Valle de Puebla-Tlaxcala
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El valle de Puebla-Tlaxcala limita al norte con las laderas escarpadas del bloque de Tlaxcala. Hacia el poniente se eleva suavemente hasta alcanzar las faldas de la sierra Nevada; por el oriente termina donde comienzan las espaciosas faldas del volcán Malintzin, y por el sur se pierde en el estado de Puebla.
Es muy extenso y su paisaje está lleno de campos fértiles, separados por hileras de árboles añejos que sombrean los caminos y canales. En algunos lugares todavía quedan ciénegas y lagunas. Casi no queda nada de su vegetación original, que fue sustituida por plantas útiles al hombre. Varias lagunas fueron desecadas para dedicarlos al cultivo, pero los subsuelos grises y manchados por la acción del agua testimonian sobre su pasado lacustre. Los dos ríos más importantes del estado atraviesan el valle: el Atoyac, recién nacido, y el Zahuapan, que se une a aquél.
Es una zona fresca, verde y húmeda en el verano, cuyos partes más altas se aclaran, en la época más de sequía, con el color amarillento de las tierras. Sus sitios más bajos siempre están húmedos y mejor protegidos contra las heladas en invierno. Abundan pirules, eucaliptos sembrados hace muchos años y cerca de donde corren los canales sauces siempre verdes.