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Masacre del instituto Columbine - Wikipedia, la enciclopedia libre

Masacre del instituto Columbine

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Vista aérea del instituto Columbine
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Vista aérea del instituto Columbine

Columbine es el nombre de una escuela secundaria en el Condado de Jefferson, Colorado, Estados Unidos (cerca de Littleton), tristemente famosa por la matanza que tuvo lugar el 20 de abril de 1999, 110º aniversario del nacimiento de Adolf Hitler.

Los protagonistas fueron Eric Harris de 18 años de edad (apodado Reb) y Dylan Klebold de 17 años de edad ( VoDKa), entraron en la escuela, de donde eran alumnos, armados con 2 escopetas, una de ellas recortada, una carabina Hi-Point 9 x 19 mm, una Tec 9 semiautomática y pistolas de bajo calibre, 30 granadas caseras de mano, bombas llenas de clavos y un tanque de propano equipado con explosivos, disparando indiscriminadamente en la cafetería y pasillos de la escuela. El resultado fue la muerte de 12 estudiantes adolescentes y un profesor, y el suicidio de los autores de la matanza.

La película documental de Michael Moore Bowling for Columbine habla sobre este suceso y la proliferación de armas en Estados Unidos. Además, la película Elephant del director Gus Van Sant está basada en este hecho, obteniendo la Palma de Oro y el premio al mejor director en el festival de cine de Cannes. La pelicula Dawn Anna también toca el tema.

Tabla de contenidos

[editar] Reconstrucción de la policía

El día empezó muy, pero que muy pronto para Eric y Dylan. Recogieron sus armas, grabaron unas últimas palabras en video, dejaron cinco cintas explicándolo todo sobre la cama de Harris, y a las seis y media de la mañana estaban jugando a los bolos con Dustin Harrison, un amigo suyo. Dustin los encontró de buen humor, bromeó con ellos, e incluso después de conocer la tragedia no pudo recordar ningún detalle en ellos que delatase sus planes.

Fueron a clase puntualmente, como los buenos estudiantes que eran. Durante el recreo, las cámaras de seguridad les captaron instalando artefactos explosivos por todo el instituto con los que esperaban matar a unas 250 personas.

En realidad pusieron tres juegos de bombas. El primero serviría tan sólo para distraer a la policía, que acudiría a un lugar a varias millas de distancia. La segunda ronda de explosiones estaba destinada a hacer una carnicería en el instituto. En particular, instalaron una enorme bomba de propano en las cocinas; según la policía, si hubiese estallado, habría matado a las 488 personas que había en ese momento en la cafetería. Pero esto no era todo; el resto de las bombas de la segunda fase estaba destinada a sembrar el pánico y dirigir a los supervivientes hacia el aparcamiento del instituto, donde Eric y Dylan les esperarían armados hasta los dientes. El tercer grupo de bombas estaba oculto precisamente en el aparcamiento, en sus coches, esperando a que llegasen las ambulancias para explotar e impedir que los heridos fuesen asistidos y evacuados, elevando consiguientemente el número de muertes.

El “Día del Juicio”, como ellos le llamaban, debería haber empezado a las 11:17 de la mañana, poco antes de que acabase el recreo. Pero las bombas no explotaron. Después de esperar un poco decidieron pasar al plan B: matar a tiros a todo el que pudieran. Salieron de sus escondites y ya de camino al edificio mataron a sus dos primeras víctimas.

Empezaron por la cafetería que, como de costumbre, estaba atiborrada de gente. Harris se arrancó su gabardina al empezar a disparar, mostrando una camiseta que decía "Selección Natural".

Posteriormente, los dos pistoleros se pasearon por el campus con paso decidido, siguiendo un plan establecido de antemano. A unos les perdonaron la vida, con otros se cebaron. Se reían. Llevaban cosidas en las mangas unas tiras para prender cerillas con las que encendían sus bombas. Una compañera de estudios fue ejecutada tras declarar que creía en Dios. Mientras, los chicos se escondían galantemente dentro de las taquillas y usaban sus móviles para llamar a la policía.

Entonces se dirigieron a la biblioteca del instituto, una sala sin escapatoria donde se produjeron la mayor parte de las muertes. Una profesora les vio venir y entró gritando "¡Al suelo!" para advertir a los estudiantes. Luego llamó a la policía, pero tuvo que abandonar el teléfono y tirarse al suelo cuando entraron los asesinos. Así es como se consiguió la grabación de la carnicería en la biblioteca, llena de chillidos, risas y tiros. Por las manchas de sangre en las páginas abiertas sabemos que los chicos habían estado haciendo sus deberes, rellenando solicitudes a universidades, o leyendo revistas con artículos sobre la rotura de Brooke Shields y Andre Agassi. Poco después sus manos muertas seguían agarrando gafas y lapiceros. Harris mató a una estudiante que se había escondido debajo de una mesa en una macabra partida de veo- veo; debido a la incómoda posición de tiro, el retroceso de la escopeta le rompió la nariz y le dejó un poco atontado. Un chico negro fue ridiculizado e insultado, y luego matado de un tiro en la cabeza.

Después Harris y Klebold regresaron a la cafetería, donde sólo quedaban cadáveres, las mochilas de unos 450 estudiantes que habían huido, y las cámaras de seguridad filmándoles. Estaban sedientos por el ejercicio, así que bebieron de unos vasos abandonados. Tras un descansito contemplando por las ventanas cómo llegaban los SWAT, también conocidos como "Los Hombres de Harrelson", volvieron al trabajo. Instalaron más trampas explosivas con las que esperaban destruir el colegio y matar algún policía (no lo consiguieron). Luego intentaron huir del instituto; las cámaras de la cafetería muestran que probaron por lo menos tres salidas diferentes, pero los tiros de la policía les obligaron a volver.

