguirre Rojas, Carlos Fazio, Gilberto López y Rivas, Luis Hernández Navarro, Marcos Roitman (en voz de Alicia Castellanos) o Pablo González Casanova, entre otros; donde el Delegado Zero distinguiría de “los intelectuales de arriba” y “los intelectuales de en medio” a “los otros intelectuales” por su “humildad de reconocer que se está frente a algo nuevo [para luego de] integrarse [y] hacer suya La Otra, en ella conocerse y conocer al indígena, al obrero, al campesino, al joven, a la mujer, al niño, al anciano, al maestro, al estudiante, al empleado, al homosexual, lesbiana y transgénero, a la trabajadora y trabajador sexual, al ambulante, al pequeño comerciante, al cristiano de base, al trabajador de la calle, al otro, a la otra”.
Luego tocaría su turno a los estados de Colima, Nayarit, Michoacán, Morelos y Guerrero en la agenda de la Comisión Sexta del EZLN. En Morelos, cuna del caudillo revolucionario Emiliano Zapata, de quien el EZLN tomaría su nombre y ejemplo, La Otra Campaña suspendería uno de sus eventos más importantes por el simbolismo que representaba: la visita a la tumba del mismo Zapata, precisamente el día de su aniversario luctuoso:
"Hoy, acá en el sur de México, en el sur que era llamado, por nahuas y por mayas, ‘el lado izquierdo del sol’, donde se levanta el árbol de las espinas rojas recordamos el árbol de vida, lucha y dignidad que fue nuestro General Emiliano Zapata Salazar y traemos el mensaje de la Otra Campaña y de la Sexta Declaración, el mensaje de lucha de abajo y a la izquierda que se encuentra en el sur, en el lado izquierdo del sol, con todos los que luchamos por un México más justo, más libre y más democrático, es decir, por Otro México. Y decimos esto porque bien sabemos que, cada tanto, la sangre del General Emiliano Zapata vuelve a hervir en los campesinos de Morelos y en todos los hombres, mujeres, niños y ancianos morelenses […] Hoy, como Otra Campaña, les decimos que es necesario que vuelva a andar Emiliano Zapata con nuestros pasos, que es necesario levantarnos contra el rico y contra quien lo sirve, que es necesario tomar con nuestras manos lo que es nuestro: la tierra, las fábricas, los comercios, los bancos, la salud, la educación. Hoy debemos seguir luchando sí, pero ya no solos, sino unidos todos y todas los que, abajo y a la izquierda, somos el árbol que somos para levantar el mundo, pero ahora otro mundo, nosotros, nosotras, la Otra Campaña, el árbol que somos de la vida. Desde la Barranca de los Sauces, en Cuernavaca, en el Otro Morelos, esperando para enfrentar el desalojo que pretenden los malos gobiernos panistas, y saludando a nuestro General en Jefe Emiliano Zapata Salazar."[39]
El día del intento de desalojo, que finalmente no se llevó a cabo debido precisamente a la presencia del Delegado Zero, la Comisión Sexta del EZLN, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), los medios alternativos y algunos estudiantes de la UNAM y el IPN, entre otros adherentes, refrendarían su compromiso de solidaridad ante la amenaza de represión, enarbolando con acciones su lema: “si tocan a uno nos tocan a todos”; que luego explicaría la pausa de cinco meses en el recorrido de la misma Comisión Sexta del EZLN en el centro del país.
En su paso por Guerrero, entre otras comunidades el Delegado Zero visitaría El Charco y Atoyac de Álvarez, representativas por la matanza del 7 de junio de 1998 cuando el Ejército federal asesinó a once personas en la escuela Caritino Maldonado, la primera, y por ser la tierra donde Lucio Cabañas naciera, la segunda; antes de arribar al Estado de México y el Distrito Federal.
En el Estado de México, la Comisión Sexta del EZLN sostendría encuentros con indígenas, estudiantes y otros adherentes; además de visitar el penal de Chiconautla, en Ecatepec, donde se encuentra recluida Gloria Arenas Agís, Coronel Aurora del Ejército Revolucionario Popular Insurgente (ERPI), para demandar la liberación de todos los presos y presas políticos del país, así como la presentación con vida de las y los desaparecidos también por razones políticas; Teotihuacan, donde reivindicaría la lucha contra Wal-Mart, consorcio multinacional con ventas anuales por encima de los 290 mil millones de dólares en 2005,[40] lo que significa más de la tercera parte del Producto Interno Bruto (PIB) de México, superando el de 154 países y la suma del de los 76 países menos avanzados (281 mil millones),[41] y San Salvador Atenco, donde a través de un discurso bastante emotivo Marcos recordaría la lucha del FPDT contra el proyecto gubernamental de construir un aeropuerto alterno al de la Ciudad de México en sus tierras, como una lección para el EZLN, y contaría que le nombra al mismo FPDT el “séptimo regimiento de caballería” porque sin importar “lo grande o pequeño que sea [un] movimiento” allí están “los machetes de ustedes dando apoyo, alegría, combatividad a la gente que está sufriendo”.
Así, la Comisión Sexta del EZLN y su Delegado Zero llegarían al Distrito Federal, donde una cauda de organizaciones, colectivos, grupos y personas de la variopinta izquierda adherente le esperaban con una agenda que incluiría eventos masivos en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma de Mexico Plantel Xochimilco y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); la participación en el Primer Encuentro Nacional Obrero o en la manifestación por Otro Primero de Mayo, que haría referencia a las y los trabajadores mexicanos en el extranjero; así como reuniones con adherentes por sectores (niñas y niños, mujeres, trabajadoras y trabajadores de la salud y artistas).
[editar] Atenco
Los días 3 y 4 de mayo, la Comisión Sexta del EZLN tenía programado reunirse por la mañana con grupos de sexodisidencia, trabajadoras y trabajadores sexuales y luchadores sociales por vivienda digna, en la Alameda Central de la Ciudad de México; evento que sirvió de marco para denunciar la discriminación que aún prevalece respecto a lesbianas, homosexuales, bisexuales, travestis, transexuales y poliamorosos al interior de la misma Otra Campaña; el acoso y la burla por parte de funcionarios públicos locales y federales a trabajadoras y trabajadores sexuales, que se agrava si son seropositivos, y la privatización del Centro Histórico de la Ciudad de México por parte del gobierno local de izquierda, a favor del empresario Carlos Slim Helú, principal promotor del Pacto Chapultepec.
Después visitaría el mercado de La Merced y el barrio de Tepito, donde retomaría las luchas de resistencia del pequeño y mediano comercio frente a las grandes transnacionales de hipermercados y tiendas departamentales. Para terminar con un mitin en la histórica Plaza de las Tres Culturas. Sin embargo, desde la mañana ya se tenían noticias de un desalojo de floricultores adherentes en Texcoco, que derivó en la toma de una carretera federal y cruentos enfrentamientos entre ejidatarios de San Salvador Atenco, integrantes del FPDT y también adherentes, con agentes de la Agencia de Seguridad Estatal mexiquense.
