Neptuno (mitología)
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Neptuno es el dios de los mares en la mitología romana. Está basado en el dios griego Poseidón, dios de los mares y los terremotos.
Neptuno era el hermano de Júpiter y Plutón. Después de la derrota de su padre Saturno, los tres hermanos dividieron el mundo en cuatro partes: cielo, mar, tierra y submundo. Neptuno se quedó con el mar, Júpiter con los cielos, Plutón con el submundo y entre los 3 regirían la tierra, aunque la última palabra la tenía Júpiter.
Neptuno tenía fama de tener mal genio, las mareas y los terremotos representan su rabia. Era representado como un hombre barbudo sosteniendo un tridente y sentado en un caracol de mar tirado por caballos marinos. Un día Neptuno vió a la ninfa Anfitrite bailando en la isla de Naxos y se enamoró de ella. Rápidamente le pidió que se casara con él, pero ella se negó. Sin embargo, Neptuno no se rindió y mandó a uno de sus criados llamado Delfín a buscarla. Gracias a su arte de persuasión, Delfín convenció a Anfitrite de que se casara con el dios. Como recompensa a su criado, Neptuno tomó la imagen de delfín y la puso en los cielos para crear la constelación llamada Delfín. Neptuno y Anfitrite tuvieron varios hijos, uno de los cuales era Tritón, cuyo nombre fue utilizado para ponerle nombre al satélite principal de Neptuno.
La mayoría de los hijos que tuvo el dios, no sólo con Anfitrite, fueron monstruos o bestias. Este era motivo de celos hacia Júpiter que tenía como decendencia héroes y doncellas hermosas.
Por esto y por muchas razones más, Neptuno conspiró contra su hermano Júpiter para quitarle el poder. Todos sus intentos fueron en vano. Uno de los intentos de destronar a Júpiter fue castigado por él, que ordenó a Neptuno pasar un año ganándose la vida como cualquier otro humano.
Una de las ciudades en las que al dios se le hacía tributo era la Atlántida, que por ira de los dioses fue destruida.