Extremófilo
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Un extremófilo es un ser vivo que vive en condiciones extremas, entendiéndose por tales aquéllas que son muy diferentes a aquéllas en las que nosotros vivimos.
Hasta hace poco tiempo se pensaba que en los lugares donde crecen los extremófilos era imposible que hubiera vida. Por ejemplo, en las aguas enormemente ácidas del río Tinto.
Las enzimas que poseen los extremófilos (apodadas extremo enzimas) son funcionales cuando otras no lo son.
Podemos hacer la siguiente clasificación:
- Termófilo: Se desarrollan en ambientes a temperaturas superiores a 45ºC, algunos de ellos, los hipertermófilos tienen su temperatura òptima de crecimiento por encima de los 80ºC.
- Acidófilo: Se desarrollan en ambientes de alta acidez.
- Halófilo: Se desarrollan en ambientes hipersalinos.
- Psicrófilo: Se desarrollan en ambientes de temperatura muy fría.
- Alcalófilo: Se desarrollan en ambientes muy alcalinos (básicos).
- Barófilo: Se desarrollan en ambientes con presión muy alta.
- Xerófilo: Se desarrollan en ambientes con muy baja humedad (Xerox en griego es seco).
- Organismo de suelos profundos: Viven a muchos metros bajo el suelo, incluso en medio de rocas.
La mayor parte de los extremófilos son microrganismos, hay archaeas (arqueobacterias), procariotas y eucariotas. Su pequeño tamaño y el hecho de que su metabolismo es muy adaptable ha permitido que colonicen ambientes que son mortales para seres pluricelulares. Aunque hay que señalar que también hay organismos pluricelulares, sobre todo entre los barófilos.
Un hecho curioso es que estudiando los extremófilos de Yellowstone (fuentes termales: termófilos) el Dr. Brock de la universidad de Madison (Estados Unidos) encontró la bacteria Thermus aquaticus. Por ser resistente al calor, permitió desarrollar la técnica de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) que ha sido básico para el desarrollo de la ingeniería genética.