Así, tras las intervenciones de algunas y algunos oradores en Tlatelolco, el Subcomandante Marcos tomó el micrófono para cedérselo a América del Valle, hija de Ignacio del Valle y Trinidad Ramírez, líderes morales del FPDT, quien además de expresar su indignación comunicó a las más de 2 mil personas reunidas en la Plaza de las Tres Culturas que se tenía la noticia de que había fallecido un menor a causa de los enfrentamientos, para ese momento suscitándose ya en San Salvador Atenco.[42]
Luego, el líder insurgente declaró estado de alerta roja para el EZLN y el cierre de los caracoles zapatistas; así como la suspensión del recorrido de la Comisión Sexta (que al día siguiente tenía pendiente una reunión con indígenas de la Ciudad de México para encaminarse después a los estados mexicanos del norte), convocando a su vez a la realización de acciones de dislocación en punto de las ocho de la mañana.
Los acontecimientos del día siguiente significarían un giro de 360 grados en la dinámica que había estado llevando La Otra Campaña. Las empresas privadas de televisión, principales beneficiadas por las recientes reformas legales en materia de telecomunicaciones, pusieron a disposición de su teleauditorio algunas imágenes de los enfrentamientos evidenciando a los jefes policiacos en su “ineptitud para imponer el orden”. La estrategia mediática terminó por azuzar al gabinete de seguridad del estado, integrado por Humberto Benítez Treviño, secretario de Gobierno del Estado de México; Wilfrido Robledo Madrid, comisionado de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE), y Ardelio Vargas Fosado, jefe del Estado Mayor de la Policía Federal Preventiva (PFP); quienes por órdenes de Eduardo Medina Mora, secretario federal de Seguridad Pública, y del gobernador del estado, Enrique Peña Nieto, diseñaron el operativo de represalia y avanzaron sobre el pueblo de Atenco en formación militar.
El pretexto sería el rescate de algunos elementos de las corporaciones estatales y federales que estaban retenidos por los pobladores; pero que, en el caso de los heridos, recibían atención médica por parte de los atenquenses. El supuesto rescate incluyó, sin embargo, el arresto de centenares de personas, miembros de diversas organizaciones, grupos y colectivos sociales y políticos, así como trabajadores de medios libres, alternativos e independientes de comunicación, que la víspera habían llegado a San Salvador Atenco para ofrecer apoyo mediático, moral, médico y legal a los pobladores. En total, el número de detenidos, heridos, desaparecidos y muertos a causa de los actos de represión del 3 y 4 de mayo alcanzó las 290 personas. Entre ellas se cuentan lo mismo integrantes del FPDT que de otras organizaciones sindicales, políticas y sociales, como el FPR, el STRM, la Unión de Juristas de México, JRA, el MUT, el FUNTAJPIMSS, el POS; instituciones de educación superior, como la Universidad Autónoma de Chapingo, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México; colectivos como Colmena, Radio Pacheco, Video Reforma, Zona Rosa, José de Molina, Machetearte, Centro de Medios Libres, y organismos no gubernamentales, como la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos; entre otros. Aún así, para el contralmirante y ex director del Cisen, Wilfrido Robledo Madrid, el operativo resultó “limpio”.[43]
En algunos estados y en el Distrito Federal se llevaron a cabo bloqueos de calles y carreteras, marchas y paros intermitentes de labores en facultades y escuelas hacia la primera parte del día, y, por la tarde, lo que originalmente se había convocado como una reunión de la Coordinadora Regional de la Otra Campaña en el Centro de la Ciudad de México, se convirtió en una asamblea metropolitana a la que acudieron adherentes del Estado de México y otras entidades federativas, como Puebla, Durango, Michoacán, Veracruz, Guanajuato, Quintana Roo, Chiapas e Hidalgo.
Allí, algunas personas que habían conseguido escapar del cerco policiaco-militar en San Salvador Atenco dieron cuenta de los detalles de la represión donde, entre lo más indignante, se encontrarían las violaciones multitudinarias a la mayoría de las mujeres (cuatro de las cuales eran extranjeras y junto con un joven fueron deportadas a sus países de origen [44]) y el caso de Ollin Alexis Benhumea Hernández, de 20 años de edad, quien tras más de un mes en estado de coma luego de ser impactado por un proyectil tipo Spede-Heat Cn [45], perdería la vida.
[editar] Ollin Alexis
La muerte de Ollin Alexis, junto con las violaciones en el contexto de tortura por asuntos políticos contra las mujeres detenidas en Texcoco y San Salvador Atenco, vendría a constituirse uno de los acontecimientos más determinantes en el curso de La Otra Campaña, porque una vez más se daba cuenta del carácter de ésta por el grueso de sus integrantes: mujeres y jóvenes, además de indígenas; y una vez más estos eran el objetivo de la represión del Estado mexicano. Alexis cursaba el cuarto semestre de economía y había iniciado sus estudios en matemáticas, hablaba algo de ruso y llevaba poco más de diez años bailando danza clásica. Estaba en la Plaza de las Tres Culturas junto con su padre, Ángel Benhumea, cuando se enteró que la policía había emprendido una escalada militar en San Salvador Atenco que había costado ya la vida de Javier Cortés y decidió, como muchas y muchos otros, trasladarse allá para llegar alrededor de la media noche. Como hombre de danza y como universitario; es decir, artista, inteligente y sensible; Alexis optó por no quedarse de brazos cruzados y sumarse a la gente que nunca imaginó que el terrorismo de Estado, eufemísticamente llamado Estado de Derecho, le cobraría la osadía de anteponer su dignidad a su comodidad.
