Diablada
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La diablada es una danza tradicional andina boliviana que según los registros del rvdo. Ludovico Bertonio(1612), se registra como originaria de Oruro,hoy Bolivia,exactamente se origino en el antiquisimo Oruro colonial parte del Virreynato del Peru, luego Virreynato del Rio de la Plata y Bolivia desde 1825, en la que se escenifica la lucha entre el bien y el mal personificados en las figuras del Arcángel San Miguel y las huestes infernales.
La Diablada (también Diablos, Diablícos), es parte integral del repertorio teatral empleado por la colonización hispana y la catequización que la acompañaba, para enseñar a los nativos del continente americano los preceptos de la Fe Cristiana y la historia de imperio, según el punto de vista de los colonizadores (véase auto de fe, Moros y Cristianos). Sobreviven diabladas en varios lugares del ámbito hispanoamericano, las más famosas en Bolivia, Perú, Chile, Colombia, Panamá y Venezuela. En la Pastorela (Teatro de Navidad con distribución en México), el diablo tenta a los pastores, y es vencido por el Arcángel San Miguel, antes de que ellos puedan seguir su camino rumbo al niño Jesús.
En el sur andino, el Carnaval de Oruro genera una versión especialmente vistuosa de la Diablada que, a lo largo del siglo XX, influencia a varias tradiciones probablemente preexistentes de Diablada, condensándose en una danza típica y originaria de OruroBolivia
Hay varias teorías sobre la historia exacta de la Diablada de Oruro, una de ellas localiza su origen en la población boliviana de Paria cercana a la ciudad de Oruro, (Bolivia). La Diablada orureña mezcla las referencias cristianas con tales que evocan deidades y figuras del ámbito minero de la zona.
En 1890 el párroco de Paria, población cercana a la ciudad de Oruro, José Soria, con la colaboración de Daniel Valda, teatralizó la batalla entre el cielo y el infierno relatada en la Biblia. Ese mismo año los hermanos Hermógenes y Santiago Nicolás hicieron las primeras máscaras de diablo tal y como se conocen hoy en día.
A partir de finales del siglo XIX se establece como elemento central de la celebración religiosa de la Virgen de la Candelaria en la ciudad de Oruro (véase Festividad Virgen de la Candelaria) en coincidencia con la época de carnaval. Posteriormente su práctica se propagó a otras ciudades andinas (La Paz, Puno, Cochabamba, etc.)
Inicialmente se sabe que se danzaban en forma comunitaria, para luego conformarse agrupaciones tales como:
- Gran Tradicional y Auténtica Diablada Oruro
- La Tradicional Folklórica Diablada Oruro
- Diablada Círculo de Artes y Letras
- Fraternidad Artística y Cultural "La Diablada"
- Diablada Ferroviaria
- La Diablada Artística URUS
- Diablada Confraternidad Victoria
- Diablada Bellavista (Puno-Perú).
- Diablada Amigos de la Policía Nacional del Perú (Puno-Perú).
El año 2004 se difundió la teoría de que la diablada nació por influencia de una danza española llamada Balls Des Diables, que contenía en su representación arcángeles y diablos. Esta danza, transformada por los habitantes de la ciudad de Oruro fué prácticada con mayor frecuencia tras el descubrimiento en el siglo XIX de la milagrosa imagen de la Virgen de la Candelaria, en la habitación del famoso ladrón Nina Nina (Oruro). Probablemente, los mineros de Oruro resolvieron reconocerla como a su protectora y comenzaron a danzar como diablos para no provocar el enojo del Tío dentro de las minas, señala la información proporcionada por la Prefectura del departamento.
Una última teoría, en investigación por el antropólogo orureño Javier Romero, rescata unas raíces más andinas para la diablada. "En el norte de Potosí hay un baile denominado tolca que tiene su germen en la cosmovisión andina. Consiste en que alguien se personifica en un difunto —adoptando sus modismos y sus mañas— y durante las dos semanas de Carnaval va de comunidad en comunidad despidiéndose de todos sus parientes. Lo hace bailando, deambula como alma, dando vueltas… Es una danza parecida a la diablada".
"Todo esto —continúa— sufrió una evolución con la llegada de los españoles y la óptica judeo-cristiana". Entonces, las ideas de bien, mal y los pecados capitales se introdujeron tras un trabajo de extirpación de idolatrías que tomaba como demonio a todo dios que no fuera el Todopoderoso. "De ahí que a los diablos se les empezara a recrear según se los representaba en los cuadros coloniales. De esta forma, a la deidad, al Tío, se le viste como diablo, pero con la concepción dual andina de las deidades: lo bueno y lo malo juntos".