Forclusión
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Etimología: Término inicialmente usado en lenguaje jurídico, compuesto por las palabras latinas "foris" (foro, fuera, afuera) y "claudere" (clausurar). En tal sentido "forclusión" posee el significado de excluir (de formación latina similar) y rechazar de un modo concluyente, "quitarle a alguien la posibilidad de actuar o de recurrir a la justica después de la expiración de un plazo".
El sustantivo correspondiente, "forclusión", fue acuñado en psicoanálisis por Jacques Lacan para traducir la palabra "Verwerfung", rechazo, empleada por Freud en 1894 en relación con la psicosis, en el tercer apartado de su artículo "Las neuropsicosis de defensa" a propósito de la psicosis alucinatoria. Designa para la teoría psicoanalítica el rechazo primordial de un significante fundamental, expulsado fuera del universo simbólico del sujeto. Cuando se produce este rechazo, el significante está forcluido. No está integrado en el inconsciente, como en la represión, pero retorna en forma alucinatoria en lo real del sujeto. Este mecanismo, distinto del mecanismo de la represión, originaría la psicosis.
La forclusión se origina durante la temprana infancia (antes de los cuatro años) por la no interdicción de la función paterna y por ende implica una carencia de La Ley, ley que con el Registro de lo Simbólico permite que el sujeto ingrese al lenguaje en la lógica de los significantes. La Ley del Significante del Nombre del padre, es el representante de una intancia ideal mítica (la simbiosis madre-niño) el Yo Ideal.
La forclusión puede deberse a que el padre o la madre no han sabido transmitir por medio de su discurso la función paterna, que permite que el niño pueda re-presentar la instancia mítica. Esto impide la metáfora, y deja al sujeto en una lógica delirante, en donde las cosas no son representadas por las palabras. En el delirio, las palabras son las cosas.
Jacques Lacan, el introductor del término, lo tomó del derecho. En la última clase de su "Seminario sobre la Psicosis", el 4 de julio de 1956, Seminario III, planteó la estructura de la psicosis como efecto de la "forclusión" del significante de la Función paterna, significante llamado por Lacan: los Nombres del Padre.
Es este significante, necesario para la operación de la Metáfora Paterna (que podría pensarse como una versión lacaniana del complejo de Edipo freudiano) que nunca estuvo no desaparece en la temprana infancia ni es transmitido por la madre. Si el lenguaje pre-existe al sujeto humano y es considerado, en la teoría lacaniana, como el conjunto de los significantes y sus reglas, este significante particular nunca estuvo en el registro, por lo cual no ha operado la metáfora paterna provocando como efecto la "significación fálica".