El impacto de la lata de gas lacrimógeno le provocaría doble fractura craneal y exposición de masa encefálica a lo largo de las más de diez horas que permaneció sin atención médica porque los "guardianes del orden" no permitieron que entrara ambulancia alguna y detuvieron al único médico que tuvo la valentía de arriesgarse a salir por ayuda.[46] Aún así, Alexis aguantó a ser trasladado a un hospital de la Ciudad de México, donde se le diagnosticó muerte cerebral. En la prensa nacional el fallecimiento de Alexis pasó desapercibido, los medios de comunicación prefirieron dedicar cientos de minutos y recursos humanos para cubrir el deceso del papá del portero de la selección mexicana de futbol o para dar cuenta del supuesto enojo de féminas y uno que otro locutor de radio derivado de las afirmaciones del cantante Tiziano Ferro respecto a que las mujeres mexicanas son "feas y bigotonas". En un articulo con motivo de la muerte de Alexis, Sebastián López, adherente de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona escribiría: "Así están las cosas en este país, donde es más importante el melodrama que la justicia, la razón abre paso al chisme banquetero y la rebeldía se viste con minifaldas escocesas para goce de ‘gobernadores preciosos’ y bichos de similar ralea.” [47]
[editar] "Todos somos Atenco"
El 5 de mayo, José Antonio Villanueva Lira, jefe de la subsección del servicio militar nacional de la Armada de México, declararía en el marco de la ceremonia de jura de bandera de 150 jóvenes conscriptos, que “los recientes acontecimientos de violencia y enfrentamiento entre actores sociales y autoridades del gobierno son hechos aislados de gente protagonista que quiere figurar en los escenarios políticos y sociales”, y aseguró que los jóvenes preparados en la Armada “estarían listos” de ser requeridos por el Estado mexicano. Mientras tanto, alrededor de 2 mil personas se preparaban para romper pacíficamente el cerco policiaco-militar de San Salvador Atenco. Al frente, rodeado por una burbuja humana, iría el Subcomandante Marcos y, tras él en primer término, los contingentes de estudiantes de Chapingo, el IPN, la UNAM y la UAM.
Poco más de tres horas duraría el recorrido que terminó con un mitin frente al Auditorio Emiliano Zapata y que se vio coronado por los comunicados de Gloria Arenas y de América del Valle. La cereza en el pastel la pondría el mismo Marcos al mostrar algunos cartuchos vacíos calibre .38; “si revisan –invitaba el Delegado Zero- verán que son de la misma marca y el mismo calibre que usa la policía del Estado de México”. Como respuesta, el grito de “¡Asesinos! ¡Asesinos!” se iría haciendo unánime hasta retumbar en el centro de Atenco.
A partir de este momento La Otra Campaña tomaría un ritmo vertiginoso que se expresaría en reuniones sectoriales, asambleas plenarias de adherentes, movilizaciones, bloqueos, conciertos y toda una serie de acciones legales, tanto dentro como fuera del país, con el objetivo de demandar la liberación de las y los adherentes detenidos; de entre todas estas acciones destacaría el plantón de amigos y familiares de las y los presos a las afueras del Centro de Prevención y Readaptación Social de Santiaguito Tlalcilalcali, en Almoloya de Juárez, Estado de México; donde están recluidos la mayoría de las y los presos políticos de los días 3 y 4 de mayo.
En una carta del Delegado Zero a las y los demás adherentes de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, el vocero zapatista expondría que en tanto Comisión Sexta del EZLN se valoraba que movilizaciones del 19 de mayo (que llamaría de dislocación) y la marcha del 28 de mayo (de concentración) demuestraban que La Otra Campaña pasaba, de ser sólo una propuesta a la que cada quien se adhería, a convertirse en una organización nacional con identidad propia; que ello dmostraba también que La Otra Campaña no dependía de la Comisión Sexta del EZLN ni del Subcomandante Insurgente Marcos.
"Con todo en contra (campaña desinformativa de medios, organización incipiente o nula, opinión pública en contra, entre otras cosas) -continúa el Delegado Zero- los miembros de La Otra en los distintos estados de la República Mexicana y de La Otra en el Otro Lado, organizados según su modo y tiempo, levantaron en apenas una semana una movilización nacional con un objetivo común: la liberación de los presos de Atenco. Lo único que tenían a favor era la convicción de una causa justa y la certeza de saberse parte de un movimiento nacional anticapitalista y de izquierda. Como localidades, subregiones, regiones y estados los adherentes se organizaron y cumplieron con el deber elemental que, como compañeros, tenemos: apoyarnos mutuamente [...] Todo esto indica (para los zapatistas) que La Otra ha pasado ya, en los hechos, a la etapa organizativa. Aunque siguen pendientes asuntos importantes de definición de su perfil, La Otra ya responde como una organización nacional (en los 32 estados), con ética (el no abandonar a los presos a su suerte), con moral alta (sobreponerse al terror que pretendió implantar la acción gubernamental en Atenco), y con capacidad de movilización autónoma e independiente (movilizaciones dislocadas y concentradas)".
Con un tono a veces emotivo, el vocero zapatista agregaría: "La respuesta agresiva de la clase política en su conjunto y del gran poder del dinero en contra de La Otra confirma que vamos por el camino correcto. Allá arriba nos ven como un enemigo y eso quiere decir que están definidas claramente nuestras características fundamentales: anticapitalista, de abajo y a la izquierda, y no electoral. Como Comisión Sexta del EZLN pensábamos que esto llegaría a ocurrir dentro de un buen tiempo. La acción represiva gubernamental contra La Otra en Atenco nos obligó a elegir entre dos opciones: O replegarnos o responder organizadamente. La Otra eligió la respuesta organizada y esto nos dio un perfil que de otra manera nos hubiera tomado más tiempo". Y concluiría: "Como Comisión Sexta del EZLN saludamos a todos los miembros de La Otra en México y en el Otro Lado y les hacemos saber el honor y orgullo que tenemos por ser sus compañeras y compañeros", y saludó las acciones solidarias que en todo el mundo realizaron "hombres, mujeres, niños y ancianos de otras culturas, colores, lenguas y modos". [48]
Por esas mismas fechas, Enrique Pineda, integrante de Jóvenes en Resistencia Alternativa, colectivo adherente a la sexta declaración zapatista, escribiría a modo de diálogo con el Delegado Zero: “Podríamos llenar varias páginas más de los cientos de acciones, festivales, conciertos, ferias, caravanas, conferencias, foros, entrevistas, radio bocinas, proyección de videos, exposiciones, bailes, fiestas, charlas, brigadeos, saloneos, mítines, bloqueos, de cientos de actividades que buscan llegar a los de abajo y que se han hecho con la creatividad de las organizaciones de La Otra Campaña, de manera autónoma y descentralizada, además de las movilizaciones centrales. Esto sucede en La Otra Campaña porque La Otra es un movimiento, no organizaciones con acuerdos de unidad, ni dirigencias progresistas o politizadas. La Otra es un movimiento vivo, no corporativo, que intenta expresarse por múltiples e insospechadas vías. Otra política murmura en La Otra Campaña.
