Lenguas judías
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Las lenguas judías son un sistema de las idiomas que se convirtieron en varias comunidades judías, en Europa, Asia del oeste, y África del norte. El curso generalmente del desarrollo para estas idiomas era a través de la adición de palabras hebreas y frases, que expresaban conceptos y preocupaciones únicamente judíos, al local vernáculo. Debido a la naturaleza insular de muchas comunidades judías, muchas lenguas judías conservan el vocabulario y las estructuras lingüísticas después de que se hayan perdido o se hayan cambiado a las formas últimas de la lengua de la cual descienden.
Los libros más viejos y atesorados de la gente judía han sido la Torah y el Tanakh (es decir la biblia hebrea) escritos casi enteramente en hebreo y ampliamente utilizado por lo judíos durante su historia. Los judíos estudiaron de forma entusiasta estos textos hebreos detallados, observaron los mandamientos formulados en ellos, basando sus rezos en ellos. Los judíos mantuvieron la creencia de que el hebreo era la “lengua” de dios.
La inscripción hebrea más temprana, el calendario de Gezer, fechas a partir del décimo siglo antes de Cristo; fue escrito en el alfabeto Paleo-Hebreo supuesto, que continuó siendo utilizado en la época del templo de Solomon hasta ser cambiado por el nuevo “deletreado asirio” (ashurit del ktav) por Ezra el escribano que seguía el exilio babilónico. Durante este tiempo había también cambios en la lengua, como ella se convirtió hacia el hebreo de Mishnaic. Hasta entonces, la mayoría de los judíos habían hablado hebreo en Israel y Judea, sin embargo, por la destrucción del segundo templo, había cambiado de puesto más ya al arameo de discurso, con un número significativo en el griegode discurso del diáspora grande.
Mientras que los judíos emigraron a los países adoptaron a menudo las idiomas locales, y llegaron así hablar una gran variedad de idiomas. Durante las edades medias tempranas, el arameo era la lengua judía principal. El Targum y la mayor parte del Talmud se escribe en arameo; más adelante en las edades medias, la mayoría de la actividad literaria judía fue realizada en judeo-árabe: árabe escrito en el alfabeto hebre.
Estos dialectos judíos llegaron a ser a menudo tan diferentes de los idiomas del país donde vivían que llegaron a constituir nuevos idiomas, típicamente con una influencia pesada del hebreo y arameo y de otras innovaciones dentro de la lengua. Así fueron formadas una variedad de idiomas específicas a la comunidad judía; quizás la más notable de éstas sea el yiddish en Europa y el judeoespañol, originario de Al-Ándalus pero se difundió alrededor del Maditerráneo debido a la expulsión de los judíos en 1492.
Los judíos en la diáspora tendieron a formar comunidades segregadas, en parte debido al ostracismo y a la persecución de las comunidades circundantes, y también a un deseo de mantener su propia cultura. Este factor sociológico contribuyó a la formación de los dialectos que se convirtieron y divergieron a menudo para formar idiomas separados.
Al principio del siglo XIX, el [yiddish era la lengua principal de los judíos en Europa Oriental (haciéndose así la lengua hablada por la mayoría de judíos en el mundo), mientras que judeoespañol estaba extendido por el Magreb, Grecia y Turquía y grupos más pequeños hablaban judeoitaliano, judeogriego o karaim. Los judíos del mundo árabe hablaron variedades judeoárabes, mientras que en Irán se habló el judeopersa.
[editar] Véase también
- Lenguas judeorromances
- Judeocatalán
- Judeoespañol
- Judeoaragonés
- Judeoportugués
- Judeolatín
- Judeofrancés
- Judeoprovenzal