Mientras tanto, fuera, la policía había aparecido con rapidez. Pero los primeros agentes no estaban preparados para un combate como el que hubiera hecho falta para tomar el instituto, así que desde el principio la prioridad de la policía fue "asegurar el perímetro" para que los asesinos no pudiesen perseguir a los supervivientes fugitivos. Pudieron ver a unos cuantos estudiantes heridos y refugiados tras todo tipo de obstáculos, pero no pudieron llegar hasta ellos por temor a ser disparados. Lo que sí pudieron hacer fue rescatar a un herido que dejó perdida de sangre una ventana en el segundo piso. Había estudiantes agachados por todas partes y la policía, que no tenía ni idea de quiénes eran los malos, los sacó a todos con las manos en alto, por si acaso. Llegaron a entrar en la primera planta mientras Harris y klebold registraban la segunda, buscando estudiantes escondidos.

Eso sí, los policías llegaron en masa; se dice rápido, pero llegaron a haber hasta ochocientos agentes colapsando la zona sin hacer gran cosa. Por supuesto, también acudieron cantidades ingentes de periodistas, que empezaron a coagular en torno al cordón policial. Los vendedores de perritos calientes fueron en cuanto se enteraron de que había habido una carnicería. Igualmente aparecieron multitud de curiosos que paseaban ociosamente por la feria que se estaba organizando, como es la rutina en estos casos. En las calles había zapatos perdidos en las huídas y chicos descalzos con los pies ensangrentados. Como los policías no hacían ni caso a los periodistas, éstos se dedicaron a hacer preguntas a los familiares histéricos mientras se oían disparos de fondo y alguna explosión ocasional. Los psicólogos entrenados para prestar primeros auxilios emocionales buscaban a los supervivientes más traumatizados, cosa difícil porque todo el mundo estaba manchado de sangre y llorando. Los médicos luchaban para conseguir un poco de espacio y conseguir que los heridos no se desangrasen antes de llegar a urgencias. La fiesta alcanzó su clímax cuando se distribuyó la lista de fallecidos, confeccionada con una precisión ejemplar. Los seis hospitales del distrito fueron puestos en alerta tan sólo cinco minutos después de que empezase el tiroteo; las docenas de heridos empezaron a llegarles a las 12:30, y gracias al amplio aviso se consiguió que no muriese ni uno sólo de los heridos (hubo cinco críticos).

Dentro del instituto, Eric y Dylan repasaban sus planes, que no eran demasiado concretos una vez concluido el ataque; seguir matando gente por el barrio, o huir a México, o tal vez secuestrar un avión y estrellarlo sobre Nueva York, o matarse. Así que se dirigieron a la sección este de la biblioteca, dispararon unas ráfagas a la policía, y se suicidaron.

Primero se mató Dylan, tras encender una última bomba, un cóctel Molotov. Luego Eric se disparó en la boca. Quienes vieron el lugar del último suicidio dicen que era realmente espectacular: la pared quedó cubierta por un enorme chorro de sangre, y los trozos de sesos indican que Eric murió por toda la habitación. Su gorra fue a caer sobre la pierna de Dylan, de ahí que sepamos en qué orden murieron. El humo del cóctel Molotov accionó los dispositivos antiincendio a las 12:05; la lluvia consiguiente apagó la mecha, y la forma en que se distribuyó el agua implica que para entonces ya habían muerto los dos pistoleros.


[editar] Buenos chicos

Para situarnos; Littleton es un bonito pueblo en los suburbios de Denver con 65.000 habitantes, en su mayoría blancos ricos. El ingreso medio por hogar es de 75.000 dólares/año; el 89% de los habitantes son blancos, el 11% asiáticos, y el 0.7% negros; el 75% de la población tiene títulos universitarios.

Como suele ocurrir, nadie se podía explicar al principio cómo era posible que dos jóvenes tan agradables como Eric y Dylan pudieran haber hecho una salvajada como ésa.

Eric Harris era un joven amistoso y parlanchín, miembro de los Boy Scout y durante una temporada fue jugador de fútbol americano en una liguilla. Era un buen estudiante, destacando especialmente en informática. Sus vecinos decían de él que era un chico agradable. Nunca dirigió epítetos racistas a sus compañeros, y de hecho se llevaba bien con los escasos estudiantes de minorías en su instituto. Dylan Klebold era miembro del club de drama y también sacaba buenas notas, de hecho estaba estudiando cálculo y se le había citado como el mejor estudiante de matemáticas del instituto. Los dos eran educados, respetuosos, y de buena familia.

Inmediatamente después de la masacre se entrevistó a unos cuantos estudiantes del instituto que no se mostraron sorprendidos en absoluto al saber que los asesinos pertenecían a la Mafia de las Gabardinas. Pero sí que se quedaron a cuadros cuando se les dijo que habían sido Eric y Dylan. Dustin Harrison, el amigo más cercano de la pareja, llegó a indignarse cuando todos los medios de comunicación informaron de que la pareja pertenecían a la mafia de las gabardinas; era a todas luces injusto, los miembros de la mafia eran unos inadaptados indeseables, mientras que ellos dos eran unos tíos majos


[editar] Malos chicos

El padre de Eric Harris era piloto del ejército y su familia cambió de residencia con frecuencia, hasta que se retiró y decidió irse a vivir permanentemente a Littleton. Eric creció sin amigos fijos hasta entonces, y planeaba seguir los pasos de su padre y entrar en el ejército; de hecho, había intentado hacerse marine, pero fue rechazado pocos días antes del ataque. La razón aducida por los marines fue que los análisis detectaron que Eric había tomado Luvox, una medicina relativamente común usada para tratar desórdenes obsesivo-compulsivos.

