Conspiración de 1808
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La Conspiración de 1808 o Conspiración de Los Mantuanos fue la conjura que se produjo en Caracas (Venezuela) en 1808 y que se cuenta como uno de los antecedentes más cercanos a los sucesos del 19 de abril de 1810. Encabezado por los mantuanos, el sector económico-social más poderoso de la ciudad, dicho movimiento pretendía constituir una Junta de Gobierno que rigiese los destinos de la capitanía general de Venezuela a raíz de la invasión de España por Napoleón.
En este sentido, a partir de los años comprendidos entre 1804 y 1805 se comenzó a experimentar un profundo malestar económico en Venezuela debido a que las guerras internacionales dificultaban el comercio exterior y hacían disminuir el flujo de la plata que solía llegar de México, además la corona española tenía prohibido a sus colonias el comercio con los países neutrales, como por ejemplo Estados Unidos. Otro motivo de irritación para la clase mantuana venezolana, era la exclusividad para el comercio de harinas que el ministro español Manuel Godoy le había concedido a su cuñado el marqués de Branciforte (ex virrey de México).
El 14 de julio de 1808 el bergantín de guerra francés Serpent llegó al puerto de La Guaira; su capitán, Paul de Lamanon, subió a Caracas el 15 y al mediodía se entrevistó con el gobernador y capitán general Juan de las Casas, a quien entregó uno documentos en los que el Consejo de Indias, le anunciaba el ascenso de José I al trono de España y de las Indias, ordenándole por tanto reconocerlo como tal; lo que Casas no hizo de inmediato. Al poco tiempo de difundirse la noticia en Caracas, estalló una manifestación que recorrió la calles aclamando a Fernando VII como único rey de España y gritando contra Napoleón y los franceses.
Ante estas circunstancias, Casas que no había tomado ninguna determinación acerca de las órdenes provenientes de la metrópoli, decidió rehusar cumplir las órdenes traídas por Lamanon, teniendo éste que regresar a La Guaira, donde se encontró con la presencia de un buque inglés, la fragata Acasta, cuyo capitán Beaver subió de inmediato a Caracas, anunciando el levantamiento de los españoles contra los franceses y la formación de las juntas en territorio español. La presencia del capitán Beaver reforzó la decisión de reconocer como única autoridad a Fernando VII, ante lo cual el Cabildo de Caracas optó por apoyar a los manifestantes. Mientras tanto, en La Guaira, la fragata inglesa, apresó al bergantín francés.