Fósil viviente

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Un fósil viviente es un ser que se ha encontrado en fósiles y al mismo tiempo vivo. Puede ser ejemplares cotidianos, como el escorpión, o el hallazgo de una animal o planta del que, hasta la fecha, sólo se tenía constancia de su existencia por los registros fosilizados.

También esta expresión puede utilizarse peyorativamente para designar a personas con conceptos o actitudes desfasados, especialmente utilizado en el mundo informático y de Internet.

[editar] Teoría de la Evolución: ideas preconcebidas

Según la Teoría de la Evolución las especies evolucionan por la necesidad de adaptarse a un medio que cambia lentamente, el mecanismo para lograrlo es la selección natural. Esta explicación ha sido mayoritariamente aceptada en Europa y algo menos en América; sin embargo su aceptación mayoritaria ha acarreado la idea preconcebida de que la especia "original" de la que evoluciona desaparece, entre otras cosas porque las nuevas especies la desplazan de su nicho biológico, llevándola a la extinción.

Esta idea ha sido aceptada no sólo por el conocimiento popular, sino también por parte de los científicos quienes han buscado durante décadas, por ejemplo, el eslabón perdido, pensando, como puntualizan Juan Luis Ursuaga e Ignacio Martínez en su Libro La especia elegida^[1], antes se tenía un concepto de la evolución, especialmente humana, en forma de árbol, pero actualmente se tiene más la idea de ser una zarza de la que salen multitud de ramas. Así antes no se podía concebir que el homo sapiens, el homo neandertalensis y el homo erectus coexistieran, al menos durante un breve periodo de tiempo; porque la última de estas especies es la progenitora de estas dos.

Sin embargo la constatación de que una especie puede ser la progenitora de otra y al mismo tiempo seguir perfectamente adaptada a su hábitat la dio el celacanto. A finales de 1938 un pescador pudo capturar en la Sudáfrica indica un pez de generosas proporciones (debía ser llevado por dos personas al mismo tiempo), lo cual constituía una buena captura. La noticia llegó a los científicos sudafricanos que no podían creerlo que se trataba del animal del Devónico y el Carbonífero al que se le considera el precursor de los anfibio y reptiles del Triásico y Jurásico. Descubrimientos e investigaciones posteriores han demostrado la veracidad del descubrimiento.

No obstante en el reino vegetal existen abundantes casos de fósiles vivientes, pero no tan espectaculares para el público en general como el caso antes relatado. En muchas islas se conservan especies muy abundantes en épocas anteriores y desaparecidas posteriormente, excepto en esos lugares por su particular aislamiento. Un caso muy estudiado lo constituye el archipiélago canario donde pueden encontrarse vivas plantas del Triásico.

[editar] Los fósiles vivientes y la pseudociencia

Quizá por la fascinación de poder encontrar animales vivos, pero considerados extintos, ha generado toda una colección de leyendas urbanas, tecnomitos y en ocasiones investigaciones serias en buscas de posibles animales vivientes, generando una presunta rama de la zoología conocida como criptozoología.

A diferencia del caso anterior, que se terminó encontrando pruebas de celacantos vivos, la búsqueda del Yeti, el Monstruo del lago Ness o incluso el smilodon en la Operación Chad 2000^[2] no han sido capaces nunca de obtener ninguna prueba de que pueda existir un simio gigante fuera de regiones tropicales, o un plesiosaurio en Escocia o el famoso tigre con dientes de sable. Oscar Menéndez dijo de ellos:

Los criptozoólogos buscan animales mitológicos o extintos, pero sólo si son gigantescos y sobrecogedores^[2]

Por lo que la criptozoología es considerada una pseudociencia. No obstante los fósiles vivientes, especialmente los considerados extintos, son una fuente recurrida para novelas y películas. El novelista Michael Crichton recrea la posibilidad de que un grupo de hombres de Neandertal hubieran sobrevivido en las estepas rusas y levanta un polémica fictícia sobre ello^[3].

[editar] Bibliografía

1. ↑ Juan Luis Ursuaga e Ignacio Martínez, La especie elegida, Ediciones Temas de Hoy, S.A., Madrid, 1998, ISBN 8478809090
2. ↑ ^a b Óscar Menénedez, La bola del dragón (y otros bichos legendarios), Fenómenos Extraños, nº 45 de Muy Especial, G+J España Ediciones, Madrid, enero/febrero de 2000
3. ↑ Michael Crichton, Devoradores de cadáveres, Plaza & Janes Editores, Barcelona, cuarta edición 1995, ISBN 8401492335