Harris era un firme defensor de los principios ideológicos del nazismo, con la llamativa excepción del racismo. Tenía una página en la web titulada "REB's words of wisdom, if you don't like it, ill kill you" (REB era el mote que se había puesto a sí mismo, una abreviación de "rebel"). La página estaba adornada con dibujos de diablos, armas, y pilas de calaveras ardiendo. En ella no sólo habían instrucciones para hacer bombas tomadas de otros sitios, sino que el mismo Eric describía sus propias experiencias personales en el diseño de bombas. Se había ganado una cierta fama en la escuela a causa de sus redacciones con contenido violento, y en la página seguía con su estilo: "Dios, no puedo esperar a matar a todo Littleton". En ella se aludía varias veces a dos colaboradores: "VoDKa", un mote de Klebold y su bebida favorita, que además contenía sus iniciales; y un misterioso “KiBBz”, del que se pensó que podría ser un contacto de algún grupo terrorista que les habría proporcionado las bombas.

Harris también tenía un diario en el que escribía ocasionalmente con el mismo tono. Empezaba con un "Odio el puto mundo" y seguía con fragmentos como "Los nazis encontraron una 'solución final' al problema de los judíos: matarlos a todos. Bueno, en caso de que no lo hayas adivinado todavía, lo que yo digo es 'mata a la humanidad'. Nadie debería sobrevivir." A veces, en mitad de estos delirios, se pone a hablar de sus problemas de adolescente para encontrar una chica con la que ir al baile de fin de semestre que se celebró la semana anterior a la masacre.

A Harris le gustaba escribir, y dejó un largo rastro de notas atormentadas por todas partes. También le interesaban las armas y la lucha. Compraba revistas como "Rifle" y asistía a clase vestido como para ir a la guerra, llevando botas de combate con punteras de acero y cruces alemanas. Pero todo el mundo está de acuerdo en que era un tío muy majo.

Dylan Klebold, en cambio, era un racista agresivo que a menudo insultaba por los pasillos del instituto a los negros y a los hispanos. Vestía con parafernalia nazi y su ropa estaba bordada con frases en alemán. Pero en realidad no simpatizaba ideológicamente con el nazismo. Tenía serias depresiones con cierta frecuencia, pero el día de la acción no mostró ningún síntoma de tener un humor alterado.

Algunas versiones indican que Eric se convirtió en una especie de líder de Dylan, ejerciendo una mala influencia sobre él y cambiando su carácter. Pero durante el ataque los dos mataron más o menos al mismo número de personas.

Para uno de los trabajos del colegio, Eric y Dylan hicieron un video en el que Harris fanfarroneaba sobre sus nuevas pistolas y la pareja andaba armada por los pasillos del instituto matando a todos los estudiantes que se iban encontrando. Dando rienda suelta a su odio por los atletas, una de las escenas del video era una parodia de "The Basketball Diaries" en la que masacraban a un equipo de baloncesto. Se llevaron una gran desilusión cuando su profesor no dejó que el resto de la clase viese su película.

Varios de los profesores de Eric y Dylan habían comentado antes de la tragedia que estos dos chicos les preocupaban a causa de sus tendencias violentas, pero nunca se pudo hacer nada al respecto porque lo único que hicieron en el colegio que justificase un castigo serio fue hackear en los ordenadores del colegio; por esta razón se les expulsó temporalmente.

Curiosamente, lo que no se dijo de ellos al principio en las noticias es que habían estado involucrados en un delito; casi un año antes de la masacre habían robado unas herramientas de una furgoneta. Como no daban la impresión de ser unos chicos problemáticos, y de hecho causaron una buena impresión a todos aquellos que les trataron porque eran unos buenos chicos, se les ofreció la posibilidad de que no se registrase permanentemente el incidente a cambio de que participaran en un programa social; a Harris, además, se le exigió que atendiera un cursillo para aprender a controlar sus enfados. Con esto se les consideró reinsertados.

No mucho después, Eric amenazó de muerte a un compañero, Brooks Brown. Dado que no era la primera vez que estos dos tenían problemas, los padres de Brown imprimieron quince páginas del website de Eric que incluían planes para matar a Brooks, instrucciones para hacer bombas, y hasta detalles de cómo atacar la escuela, y llevaron estas locuras a la policía. Si se les hubiese hecho caso se habría mirado en los archivos, y de repente esas fantasías juveniles de construir bombas hubieran parecido más serias al saber que robaban herramientas. Pero la policía estaba demasiado ocupada con, entre otras cosas, un reciente triple asesinato. No se hizo prácticamente nada. Entonces los Brown fueron a hablar con los Harris; poco después recibieron un e-mail de Eric en el que describía cómo había engañado a sus padres cuando éstos habían hablado con él.

Las preocupaciones de los profesores nunca fueron comunicadas a los padres de Eric y Dylan, y la policía tampoco les dijo nada sobre las quejas de familia Brown ni a los padres ni al colegio. A esto se deben algunas de las denuncias que veremos más tarde: hay quien dice que si hubiera habido una mejor comunicación entre padres, profesores y asistentes sociales se podría haber evitado el desastre.

[editar] Las malas compañías

Cuando saltó la noticia, todo el mundo estaba convencido de que Eric y Dylan eran dos jóvenes estupendos. Para cuando se investigó un poco y se descubrió que no lo eran, la masacre había dejado de aparecer en los periódicos. ¿Cómo se explicó mientras tanto que hubiesen hecho lo que habían hecho? Fácil: se alegó que eran miembros de la Mafia de las Gabardinas.

