Cesaropapismo
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Cesaropapismo, es un término creado por el célebre jurista alemán Justus H. Boehmer (1674-1749), con el que definía la obsesión por parte de la iglesia oriental por hacerse con el poder absoluto en la tierra, algo que siglos después Karl Wittfogel ya en el siglo XX llamó "despotismo asiático" o “despotismo oriental” en el que explica que “la unión del poder civil y la Iglesia ha sido una constante durante décadas que ha facilitado el imperio del despotismo en la sociedad. Históricamente, esta unión ha sido en muchos casos una coalición que fomentaba a la vez que alentaba la tiranía. El Estado se servía de la Iglesia para santificar sus actos y llamar a la obediencia de su mando, bajo el engaño de la “voluntad” de Dios, y la Iglesia se servía del Estado para obtener y aumentar sus ingresos y privilegios”. Podemos decir que desde el siglo IX el basileus (ver Títulos y cargos del imperio bizantino) absorbe toda la autoridad y se transforma en el emperador que es a su vez rey y sacerdote, algo que va en contradicción con la formulación hecha siglos atrás por Fravio Josefo en referencia a lo que él denomina teocracia, es decir el gobierno de Dios en la tierra. El Cesaropapismo se inició cuando el Papa Leon III coronó al rey del Sacro Imperio Romano Germánico, Carlomagno, ocasionando dos efectos: El apoyo de la Iglesia al Estado y viceversa, el apoyo del Estado a la Iglesia, lo cual derivó en el Cesaropapismo, que sostenía la teoría del origen divino de los reyes y les daba poder absoluto sobre la religión y el gobierno a la misma vez.