"En los espacios de coordinación -sigue Pineda-, especialmente en los que son descentralizados hay una búsqueda constante de la horizontalidad, una crítica permanente a la jerarquía y la verticalidad. Se nombran voceros que son rotativos. Se critica la centralización, el protagonismo e incluso la centralidad del EZLN, más por la incapacidad del resto de las organizaciones de La Otra Campaña por no tener una voz propia. Los espacios buscan acuerdos por consensos, y mantienen una actividad intensa en muchos espacios de coordinación no centrales. Las fortalezas de La Otra Campaña son el enorme proceso de reflexión popular sobre el sistema que generó el recorrido, la enorme diversidad y potencialidad de quienes participan en la iniciativa y la creatividad, análisis e imaginación de los mismos. Pero no es suficiente. La Otra Campaña adolece de múltiples límites y contradicciones, como cualquier proceso social, pero que pueden ser heridas de muerte si no sabemos construir entre todos, en efecto, una nueva forma de hacer política.[49]
Los actos de represión no sólo significaron una dinámica distinta en cuanto lo organizativo al interior de La Otra Campaña. También repercutieron en la estrategia mediática de la Comisión Sexta del EZLN al grado que el Delegado Zero, luego de cinco meses de no conceder entrevista alguna, estuvo con Carlos Loret de Mola y Carmen Aristegui para noticieros de las empresas Televisa y CNN en Español, respectivamente; al tiempo que aceptaba conversar con Hermann Bellinghausen, periodista del diario nacional La Jornada y Javier Solórzano, de Radio 13; así como con Jesús Quintero, llamado El Loco de la Colina, de TVE (Televisión Española).
Unos días antes, en San Pedro Atlapulco, Estado de México, se llevaría a cabo la cuarta edición del Congreso Nacional Indígena (CNI) con la Declaración de N’Donhuani, manifestando que los pueblos indígenas nahua, zapoteca, wixárika, mazahua, amuzgo, cuicateco, kumiai, kikapu, purhépecha, tlahuica, chocholteco, chinanteco, ñu saavi, hñahñu, tenek, maya, totonaco, mayo, tlapaneco, coca, trique, tepehua, rarámuri, ch’ol, tzeltal, guachichil chichimeca, zoque, matlatzinca, mixe y popolucas de veinticinco estados del país seguirían ejerciendo su autonomía en los hechos, ratificaban la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, reivindicaban La Otra Campaña “como un espacio de articulación de las luchas indígenas con los otros sectores que se mantienen en resistencia contra el modelo neoliberal y su política de exterminio”; exigían la liberación de todos los presos políticos del país, en particular de los aprehendidos en San Salvador Atenco y Texcoco, al tiempo que repudiaban las violaciones a las mujeres detenidas también en Atenco; llamaban al fortalecimiento del CNI y a todos los pueblos, comunidades y organizaciones indígenas, así como a todos los sectores oprimidos, a conformar un frente amplio anticapitalista para impulsar un proceso que condujera hacia una nueva constitución y otra forma de gobierno “que permita el reconocimiento de nuestros derechos y una sociedad justa, libre y democrática”.
[editar] La víspera electoral
La jornada electoral del 2 de julio de 2000 había quedado inscrita en la historia reciente de México como el día en que después de más de 70 años de gobiernos priístas el sufragio de millones de mujeres y hombres se hacía efectivo, dando paso a la alternancia y quizás también a la democracia con el triunfo del panismo. Tres años después, cuando las llamadas elecciones intermedias estaban a la vuelta de la esquina, algunos articulistas opinaban en los medios impresos y electrónicos que cada uno de los partidos políticos con registro legal tendría que definir claramente su postura ante un electorado que ya no veía a la democracia como un ejercicio a través del cual delega su soberanía en las decisiones de otros, sino como un abanico de posibilidades y mecanismos diversos de los que podría hacer uso para ejercer esa misma soberanía con sus propias manos.[50]
Movimientos populares o ciudadanos contra proyectos emprendidos por los gobiernos neoliberales panistas como la construcción de un aeropuerto en San Salvador Atenco, en 2001, o la destrucción de patrimonio natural y cultural en el ex Casino de la Selva, en Cuernavaca, en 2003, parecían ser algunos botones de muestra de que la gente no había votado “por un mero cambio en la decoración y el maquillaje gubernamentales; y que cada vez más el pueblo mexicano vigilaría a sus gobiernos […] y los modos en cómo estos conducen al país”.[51]
En este contexto se insertaría La Otra Campaña tres años después; pero no sólo. En Oaxaca, maestros de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que junto con el Frente de Sindicatos y Organizaciones Democráticas de Oaxaca, la Promotora Estatal por la Unidad Nacional contra el Neoliberalismo y la Red Oaxaqueña Zapatista se habían manifestado el 5 de mayo tanto por la liberación de las y los presos políticos de los días 3 y 4 en Texcoco y Atenco como por su propia demanda de homologación de salarios a partir de la rezonificación de 70 mil maestros, el 22 de mayo se instalaron en plantón en 56 calles del centro de la capital del estado como medida de presión.
Sin embargo, el 14 de junio (dos semanas antes de la jornada electoral federal) el gobierno estatal decidió poner fin al plantón mediante el uso de la fuerza pública con un saldo de 92 heridos, entre mentores, niños y elementos de seguridad. Inclusive, la dirigencia magisterial aseguró que como resultado del choque murieron dos profesores y dos menores de edad; mientras la Cruz Roja informaba del caso de una profesora embarazada que a causa de la intoxicación por gases lacrimógenos había abortado.
La salida violenta por parte del gobierno estatal ante la mirada impasible del Ejecutivo federal provocó que en un principio los maestros emprendieran la huida; para después se reagruparan y enfrentaran con palos y piedras a los agentes de la Unidad de Operaciones Especiales de la policía preventiva; de la Unidad Ministerial de Intervención Táctica de la procuraduría estatal, y del Grupo de Operaciones Especiales del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez; respaldados por un helicóptero que arrojó decenas de granadas de gas durante cuatro horas.