Esta pandilla, llamada así por su "uniforme" de gabardinas negras, era un grupo más del instituto, si bien un tanto aislacionista y reservado. Estaba formada por un núcleo central de unos 8 o 10 estudiantes introvertidos y algunos simpatizantes con varios grados de participación. Eran reacios a mantener contactos sociales con estudiantes fuera de su grupo, y se negaban a participar en las actividades complementarias del instituto.

Curiosamente, cuando se preguntó a sus compañeros cuál era la ideología de la Mafia de las Gabardinas, no supieron qué decir. Sólo sabían cómo iban vestidos y qué música escuchaban, pero no tenían ni la más mínima idea de qué era lo que creían o pensaban o sentían dentro de la mafia. Lo único que sabían de ellos es que desdeñaban a la masa.

No es de extrañar que Eric y Dylan acabasen uniéndoseles, cada uno por su lado. Aunque los dos se conocían de antes, fue al ingresar juntos el mismo año en la mafia cuando se hicieron amigos. Pero no se identificaron demasiado bien con el resto; siguieron las costumbres y el estilo de la pandilla, pero no acababan de encajar, y no adoptaron su comportamiento antisocial. Paradójicamente, Harris y Klebold parecían ser los miembros más convencionales del grupo. Finalmente decidieron salir del núcleo de la mafia un año antes del tiroteo, si bien mantuvieron su amistad con el grupo y siguieron llevando su vestimenta.

A pesar de todo esto, los medios de comunicación convirtieron a la Mafia de las Gabardinas, un grupo de adolescentes inadaptados completamente desconocido hasta entonces, en una secta de asesinos góticos racistas, fabricantes de explosivos, terroristas urbanos exterminadores de atletas, jugadores de rol de vampiros, fans de Marylin Manson y Rammstein, diseñadores de websites, adictos a Doom y adoradores de Hitler. Los programas informativos empezaron a gastar sus preciosos minutos de antena mostrando falsos websites de la pandilla. Todo el mundo, desde la CNN hasta MSNBC, se dedicó a divulgar rumores sin comprobar sus fuentes. Ninguna autoridad (instituto, policía) conocía de nada al inofensivo grupo, pero esto le dio igual a los periodistas necesitados de una respuesta rápida para explicar la masacre.

[editar] La ayuda exterior

Una de las primeras preguntas que se planteó todo el mundo fue de dónde había salido el equipo usado en el asalto. Eric y Dylan emplearon dos escopetas de cañones recortados, una carabina de 9 milímetros, una pistola semiautomática TEC-DC9, munición y explosivos; y aparte de sus famosas gabardinas negras llevaban pasamontañas y trajes de camuflaje. Pero esto no es nada comparado con sus bombas.

En total se encontraron un total de 50 artefactos explosivos de todo tipo en el instituto y en los coches y casas de Eric y Dylan. Algunos de ellos eran muy simples; por ejemplo, las bombas incendiarias no eran más que contenedores de plástico con jabón y gasolina. Pero otras eran mucho más sofisticadas, como la gran bomba de propano que habría matado a las casi 500 personas que había en la cafetería si hubiese explotado; estaba formada por dos grandes tanques de propano que pesaban 35 kilos, una bomba menor con temporizador que haría de detonador del propano, y varios cilindros menores de propano. Hay evidencia que sugiere que cuando esta bomba no explotó, Eric y Dylan dispararon contra ella para intentar detonarla. Otras bombas suyas tenían cargas letales de metralla. La mayoría de los artefactos no explotaron, y ninguna de las muertes se debió a ellos, pero esto fue más suerte que otra cosa: algunas bombas que explotaron consiguieron abrir agujeros en las paredes.

Así pues, desde el primer momento se pensó que Eric y Dylan debían haber recibido ayuda de grupos terroristas, muy posiblemente milicias como las asociadas a la voladura del edificio federal en Oklahoma City. La "evidencia" apareció enseguida, cosa normal en situaciones caóticas; se creyó haber visto a gente ayudándoles a transportar bombas, hubo quien dijo que el BMW de Harris estuvo patrullando el instituto con cuatro chicos dentro, etc.

La policía siguió todas estas pistas, pero no encontró nada; lástima, la respuesta fácil hubiera sido creer que alguien malo engañó a dos chicos buenos para que hicieran algo horrible. La conclusión final de la policía es mucho más pesimista: dos estudiantes razonablemente inteligentes y decididos podrían volver a hacerlo. Pero para cuando se llegó a esta conclusión la masacre había dejado de ser noticia y nadie la escuchó.

Las dos escopetas y el rifle fueron comprados legalmente por Harris, que cumplió los 18 años menos de dos semanas antes del ataque. Pero la TEC-DC9 es una pistola semiautomática que sólo se puede vender a mayores de 21. Los detalles de cómo llegó a parar a manos de Klebold no están del todo aclarados, pero estuvo involucrada una estudiante de 18 años que iba a ser nombrada valedictorian - primera estudiante de su curso.

Uno podría concluir que quizás a los adolescentes en los Estados Unidos les resulta demasiado fácil conseguir armas; suerte que ahí está Charlton Heston, presidente de la NRA (National Rifle Association), para explicarnos que hacen falta más armas: si los profesores hubiesen llevado pistolas, no habría hecho falta esperar a que llegase la policía. Un porcentaje demasiado increíble de americanos estuvo de acuerdo con este vaquero de película.

Del diario de Harris se deduce que estuvieron planeando el ataque durante un año entero, a lo largo del cual hicieron mapas del instituto, elaboraron un complicado sistema de gestos con las manos para comunicarse sin ser oídos, y lo peor, aprendieron a hacer bombas reuniendo información de aquí y allá. Lo que es más, Harris estaba publicando los resultados de sus experimentos con explosivos en la web para que otros pudieran aprender de él.

