Egagrópila
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Las egagrópilas son bolas formadas por restos de alimentos no digeridos que algunas aves regurgitan. Normalmente contienen huesos o pelo, que las aves no pueden digerir. Son muy útiles para saber el tipo de alimentación que éstas llevan. Suele ser muy normal entre búhos, lechuzas y buitres.
Supone un elemento importante para el estudio de las aves que las generan, ya que permite conocer tanto sus radios de caza como la alimentación que siguen, así como de las poblaciones de los micromamíferos que habitan en dichas zonas. Es común encontrarlas sobre el suelo en las zonas en las que anidan. En España son frecuentes en los olivares, y bosques templados, que suelen dar cobijo a numerosas especies de rapaces nocturnas.
Las de la lechuza común son redondeadas, oscuras y tienen un cierto brillo en la superficie. Las del cárabo común (gamarús en valenciano, Strix aluco) es menos compacta y redondeada y más grisácea.
Los micromamiferos pueden determinarse:
- En seco: desmenuzando la egagrópila con las manos.
- En húmedo: dejándola en agua y esperando a que se desmenuce sola.
Se sulen utilizar para determinarlos las mandíbulas inferiores y también los cráneos. Son frecuentes en campanarios, casas viejas, pedreras.