Aún así, los maestros retomarían la plaza principal de Oaxaca y lograrían retener al subdirector operativo de la policía ministerial, Margarito López, y a siete elementos más, que serían utilizados para intercambio por educadores presos. A partir de ese momento, como dicen los mismos maestros en sus documentos y comunicados, cambia el rumbo de su lucha “convirtiéndose en un movimiento popular-magisterial, contando con el apoyo de la ciudadanía oaxaqueña y que hizo posible el aglutinamiento de todas las expresiones en una sola, naciendo la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), espacio en el que convergen más de 350 organizaciones sindicales, indígenas, estudiantiles, campesinas, de mujeres, colonos y entre ellas el magisterio democrático de Oaxaca, que aglutina a más de 70 mil trabajadores”:
“Desde ese momento la lucha se ha tornado en una jornada de resistencia pacífica y civil. Con acciones de resistencia, se han tomando medios de comunicación, se han levantando barricadas, bloqueado la sede de los tres poderes; se ha convocado a cinco mega-marchas, en la última de ellas se concentraron alrededor de 900 mil personas […] y tomado 24 municipios en el estado. Se sigue sintiendo una represión constante por parte de quien cree tener el poder que perdió el 14 de junio, mandando esquiroles, sicarios, porros y paramilitares a su servicio para agredir a la gente que participa en el movimiento magisterial-popular, teniendo ya cinco muertos, entre ellos un niño y dos adultos pertenecientes al MULTI y los compañeros José Jiménez Colmenares y Lorenzo Sanpablo, asesinados en una marcha pacífica y luego de que asistió al resguardo de una radiodifusora; respectivamente. […] Se agregan a la lista de acciones represivas nuestros cinco presos políticos: Erangelio Mendoza González, Catarino Torres Pereda, Ramiro Aragón Pérez, Germán Mendoza Nube y Pedro García, encarcelados injustamente por ser luchadores sociales. Al no ver otra alternativa y como acción política, sale la marcha caminata Por la dignidad de los Pueblos de Oaxaca “14 de junio no se olvida”, desde el 21 de septiembre.”[52]
Por otra parte, la víspera de la jornada electoral que determinaría al nuevo presidente de México, en la segunda plenaria nacional de adherentes del 30 de junio celebrada en la capital del país, el Subcomandante Insurgente Marcos informaría que hasta ese momento 72 organizaciones políticas de izquierda, 136 pueblos indios, 263 organizaciones sociales, 724 grupos y colectivos y 3 mil 695 personas de las 32 entidades federativas habían suscrito la sexta declaración zapatista. En el plano internacional las cuentas arrojarían las siguientes cifras: 1 mil 249 adhesiones, de 23 países americanos; 821, de 25 estados europeos; nueve, de seis naciones asiáticas; diez, en dos países de Oceanía, y cinco, de igual número de naciones africanas. En total: 2 mil 94 adhesiones en 61 países, sin contar México.
Al día siguiente, como Delegado Zero de la Comisión Sexta del EZLN, Marcos expondría a la plenaria los límites de ésta como espacio de toma de decisiones y propondría la elaboración de una suerte de manifiesto de La Otra Campaña dirigido a la población, “no a nosotros [que] ya sabemos qué es La Otra y ya sabemos qué queremos”. Un documento "que hablaría de las condiciones de explotación y pobreza respecto a la tierra, el trabajo, la salud, la alimentación, la vivienda, la educación; de aspectos como la información, la cultura, el arte y el respeto a las diferencias; sin dejar de hacer mención del tipo de justicia y de democracia que se vive en México, y haciendo notar que ninguno de los partidos políticos contendientes en la elección hizo propuestas para resolver estos problemas, producto del sistema capitalista".
Así, el 2 de julio, mientras 40 millones 657 mil 57 personas se disponían a sufragar para presidente de la República y demás puestos de elección popular en México (900 mil 373 anularon o fueron anulados sus votos y otras 29 millones 583 mil 51 se abstuvieron de hacerlo), las y los adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y La Otra Campaña se dirigieron a la nación con un manifiesto que sostiene que “arriba, la obra cultural y el artista son una cosa más que se vende y se reparte; se promueve el desprecio hacia el diferente, el cholo, el ñero, el mugroso, la jóvena, el gay, la lesbiana, el travesti, el [[transexual]... al que en su propio modo es diferente”; que “los grandes ricos se han enriquecido por el robo, el fraude, el despojo, en complicidad con los gobiernos”, en medio de un sistema de explotación “que nos impone una justicia prostituta en la que el que tiene dinero la compra y el que no, pues no”.[53]
Más aún, el documento del 2 de julio asegura que “el sistema capitalista ha creado un país donde se ejerce la represión y se asesina como medio de solución a los conflictos sociales causados de por sí por el despojo, la explotación, la carencia de justicia y el desprecio que desde arriba nos imponen a la gente sencilla y humilde de abajo”. Que “cada seis años el capitalismo soborna a la [también] prostituida farsa que es la libertad de expresión […] luego nos dan dos segundos de supuesta democracia para elegir a un mismo verdugo que nos engaña con sus tres máscaras –en clara alusión a los tres partidos políticos más numerosos- […] Y cuando ya están en la silla [presidencial], sea que votaste o que no votaste, si hablas, si exiges que cumplan, si pides cuentas: te ignoran, te desprecian, te humillan. Y si luego te juntas con otros para hacer grande y más fuerte la voz de la comunidad, del barrio; entonces te acusan en la televisión, te mandan chingo de policía, te rompen la cabeza a macanazos, te patean, violan a tus mujeres, matan a tus hijos y te meten a la cárcel”.[54]
Y concluirá, entre otras cosas, con un saludo “a todos los pueblos del mundo que resisten, que luchan y que no se rinden ni se venden. A todos los pueblos del mundo que sufren en el palpitar de todas las latitudes del planeta los embates del capitalismo; que son invadidos territorial y/o culturalmente; que son violentados en una guerra desigual, injusta, oprobiosa y que resisten y sobreviven y se organizan y se defienden”.[55]
Tras un largo impasse plagado de irregularidades que hicieron suponer a buena parte de la población que se había fraguado un fraude electoral de gigantescas proporciones, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) declaró como triunfador de la contienda al ex secretario de Energía de Vicente Fox, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, por una ventaja apenas menor a un punto porcentual (0.56), equivalente a 233 mil 831 votos, respecto de su contrincante, el candidato de la llamada izquierda partidista y ex jefe de gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador.[56]
[editar] Los peatones de la historia
Entre los meses de julio y septiembre La Otra Campaña se enfocó en la lucha por la liberación de las y los presos políticos del 3 y 4 de mayo, con acciones tanto dentro como fuera de México; mientras las organizaciones, grupos, colectivos y personas adherentes en el norte del país continuaban con las tareas de discusión y construcción de La Otra Campaña, y la Comisión Sexta del EZLN sostenía una serie de contactos y consultas con adherentes del Distrito Federal, Estado de México, Morelos, Michoacán, Querétaro, Tlaxcala, Puebla, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Jalisco, Hidalgo, Zacatecas, Nuevo León, San Luis Potosí, Colima, Nayarit, Guanajuato y Aguascalientes.
Unos días antes, en un extenso comunicado titulado Los zapatistas y la Otra: los peatones de la historia, el todavía Delegado Zero había refrendado la posición del EZLN respecto a continuar luchando de manera civil y pacífica y su distancia para con el lopezobradorismo, en tanto ser congruentes con un movimiento anticapitalista y de izquierda como se pretende sea La Otra Campaña. Así también, expresó los límites y vicios que se han manifestado al interior de la misma Otra Campaña y su respeto, por un lado, para con el movimiento en contra del fraude electoral que impuso a Calderón Hinojosa como presidente de México y su crítica, por otro lado, a lo que llamó el “lopezobradorismo ilustrado”; saludando por último la lucha de la APPO y el magisterio oaxaqueño.