Los dos jóvenes se asombraron de lo fácil que les resultó planearlo todo; sólo corrieron peligro de ser descubiertos en dos ocasiones. Una vez la madre de Harris vio la culata de una de las escopetas asomando de su bolsa de deportes, pero se imaginó que era su pistola de balines y no le dió importancia. En otra ocasión, el dependiente de una armería llamó a su casa y le dijo a su padre que ya habían llegado los cargadores que había encargado; su padre dijo que se habían equivocado de número y colgó sin hacer más preguntas. Por lo que se refiere al personal del instituto, Klebold dijo en los videos "podría convencerles de que me voy a escalar el Everest o que tengo un hermano creciéndome en la espalda.” La semana antes del ataque fue con una chica al baile de fin de semestre; Harris no pudo conseguir pareja, así que se unió a las celebraciones más tarde. Los dos se fueron alegremente de juerga con los estudiantes que pensaban matar. “La gente no tiene ni idea”, decía Klebold en los videos.


[editar] Los ordenadores

Cómo ya es tradicional, inmediatamente se culpó a los juegos violentos de corromper las mentes de Eric y Dylan. Los dos conectaban con frecuencia sus ordenadores y jugaban juntos; es más, en sus videos hay un par de referencias a Doom, como llamarle “Arlene” a una de sus escopetas.

Pero el caso es que seguían jugando a Doom dos o tres años después de que hubiese salido Quake, y además usaban pentiums I. Su compañero de clase típico era un jugador más activo.

Da igual; puestos a publicar rumores y falsas noticias, se dijo que habían reemplazado las imágenes de monstruos del juego por dibujos de sus compañeros y profesores, y que habían cambiado los mapas del juego por un mapa del colegio, de forma que podían ensayar el ataque en sus ordenadores y planificar las estrategias más mortíferas. Falso completamente.

Suerte que no hay ninguna evidencia de que jugasen a rol.

[editar] Los atletas

En los institutos americanos hay una casta diferenciada que con frecuencia aparece retratada en las películas: la de los chicarrones que se dedican a hacer deportes para ganar popularidad. Es normal que les cayesen particularmente mal a Eric y Dylan. Las primeras noticias dijeron que el ataque estuvo dirigido contra cristianos y negros, lo cual chocaba obviamente con el dato de que doce de los trece muertos eran blancos. En realidad, lo que gritaban mientras disparaban era "¡muerte a los deportistas!"

Después se ha sabido que no sólo eran los atletas los destinatarios de la mayor parte de su odio, sino que hasta podrían haber sido una de las causas del ataque. Los dos asesinos estaban enormemente resentidos contra los gorilas que les ridiculizaban, y siempre que hablan en sus videos de las humillaciones que sufrieron y de las cosas que tuvieron que aguantar salen a relucir estos matones. Harris les odiaba con devoción particular porque cada vez que su padre se mudó él tuvo que empezar desde cero en un instituto nuevo, aguantando toda la cretinez que habitualmente se dirige contra los recién llegados. Lo que es más, la pareja de asesinos aparentemente empezó a tramar su plan después de que cuatro populares atletas del instituto fuesen detenidos por un robo cuantioso y la policía les dejase ir con una mera regañina.

La antipatía era mutua. He aquí una declaración de Evan Todd, un defensa que pesa 125 kilos y que fue herido en la biblioteca, refiriéndose a la Mafia de las Gabardinas: "Columbine es un sitio limpio y bueno, excepto por esos inadaptados. La mayoría de los chicos no les querían aquí. Estaban metidos en brujería. Estaban metidos en muñecos vudú. Claro, les molestábamos. ¿Pero qué espera con chicos que vienen al instituto con peinados raros y cuernos en sus gorras? No somos sólo los deportistas, el instituto entero está harto de ellos. Son un mogollón de maricas, se tocan unos las partes privadas de los otros. Cuando quieres librarte de alguien, normalmente le molestas. Así que todo el instituto les llamaba 'homos', y cuando hacían algo asqueroso les decíamos 'estás enfermo y eso es malo.'"

Uno de los grupos más afectados por la masacre fue el los atletas, al saber que el ataque iba dirigido contra ellos. Otro jugador de fútbol americano declaró "me siento como culpable por las víctimas y las familias. Podrían empezar a odiar a los sospechosos y después empezar odiándonos a nosotros. Los deportistas ya tenemos el estereotipo de ser unos capullos."

(Por cierto, durante el curso siguiente al ataque, el equipo de Columbine ganó la liga de fútbol americano del estado de Colorado.)

Pero los atletas no eran los únicos objetivos; Eric y Dylan tenían una larguísima lista de víctimas preferentes, de las que no consiguieron matar a nadie. En los escritos de Harris y los videos se habla de matar a todo el mundo; a los fans de la Guerra de las Galaxias, a quienes hablan incorrectamente como por ejemplo diciendo 'expresso' en vez de 'espresso', a quienes conducen lento en el carril rápido, "¿Sabes qué odio? ¡¡¡¡La estación WB!!!! Oh Jesús y María Madre de Dios Todopoderoso, odio ese canal con todo mi corazón y con toda mi alma", a los que presumen de sus coches, al jugador de golf Tiger Woods, a "los negratas, los hispanuchos, los judíos, los gays y los jodidos blancos", a los que se creen que son expertos en artes marciales, a los blancos ricos y a los blancos pobres, a los idiotas de la vida sana, "¿Sabes a quién odio? A los racistas".

