Aleksandra Fiodorovna Romanova
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Aleksandra Fiodorovna Romanova (nacida Victoria Alix Helena Louise Beatrice von Hessen und bei Rhein), (Darmstadt, 6 de junio de 1872 – Ekaterimburgo, 17 de julio de 1918). Última emperatriz de Rusia antes de la Revolución de Octubre.
Hija del gran duque Luis IV de Hesse y Alicia de Sajonia-Coburgo-Gotha, fue bautizada como "Alix", variante germanizada de Alicia. Recibió una severa educación bajo la influencia de su abuela materna, Victoria I de Inglaterra. Alix, una de las nietas preferidas de la reina Victoria, era una mujer alta, de rasgos nítidos, algo torpe de movimientos debido a una ciática que contrajo muy joven, era además atractiva y dotada de un carácter fuerte, pero tímida, reservada y abstraída en sí misma. Para quienes no pertenecían a su círculo intimo, Alix ocultaba su timidez y mostraba una apariencia fría y soberbia sin serlo en realidad.
Antes de casarse con Nicolás II, Alix rechazó varias propuestas de matrimonio con otras casas reales, como la de su primo Alberto Eduardo, duque de Clarence y Avondale y la de Maximiliano de Baden, ambas planeadas por la reina Victoria, demostrando su carácter fuerte ante la voluntad de la reina.
A raíz del noviazgo de su hermana Isabel Fyodorovna con el gran duque Sergio Aleksándrovich de Rusia, fue como conoció al futuro Nicolás II, con quien estableció una sólida e intensa relación sentimental que culminó cuando contrajo nupcias el 26 de noviembre de 1894, muy poco después de la muerte del zar Alejandro III. La plebe rusa opinó que la nueva emperatriz había llegado detrás de un ataúd como un negro presagio.
Nicolás II se refería a Alix como Sunny, y ambos se profesaban un auténtico y abnegado amor. Su residencia de monarcas se fijó en el palacio construido por Catalina la Grande, Tsarkoie Seló, a 20 km de San Petersburgo, entre otras.
La pareja tuvo cinco hijos: Olga (1895–1918), Tatiana (1897–1918), Maria (1899–1918) y Anastasia (1901-1918), y el zarevich Alexis Nikoláievich (1904-1918).
Su influencia sobre el zar, de la que se afirma que a la larga causaría su ruina, era visible, el zar era manipulado a voluntad por la emperatriz; de personalidad enérgica aunque tímida y reservada, a menudo revestida de una aparente seriedad, muchas veces se la trató de arrogante. No gozó nunca de las simpatías del pueblo.
La hemofilia de su hijo Alexis, que la afectó profundamente, fue posiblemente la causa de que se acogiera a los consejos de Rasputín, quien con su abrumadora personalidad aliviaba ostensiblemente los sufrimientos del niño. Alix no tomaba ninguna decisión sin antes consultar al monje.
Al marchar su esposo al frente durante la Primera Guerra Mundial, asumió sola el gobierno efectivo de Rusia. Su gestión fue por decirlo suavemente, pésima, pues no pudo hacer frente a las gestantes crisis sociales y culturales, los nombramientos ministeriales que realizó resultaron infructuosos, y su condición de alemana la hizo muy impopular. Se opuso tenazmente a la idea de dotar al país de un régimen constitucional. Su postura frontal iba en contra de las corrientes bolcheviques que pululaban en la plebe.
Al producirse la Revolución Rusa en febrero de 1917, la Duma indujó a Nicolas II a su abdicación a despecho de Alix y fue confinada con su esposo y sus hijos en el palacio Alejandro, en Tsarskoe Selo, de donde salieron todos en agosto de ese año, con destino a Tobolsk, Siberia.
En la primavera del año siguiente fueron trasladados a la ciudad de Ekaterinburgo, donde fueron ejecutados en el sótano de la casa Ipatiev, en la madrugada del 17 de julio de 1918.
Después de la caída del régimen soviético, en la década del 90, sus restos fueron exhumados y sepultados con los de su esposo y tres de sus hijas en la catedral de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo. Fue canonizada como mártir por la Iglesia Ortodoxa.
[editar] Bibliografía consultada
La última emperatriz de Rusia, Greg King.