El primer comunicado firmado por la Comisión Sexta en su conjunto, terminaría reconociendo que el rostro, la palabra y el camino de La Otra Campaña se habían vuelto más difusos, dándole a La Otra una buena dosis de indefinición. Aceptaría que un problema “grave y urgente es que no tenemos definido el cómo se toman las decisiones de La Otra como movimiento [y] a veces se presenta una posición personal, de grupo o de organización (incluido el EZLN), como si fuera la posición de toda La Otra”. Y llamaría a “ya no sólo conocer, difundir y enlazar entre sí las resistencias que hay en nuestro país contra el sistema capitalista, sino irnos organizando ya en torno a ese plan [nacional de lucha], su contenido, sus objetivos y los pasos y modos para cumplirlo”:
"Pensamos que es ya el tiempo de que se vayan quienes no se sientan identificados con lo que es el pensamiento mayoritario de La Otra, y que permanezcan y lleguen quienes sí se ven reconocidos en ese rostro colectivo que construiremos. Creemos, pues, que ha llegado la hora de las definiciones que quedaron pendientes […] Es decir, responder, ya como La Otra, a las preguntas: ¿quiénes somos?, ¿dónde estamos?, ¿cómo vemos el mundo?, ¿cómo vemos nuestro país?, ¿qué queremos hacer? y ¿cómo lo vamos a hacer?"[57]
Y propondría "que todos los adherentes concluyamos ya nuestro análisis, discusión y definición, y que tomemos una posición respecto a las características fundamentales de La Otra, su estructura, su política de alianzas, el lugar de las diferencias, quiénes están convocados y quiénes no, y las tareas comunes a todos los adherentes (además de las que cada quien tiene según su lucha)". Que la conclusión de "este análisis, discusión y definición se realice fundamentalmente, en el lugar donde se decidió la adhesión: pueblo indio, organización política o social, ong, grupo, colectivo, familia, individuo [porque] es ahí donde cada quien resiste y lucha; [generando] un debate intenso, pero siempre respetuoso, sobre las ideas y propuestas de cada quien". Llamaría además a este ejericio se dé por terminado durante los meses de octubre y noviembre de 2006 y que "la decisión de cada quien se manifieste en una consulta a todos los adherentes [...] donde sea escuchada y se tome en cuenta la opinión de todos y cada uno de los adherentes, sin importar el lugar donde se encuentre, el idioma que hable, su edad, su raza, su preferencia sexual, su escolaridad, ni si sabe hablar en público o no, ni etcétera, sólo si se adhirió a la Sexta Declaración".
Esta consulta se realizaría la semana del 4 al 10 de diciembre de 2006 y su realización sería asumida por las distintas "unidades organizativas de trabajo" que existieran o se hubieran creado para ello, respetando "los 'modos' de cada quien para manifestarse y dar a conocer su opinión: sea por pronunciamiento individual, familiar, de grupo, de colectivo, de organización o de pueblo indio"; decidiendo también "la forma y contenido de la realización de la consulta en el ámbito donde la llevará a cabo".
[editar] Notas
- ↑ Machín, Juan. Hoy, ¿Generación se escribe con Z? Revista Generación Z. Cultura Joven, A.C., 1998.
- ↑ Para algunos historiadores, la guerra civil conocida también como revolución mexicana terminó cuando ésta, la revolución, se institucionalizó en un partido político que reunió a los sectores sociales del llamado México posrevolucionario: el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Dicho organismo tuvo como antecedente inmediato al Partido Nacional Revolucionario (PNR), creado en 1929 por Plutarco Elías Calles para congregar a los militares que acaudillaban los grupos armados que aún continuaban con la pugna por el poder, y que en 1938 cambiará de nombre para llamarse Partido Mexicano de la Revolución (PMR) y centralizar en torno a la figura presidencial el control de los sectores obrero, campesino, popular y militar; dando paso a la creación del que sería denominado el sistema de partido de Estado en México.
- ↑ Hija de Carlos Prieto, dramaturgo y hombre de izquierda; paradójicamente, hijo a su vez de Jorge Prieto Laurens, fundador en 1951 del Frente Popular Anticomunista de México, vinculado después a la Liga Mundial Anticomunista (WACL, por sus siglas en inglés), fundada hacia 1966
- ↑ Comunicado del 10 de noviembre de 2003.
- ↑ Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Título Segundo. Capítulo I. De la soberanía nacional y de la forma de gobierno.
- ↑ Primera Declaración de la Selva Lacandona. Diciembre de 1993
- ↑ Subcomandante Marcos. Carta al niño Miguel A. Vázquez Valtierra. Marzo 5, 1994.
- ↑ Reygadas Robles Gil, Rafael. Abriendo veredas. Vinculando, 1998.
- ↑ Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, hijo de Lázaro Cárdenas Del Río, quien consolidara el sistema de partido de Estado cuando siendo presidente de México dispuso la fundación del PMR a partir del PNR, había sido gobernador de su natal Michoacán para luego, en 1998, como candidato a la presidencia, encabezar un movimiento democrático de escala nacional que junto con el estudiantil de 1968 es considerado como uno de los parteaguas de la historia mexicana reciente al resquebrajar el propio sistema político que cimentara su padre. Ése mismo capital político lo llevaría a ser fundador, presidente y líder moral del Partido de la Revolución Democrática (PRD), llegando a ser el abanderado perredista que se convertiría en el primer jefe de Gobierno de la Ciudad de México; puesto que abandonaría para ser candidato presidencial por tercera ocasión en 2000.
- ↑ Subcomandante Marcos. Comunicado del 26 de febrero de 1994.
- ↑ Klare, Michel T. y Peter Kornbluch (coord). Contrainsurgencia, proinsurgencia y antiterrorismo en los 80. El arte de la guerra de baja intensidad. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Grijalbo, 1998.
- ↑ Ronfeldt, David. The Zapatista Social Netwar in Mexico. RAND, 1998
- ↑ Ibídem.
- ↑ Benítez Manaut, Raúl. Las Fuerzas Armadas a Fin de Siglo: Su Relación con el Estado, el Sistema Político y la Sociedad. Universidad Autónoma Metropolitana, 1994.
- ↑ Duque, Rocío. La vida no vale nada… crimen y violencia en el México de hoy. Convergencia Socialista, 1999.
- ↑ Fazio, Carlos. El tercer vínculo. De la teoría del caos a la teoría de la militarización. Joaquín Mortiz, 1996.
- ↑ El 17 de febrero de 2001, tras fuertes presiones de organizaciones no gubernamentales y de derechos humanos entre las que destaca la estadounidense SOA Watch, la Escuela de las Américas (llamada por éstas mismas organizaciones como la Escuela de Asesinos) cambió de nombre para llamarse Western Hemisphere Institute for Security Cooperation (WHINSEC); algo así como Instituto para la Cooperación de la Seguridad del Hemisferio Oeste.