"Espero que matemos a 250", dice Klebold en los videos. "Va a ser como en el jodido Doom, tatatatata, buuum", apostilla Harris. Klebold continúa "Serán los 15 minutos más enervantes de mi vida, después de tirar las bombas y a punto de cargar contra toda la escuela. Los segundos serán como horas. No puedo esperar. Temblaré como una hoja".

Las únicas personas por las que demuestran alguna simpatía son sus padres, y lamentan el follón en que les van a meter. Klebold cuenta que ha tenido "grandes padres", que le han enseñado a tener autoestima y a valerse por sí mismo. “No hay nada que pudiérais haber hecho para evitar esto”. Inmediatamente después se revuelve contra el resto de su familia, en particular contra su hermano.


[editar] La investigación de la policía

Dada la magnitud de la masacre y la posibilidad de que los asesinos imberbes hubiesen recibido ayuda de grupos peligrosos, la escuela permaneció cerrada durante meses para la investigación policial. Las escenas de los crímenes se conservaron intactas, con los paneles del techo desplazados allí donde se había escondido alguien. Las manchas de sangre no se limpiaron, los impactos de bala no se disimularon. La alfombra debajo de las mesas de la infame biblioteca siguió con sus enormes coágulos de sangre, trozos resecos de sesos, e incluso una hez que podría aportar valiosas pistas a la investigación. Las ventanas de la biblioteca se cubrieron con papel de estraza para que los periodistas no pudiesen sacar fotos de su interior con teleobjetivos.

Las pesquisas fueron exhaustivas; duraron más de trece meses, a lo largo de los cuales se hicieron 4.500 entrevistas, se recogieron 10.000 pruebas físicas, se revisaron cientos de horas de conversaciones grabadas, y en el momento cumbre se llegó a tener 80 investigadores trabajando simultáneamente en el caso. El expediente ocupa 200 volúmenes.

En cierto sentido fue una investigación demasiado cuidadosa. Al acabarla, la policía de Denver tomó la excepcional decisión de poner a la venta un CD-ROM por 2.200 pesetas con sus conclusiones, imágenes de las cámaras de seguridad, etc. ¿Por qué? Por un lado, resultó que los resultados de la investigación no fueron los esperados; por ejemplo, Eric y Dylan no habían recibido ayuda. Pero es que por otro lado se fueron acumulando los retrasos. Al principio se dijo que las conclusiones serían publicadas en tres meses; este plazo se fue alargando una y otra vez. La ansiedad se fue apoderando de los familiares de las víctimas, que empezaron a pensar que se estaba intentando ocultar algo. Al final, la policía se vio obligada a literalmente publicar sus resultados (en vez de simplemente hacerlos públicos) para evitar que surgiesen teorías conspiracionistas como las del incendio del rancho de los Davinianos en Waco.

[editar] La actuación de la policía

Las decisiones de la policía durante el tiroteo han sido duramente atacadas.

Por un lado está su lentitud. Sí, es cierto que los primeros policías aparecieron muy rápidamente, pero no pudieron hacer nada por falta de equipo adecuado. El ataque empezó a las 11:17 y acabó a las 12:05. A las 3:30 la policía entraba en la biblioteca y encontraba los cuerpos sin vida de Dylan y Eric. El edificio no se declaró seguro hasta pasadas las 4:00. Los cuerpos de los fallecidos no se movieron hasta aproximadamente las ocho.

Así pues, se podría haber salvado la vida de varios heridos, entre ellos un profesor que se ha convertido en héroe. Cuando empezó el ataque a la cafetería se produjo una estampida de estudiantes con escenas de pánico; este profesor consiguió encauzar el tráfico hacia tres de las salidas, salvando con ello la vida de quién sabe cuántos estudiantes, pero fue alcanzado por dos disparos. Pudo escapar y se refugió en una habitación con unos estudiantes que intentaron atajar sus hemorragias durante casi cuatro horas. Pusieron un mensaje en la ventana describiendo su situación, pero la ayuda llegó unos minutos después de que muriese.

La policía justificó esta lentitud diciendo que debido a las bombas trampa y a que no sabían cuántos asesinos seguían vivos tuvieron que registrar el edificio cuarto por cuarto - y había 250 habitaciones en el instituto. El caos pudo hacerles perder algo de tiempo. Las centralitas estaban inundadas de llamadas de móviles de estudiante y profesores diciendo que los asesinos estaban simultáneamente en la cafetería, en la biblioteca, en las oficinas. Un policía declaró "podríamos haberles buscado por el ruido de los disparos, pero las alarmas contra incendios disparadas por el humo de las bombas no nos dejaban oír los tiros que hacían los compañeros a siete metros de distancia." Mientras registraban el edificio, los grupos de refugiados se negaban a abrirles por temor a que fueran los asesinos, y hasta huían de ellos. También tuvieron que rescatar a dos cocineros que se encerraron dentro de un congelador industrial en la cocina.

La policía intercambió fuego con los asesinos, pero no sabían qué estaba ocurriendo en realidad, así que decidieron tratar la situación como si fuese un secuestro con rehenes. Establecieron un perímetro que impidió escapar a Harris y Klebold y que, paradójicamente, les dio control total sobre el instituto para seguir matando. De esta forma, varias familias han demandado a la policía por considerar que sus hijos podrían estar vivos si se hubiese hecho algo. El padre de una víctima declaró "Cuando 500 policías van a una zona de guerra y ni uno de ellos sale con un arañazo, es que algo ha ido mal. Yo esperaba policías muertos, policías heridos, policías desfigurados, pero no niños y profesores."

