Romano I

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Romano I Lecapeno (Romanos I Lakapenos, 870 - 948), compartió el trono del Imperio bizantino con Constantino VII, ejerciendo el todo poder entre 919 y 944. Era el almirante de la flota bizantina en el Danubio cuando, al saber de la derrota del ejército en la batalla de Anchialus (917), decidió dirigirse a Constantinopla.

Tras el matrimonio de su hija Elena con Constantino, fue nombrado, por primera vez en la historia bizantina, basileopator ("padre del emperador") en 919, y poco después, coronado co-emperador de su yerno. Durante su reinado se intentó limitar la acumulación de latifundios por parte de los grandes terratenientes del Imperio. Sus dos hijos, Esteban y Constantino, impacientes por ocupar el poder y cansados de la longevidad de su padre, acabaron con su reinado y poder casi absoluto en 944, deportándolo a las islas de los Príncipes en el mar de Mármara y obligándole a profesar como monje. Pero en lugar de hacerse con el poder, Constantino VII fue reconocido como único emperador, siendo ambos deportados a la misma isla junto a su padre. Romano murió en 948.

Predecesor: Constantino VII Porfirogéneta

Emperador del Imperio Bizantino 919 - 944

Sucesor: Romano II