- ↑ Según el periodista español Ignacio Escolar, a finales de la década de los noventa un comando perteneciente a los GAFE´s desertaron para convertirse en "el grupo de sicarios más violento y peligroso de la historia del narcotráfico": Los Zetas, bajo el mando de Osiel Cárdenas, jefe del cartel del Golfo [1]
- ↑ Hidalgo, Onésimo y Castro Soto, Gustavo. Los grupos paramilitares y priístas armados en Chiapas. CIEPAC, 1998.
- ↑ Durante el sexenio foxista, el gasto militar se incrementaría diez veces más respecto al ejercido por los dos gobiernos anteriores, de extracción priísta; se crearía la Agencia Federal de Investigación (AFI), que vendría a reforzar las tareas de policía política gubernamentales de la mano del Cisen, y la PFP sería abiertamente utilizada para acciones represivas a lo largo y ancho del país, destacando las intervenciones en San Salvador Atenco, Estado de México, en 2001 y en 2006; la Siderúrgica Lázaro Cárdenas Las Truchas (Sicartsa), en Michoacán, y en Oaxaca, en contra de la llamada Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), a finales del sexenio.
- ↑ González Souza, Luis. Desafuero civil. La Jornada, 28 de abril de 2001.
- ↑ Referencias de compositores, cantautoras, cantantes y músicos mexicanos y extranjeros que le han cantado al zapatismo las hay por decenas. Entre las primeras producciones se encuentra el disco Juntos por Chiapas, editado por Polygram en 1997 bajo el sello “Serpientes sobre ruedas” y reuniendo material de Café Tacvba, León Gieco, Fito Páez, Charly García, Mercedes Sosa, Maldita Vecindad y hasta del TRI, entre otros. Posteriormente, Pentagrama y Producciones Musicales Pirata Emiliano Zapata editarían sus discos Canto de todos y Detrás de nosotros estamos ustedes, donde Daniel Viglietti, Arturo Meza, Santiago Feliú, Gabino Palomares, Panteón Rococó, Los Nakos, Guillermo Velázquez, Salario Mínimo, Óscar Chávez y Los Morales, Fermín Muguruza, Negu Gorriak, Todos tus muertos, Tijuana No y Manu Chao harían lo propio. Por su parte, hombres y mujeres cantautores produjeron discografía donde añadieron temas musicales con la lucha zapatista como musa; es el caso de, entre muchas y muchos otros, Amparanoia, Joaquín Sabina, Francisco Barrios “El Mastuerzo” o Gerardo Peña. En Morelos, Marco Tafolla, Alfonso Maya, Kristos Lezama y Eduardo López “El Guajolote” también le han cantado al zapatismo; de éste último destaca el disco Quitapesares, cuyos temas Calacán, El viaje, 68… ero, San Andrés y Desde mi ronco pecho interpretaría él mismo en el zócalo de la ciudad de Cuernavaca para enmarcar la visita zapatista de 2001.
- ↑ Discurso ante el Congreso de la Unión. Marzo, 28 de 2001.
- ↑ Este argumento será dejado de lado por la misma SCJN en su constante defensa para con el gobernador de Morelos, Sergio Estrada Cajigal Ramírez, de cara al juicio político en su contra y posterior suspensión del cargo, ordenado por el Congreso del estado dado su presunta relación con el narcotráfico, haber propiciado ingobernabilidad y generado un conflicto de poderes en la entidad.
- ↑ Hidalgo, Onésimo y Castro Soto, Gustavo. Cambios en el EZLN. CIEPAC, 2003.
- ↑ EZLN. Plan La Realidad-Tijuana. Rebelión, 2003.
- ↑ Ibídem.
- ↑ Muñoz Ramírez, Gloria. Chiapas, la resistencia. La Jornada, 2004.
- ↑ Ibídem.
- ↑ Ibídem.
- ↑ Ibídem.
- ↑ Subcomandante Marcos. Comunicado del 21 de agosto de 2004.
- ↑ Subcomandante Marcos. Comunicado del 21 de agosto de 2004.
- ↑ Subcomandante Marcos. Abajo y a la izquierda. EZLN, 2005.
- ↑ Subcomandante Marcos, La (imposible) ¿geometría? del Poder en Mexico. EZLN, 2005.[2]
- ↑ Subcomandante Marcos. Septiembre 18, 2005.
- ↑ Impulsado por el empresario Carlos Slim Helú, consignado por la revista Forbes como el tercer hombre más rico del planeta, y signado por empresarios, científicos, académicos, industriales, gobernadores, dirigentes de los partidos políticos y los entonces candidatos presidenciales del PAN, PRI y PVEM, el Acuerdo Nacional para la Unidad, el Estado de Derecho, el Desarrollo, la Inversión y el Empleo (mejor conocido como Pacto Chapultepec); es, según algunos analistas como Arturo Damm Arnal, “una buena muestra de la cultura económica de la mayoría de los empresarios, políticos y académicos, cultura mercantilista e intervencionista, a favor de los privilegios y la manipulación gubernamentales”.
- ↑ Nombrar "la otra" o "el otro" a tal estado o ciudad sería un modo común en el discurso de Marcos para distinguir aquellos lugares por los que pasaba y se encontraba con el México de "abajo y a la izquierda"
- ↑ Subcomandante Marcos. Abril 10, 2006.
- ↑ Wal-Mart Reports December 2005 Sales.
- ↑ Report for Selected Countries and Subjects, 2006. International Monetary Fund.
- ↑ Se trataba de Francisco Javier Cortés Santiago, de 14 años de edad; asesinado por un agente de la Agencia de Seguridad Estatal mexiquense tras dispararle con un arma calibre .38.
- ↑ López, Sebastián. La Otra: Los Sauces, Sicartsa, Atenco… falta lo que falta. La Jornada Morelos, La Voladora Radio XHECA y Centro de Documentación sobre Zapatismo, 2006.
- ↑ María Sostres y Cristina Valls, observadoras de derechos humanos y fotógrafas españolas; Samantha Dietmar, fotógrafa alemana; Mario Alberto Aguirre Tomic y Valentina Larissa Palma Novoa, estudiantes chilenos de antropología y cinematografía, respectivamente.
- ↑ Fabricado por Defense Technology/Federal Laboratories como parte de las importaciones de armamento y equipo bélico que el gobierno mexicano hiciera durante 2005 con 265 millones de dólares de los más de 6 mil millones que anualmente destina para presupuesto militar
- ↑ El médico Guillermo Selvas, quien como el padre de Alexis acudió en compañía de su hija, Mariana Selvas, estudiante de antropología de la UNAM, a San Salvador Atenco. Ambos fueron detenidos y Mariana, según testimonio de ella, se encuentra entre las mujeres abusadas y/o violadas sexualmente para torturarlas
- ↑ López, Sebastián. De crímenes de estado, futbol y bigotonas. La Jornada Morelos, 2006.