También se presentaron otras demandas contra la policía que incluían acusaciones más cuestionables. Por ejemplo, se dijo que uno de los estudiantes murió a consecuencia de los tiros de la policía. También supuestamente, uno de los tiradores de precisión de la policía tuvo en su mira a Klebold en la biblioteca, pero sus superiores no le dieron permiso para disparar; y, siempre supuestamente, otro francotirador vio cómo los dos se suicidaban, y por lo tanto la policía sabía que no quedaba nadie en el edificio tres horas y media antes de llegar a la biblioteca. También se alegó que la muerte de los estudiantes en la biblioteca se podría haber evitado si la policía les hubiese recomendado que intentaran escapar y no les hubiesen dicho que llegaría ayuda inmediatamente (esta conversación está grabada, a diferencia de las anteriores).

En los Estados Unidos lo raro hubiera sido que sólo se demandase a la policía. Se demandó a los padres de Eric y Dylan por no controlarles, se demandó a los fabricantes de armas, se demandó al instituto, se demandó a los profesores de Harris por no reconocer en sus redacciones violentas la mente de un psicópata, y se demandó al juez y a los asistentes sociales que les dieron por rehabilitados tras el robo de la furgoneta. Por su parte, la policía amenazó a sus demandantes con demandarles por hacer demandas frívolas. Durante la búsqueda de los colaboradores de Eric y Dylan, el sheriff acusó públicamente a Brooks Brown, precisamente el chico al que Harris amenazó de muerte. Y es que, paradójicamente, poco antes de la masacre Harris le dijo a Brooks que se alejase del instituto, con lo cual había testigos que les vieron hablando minutos antes del ataque. Consecuentemente se demandó a Brooks, se demandó a sus padres por no controlarle y por no insistir cuando fueron a quejarse a la policía, se demandó a los policías que no les hicieron caso, y los Brooks demandaron al sheriff por acusar a su hijo (y encabezaron una campaña para deponerle). Los Klebold también demandaron al departamento del sheriff para cubrir los costes de las otras demandas contra ellos, en caso de que fructificasen. Seis meses después del ataque se habían presentado 18 demandas; desde entonces ha habido alguna más.


[editar] La vida continúa

Un incidente así es difícil de superar. Y sin embargo, al cabo de unas horas del ataque, se pudo ver a algunos padres de víctimas declarando públicamente que perdonaban a los asesinos. De hecho, poco después de la desgracia apareció en el jardín de los Klebold un cartel puesto por sus vecinos mostrando su condolencia. En el funeral por las víctimas hubo un espíritu de reconciliación y se pintaron dos cruces al lado de las otras trece.

Esto es normal; el odio y la frustración necesitan tiempo para acumularse. Los padres de Eric y Dylan empezaron a recibir amenazas de muerte sólo al cabo de una semana, cuando todo esto había dejado ya de ser una noticia. En seis meses, la necesidad que sentía todo el mundo de encontrar un culpable había vuelto la pequeña comunidad contra sí misma.

Días después de la masacre la policía recibió una nota, supuestamente escrita por Harris, en la que culpaba de todo a los profesores, padres y estudiantes del instituto, y amenazaba con que algo pasaría el día 26 de abril. Por entonces todavía parecía posible que Eric y Dylan tuviesen ayudantes, con lo cual se generó gran alarma. Luego resultó que todo era una broma. Viendo lo divertido que fue, se siguieron haciendo más chistes; en una ocasión se cerró el instituto porque unas amenazas vertidas a través de un chat en internet contra una estudiante resultaron suficientemente creíbles para la policía.

Una parroquia cercana al instituto plantó 15 árboles rememorando las quince muertes. Al poco, unos amigos y familiares de las víctimas cortaron dos de los árboles, que no serán reemplazados porque "volverían a ser cortados".

Carla June Hochhalter era la madre de Anne Marie, una chica de 17 años que quedó paralizada a causa de las heridas recibidas durante el tiroteo. El 22 de octubre de 1999, tras medio año de cuidar a una hija paralítica, entró en una tienda de empeños y pidió ver una pistola. Aprovechando un descuido del dependiente, cargó el arma con unas balas que se había traído y, tras pegar un primer tiro de prueba, se suicidó esparciendo sus sesos por el techo.

La vieja biblioteca del instituto sigue cerrada mientras se busca dinero para construir una nueva. Los estudiantes tuvieron problemas con las sirenas cuando se hizo un simulacro rutinario de evacuación por incendio. Se dice que ahora beben más, rezan más, y visitan más a los psicólogos del instituto. Dos docenas de estudiantes seguían sin poder ir a clase tres meses después. Los autobuses turísticos de Denver ahora hacen una parada en el instituto, para que todo el mundo se pueda quedar mirando a los chicos. A Brooks Brown, el mencionado como sospechoso de colaborar, le siguen cerrando las puertas cuando se dirige a una tienda.


[editar] Las Causas

Todavía queda sin responder la gran pregunta: ¿por qué?

La respuesta parece ser "no hay una respuesta clara". De hecho, como ninguno de los dos tenía ningún problema en particular, ni tan siquiera los aficionados a culpar a la sociedad de todo tienen una respuesta.

Está claro que una de sus motivaciones era vengarse de las humillaciones que creían haber recibido, pero no nos engañemos, no recibieron un trato distinto a cualquier otro estudiante.

Algunos investigadores creen que posiblemente el mayor factor fuese el ansia de fama. En los videos aparecen entusiasmados diciendo "los directores de cine se van a dar bofetadas para hacer una película con esta historia", y luego analizan quién está mejor capacitado para ello, Tarantino o Spielberg. Daban por supuesto que sus videos serían “vistos por todo el mundo” y que “todos querrán saber por qué lo hicimos”. "Que nadie piense que estamos intentando copiar a nadie", dice Harris refiriéndose a otros tiroteos escolares recientes, "nosotros fuimos los primeros en tener la idea."

