Renacuajo
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Se llama renacuajos a las larvas de las ranas y sapos (anfibios anuros) y, por extensión, también a los de los demás anfibios, como las salamandras, tritones y cecilias. En ese estadio respiran mediante branquias externas (o internalizadas) y residen permanentemente en el agua.
Los renacuajos verdaderos, los de los anuros, carecen de patas, y poseen una larga cola con la que nadan como la mayoría de los peces, por ondulación lateral. Nacen con branquias externas, pero éstas quedan pronto internalizadas por el desarrollo del opérculo, hasta quedar encerradas en un saco branquial que comunica con el exterior sólo por el espiráculo. Cuando un renacuajo alcanza la madurez necesaria, sufre una metamorfosis en la que gradualmente crecen sus patas y absorben su cola por apoptosis (muerte celular controlada). Los renacuajos de los anuros son fundamentalmente herbívoros, con una especial adaptación para raer superficies, para lo que están dotados de filas de dientecillos en torno a la boca (los dientes labiales). En la práctica se comportan como omnívoros, siempre capaces de adaptarse aceptablemente una vida carnívora, llegando unas pocas especies a practicar el canibalismo (los hermanos mayores se comen a los menores) si las condiciones son muy duras.
Las larvas de los urodelos no son propiamente renacuajos. Nacen sin patas, pero las desarrollan prontamente y enseguida se parecen a los adultos, salvo por ser más pequeñas, menos pigmentadas y por las branquias ramificadas que ostentan a los lados de la cabeza. Suelen ser carnívoras, como los adultos.