- ↑ Subcomandante Marcos. Mayo 30, 2006.
- ↑ Pineda, Enrique. La otra cara de la luna. A un año de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona'. Rebelión.Org, 2006.[3]
- ↑ López, Sebastián. De Atenco al Valle de Cuauhnáhuac: dos rostros de una misma lucha. La Jornada Morelos, 2003.
- ↑ Ibídem.
- ↑ Volante del 5 de octubre de 2006.
- ↑ La Otra Campaña. Manifiesto a la Nación. [4]
- ↑ Ibídem.
- ↑ Ibídem.
- ↑ El 5 de septiembre, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, después de manifestar que: a) No encontró elementos suficientes que pusieran en evidencia que los mensajes y promocionales del partido de la derecha y sus aliados en contra del candidato de la llamada “izquierda partidista” produjeran en el electorado cambio, conversión o inhibición de su postura en favor de su programa político; b) Sin embargo, los promocionales del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) a favor del modelo económico del PAN y el PRI constituyeron “una irregularidad que viola los principios constitucionales de igualdad en la contienda y de legalidad electoral” en perjuicio del candidato de la “izquierda partidista”, aunque no fue “determinante para el resultado de la elección presidencial”; c) El mismo CCE, el corporativo Alsea, Grupo INFRA, Dulces La Rosa, tiendas Copel, Grupo Bimbo, Wal-Mart México, Jumex, Sabritas y otras empresas de carácter mercantil intervinieron ilegalmente a favor del candidato del PAN, pero que “no hay manera de conocer los efectos que la propaganda indicada pudo tener en el proceso electoral”; d) El empresario farmacéutico Víctor González Torres transgredió el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales “toda vez que contrató tiempo en televisión para difundir un mensaje orientado a la obtención del voto mediante durante la campaña electoral, lo cual está reservado de manera exclusiva a partidos políticos y coaliciones”; e) No existen elementos para sostener “por ahora” que hubo rebase del tope de gastos de campaña; f) Las declaraciones del Presidente de la República, Vicente Fox Quesada, “se constituyeron en un riesgo para la validez de los comicios; g) Se pondera el “eventual efecto nocivo” de las declaraciones vertidas por José María Aznar a favor del candidato de la derecha, por lo cual a su partido político le fue impuesta una multa administrativa, pero que no es posible concluir que dicha intervención “se haya traducido en una ventaja indebida a favor del PAN y de su candidato a la presidencia de la República”; h) No existen elementos suficientes para considerar que el Consejo General del IFE o su presidente hubieran tenido una actitud parcial que provocaron inequidad entre los partidos y coaliciones contendientes a la elección; validó la elección federal y declaró presidente electo al candidato de derecha Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.
- ↑ Comisión Sexta del EZLN. Los zapatistas y La Otra: los peatones de la historia. EZLN, 2006.
[editar] Artículos relacionados
- Municipios Autónomos Zapatistas
- La Otra Campaña
- Emiliano Zapata
- Subcomandante Marcos
- Comandante Ramona
- Netwar Social
- La Huelga en la UNAM de 1999-2000
- Frente Zapatista de Liberación Nacional
[editar] Enlaces externos
- EZLN
- Todo sobre la Otra Campaña
- Declaraciones del EZLN Hasta la quinta.
- Sexta Declaración de la Selva Lacandona
- Sexta Intergaláctica
- Chiapas Indymedia Aquí pueden encontrarse más comunicados del EZLN.
- Discursos I Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo
- Las explicaciones de Amado Avendaño Figueroa, Ex-Gobernador de la rebelión zapatista en Chiapas Video en español con subtítulo y explicaciones en inglés
[editar] Bibliografía
- Almeyra, Guillermo y Alberto D'Angelo. La ribellione zapatista in Chiapas. Datanews, 1994.
- Almeyra, Guillermo y Emiliano Thibaut. Zapatistas: un mundo nuevo en construcción. Maipue, 2006.
- Camú Urzúa, Guido y Dauno Tótoro Taulis. EZLN: el ejército que salió de la selva. Planeta, 1994.
- De la Grange, Bertrand y Maite Rico. Marcos, la genial impostura. El Páis-Aguilar, 1998.
- EZLN. Documentos y Comunicados 1, 2, 3 y 4. Era, 1994, 1995, 1997 y 2003.
- EZLN. Crónicas intergalácticas. Planeta Tierra, montañas del sureste mexicano, 1996.
- Fazio, Carlos. El tercer vínculo. De la teoría del caos a la teoría de la militarización. Joaquín Mortiz, 1996.
- Gómez Suárez, Águeda. et.al. Guerrilla y comunicación. Las propaganda política del EZLN. Los libros de la Catarata, 2004.
- Harvey, Neil. The Chiapas Rebellion: The Struggle for Land and Democracy. Hispanic American Historical Review, 2000.
- Holloway, John. Cambiar el mundo sin tomar el poder. El significado de la revolución hoy. El viejo topo, 2002.
- Holloway, John y Eloína Peláez. Zapatista!: reinventing revolution in Mexico. Pluto Press, 1998.
- Klare, Michel T. y Peter Kornbluch (coord). Contraisurgencia, proinsurgencia y antiterrorismo en los 80. El arte de la guerra de baja intensidad. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Grijalbo, 1998.
- Le Bot, Yvon. El sueño zapatista. Anagrama, 1997.
- Legorreta Díaz, Ma. del Carmen. Religión, política y guerrilla en las cañadas de la Selva Lacandona. Cal y Arena, 1998.
- Muñoz Ramírez, Gloria. EZLN: 20 y 10, el fuego y la palabra. Revista Rebeldía y Demos-La Jornada Ediciones, 2003.
- Ramonet, Ignacio. La dignité rebelle. Galilée, 2001.
- Reygadas, Rafael. Abriendo veredas. Vinculando, 1998.
- Ronfeldt, David. Teh Zapatista Social Netwar in Mexico. RAND, 1998.
- Subcomandante Marcos. Desde las montañas del sureste mexicano. Plaza y Janés, 1999.
- Subcomandante Marcos. Detrás de nosotros estamos ustedes. Plaza y Janés, 2000.
- Subcomandante Marcos. El correo de la selva. Retórica, 2001.
- Subcomandante Marcos y Domitila Domínguez. La historia de los colores. Colectivo Callejero, 1999
- Tello Díaz, Carlos. La rebelión de las cañadas: origen y ascenso del EZLN. Cal y Arena, 2000.
- Vázquez Montalbán, Manuel. Marcos: El señor de los espejos. El País-Aguilar, 1999.