También aparecen con frecuencia referencias a su intensa amistad. “Somos los dos únicos conscientes”, “nadie más es como nosotros”, “somos las dos únicas personas que parecen entender el significado de la vida”. El disparate fue posible en parte por el deseo de demostrarse el uno al otro que se tomaban en serio, que eran amigos hasta el final.

Curiosamente, sus ideologías pueden haber sido poco importantes; más que las causas de la masacre, podrían haber sido las excusas usadas para justificarse. Según algunos psicólogos, muchos neonazis no simpatizan con el nazismo, sino que simplemente están buscando una forma de exteriorizar su rabia.

Eric y Dylan También tenían cierto deseo de mandar al mundo un mensaje; es una pena que éste parezca un pelín incoherente. "No le echéis la culpa al instituto. No pongáis policías por todas partes. Simplemente porque nosotros hemos hecho una carnicería no quiere decir que los demás lo harán también. La administración está haciendo un buen trabajo. No sé quién quedará después de la matanza, pero joder, no cambiéis nada por culpa nuestra. Sería estúpido. Si hay alguna forma en este jodido universo de volver como fantasmas, atormentaremos a quienquiera que le eche la culpa a alguien aparte de V [VoDKa] y yo." En otro momento defienden a quienes les ayudaron a conseguir las pistolas sin conocer sus fines, y parecen genuinamente preocupados por la posibilidad de que se culpe a inocentes de sus asesinatos de inocentes. La despedida que dedica Klebold a sus padres en su último vídeo, hecho en la mañana de la matanza, también es llamativa: "Falta media hora para el Día del Juicio. No me gusta nada esta vida, tenéis que saber que voy a un sitio mejor".


[editar] DooM y el Columbine

Tras la masacre del Columbine, todo el mundo (especialmente prensa), empezó a coger de conejillo de indias a numerosos artistas de los que eran fans los muchachos; Destacan principalmente Marilyn Manson y el juego del que hablamos.Se culpó a los juegos violentos de corromper las mentes de Eric y Dylan. Los dos conectaban con frecuencia sus ordenadores y jugaban juntos; es más, en sus videos hay un par de referencias a “DooM”, como llamarle “Arlene” a una de sus escopetas.

"Espero que matemos a 250", dice Klebold en los videos. "Va a ser como en el jodido Doom, tatatatata, buuum", apostilla Harris. Klebold continúa "Serán los 15 minutos más enervantes de mi vida, después de tirar las bombas y a punto de cargar contra toda la escuela. Los segundos serán como horas. No puedo esperar. Temblaré como una hoja".

Algún ejemplo de los videos: Una de sus películas en las que recrean las “misiones” que realizan.

http://kcnc.dayport.com/viewer/content/special.php?Art_ID=1645,1646,1647,1648,1649&Format_ID=2&BitRate_ID=8&NoAds=true

Sin sentido ni cabeza, numerosos grupos cristianos y sociedades de padres se volcarón contra John Carmack (creador y programador del juego) para que se prohibiera la venta de este, dado que según estos, “contaminaba” las mentes de sus hijos y los inducía a matar.

Puestos a publicar rumores y falsas noticias, se dijo que habían reemplazado las imágenes de monstruos del juego por dibujos de sus compañeros y profesores, y que habían cambiado los mapas del juego por un mapa del colegio, de forma que podían ensayar el ataque en sus ordenadores y planificar las estrategias más mortíferas. Falso completamente.

Kushner, del equipo de id Software, explicó su punto de vista defendiendo a 'Doom'.

"Creo que hay un problema generacional. La gente que no creció con el juego no sabe de qué se trata. Cuando jugamos a 'Doom', hay que estar verdaderamente mal para confundirlo con la realidad", afirmó.

Tras estas afirmaciones y tras olvidarse los medios de prensa ya del asunto de Columbine, DooM pudo “descansar” tranquilo y se siguió jugando tranquilamente.. Hasta que hace unos meses, con el estreno de la película “DooM” (2005) en los USA, que un grupo de padres irrumpió gritando y lanzando objetos la prohibición absoluta del juego, el más proscrito probablemente para las asociaciones americanas, siguiéndolo “GTA”.

Dejando rumores amarillistas aparte, vamos a hablar del Eric Harris DooMero, y no la faceta que conocemos que nos han dado los medios.

Este, el que más jugaba a DooM, tenía una muy activa vida virtual por así decirlo: Páginas personales, páginas de juegos como DooM o Quake, de destrucción de la escuela, en EOL, componía poemas… vamos, tenía cierta faceta artística.

Web personal de poesía incompleta de Harris:

http://www.dylanklebold.com/menu/websites/rebthejuveyindex.html

Tras el suceso del Columbine, todos sus sites e información en la red fueron borrados por el FBI misteriosamente… borrando su identidad completamente de la red, pero manteniendo copias de sus webs con las que usuarios de la red de actividad anónima, posteriormente han recreado como si siguieran vivas. Esto significa que tenemos el legado artístico de Harris presente, y también….. ¡¡¡Sus wads y mapas para DooM y Quake!!!

Este se interesó sobre todo por crear mapas para deathmatchs, pero nos dejó también mapas monojugador jugador para DooM míticos ya en la red dada la procedencia del autor, como UAC LABS o REAL DOOM…con uno que todavía sigue buscándose, y que está perdido, nombrado como REALDETH.

A continuación el link que recrea la web de wads para DooM y DooM II de Eric Harris:

http://columbine.free2host.net/eric/doom.html

Foto de la versión original de la web:

http://www.dylanklebold.com/menu/websites/doomwads.html

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