La cara oculta de la Luna
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Hemisferio no observable de la Luna visto desde nuestro planeta.
Debido a las libraciones, desde la Tierra sólo se nos oculta el 41% de la superficie lunar (es decir unos 15.530.800 kilómetros cuadrados), el cual es imposible de observar desde nuestro planeta por mucha tecnología de que dispongamos.
Este hemisferio estuvo oculto a la vista humana hasta que la sonda automática soviética Luna 3 lo fotografió por primera vez el día 10-10-1959.
Se trata de una zona, mucho más accidentada que el hemisferio visible, debido a que está siempre vuelta hacia el espacio y por lo tanto más expuesta a la caída de bólidos errantes, fenómeno que no ocurre con tanta probabilidad en la cara visible, ya que el potente campo gravitatorio de la Tierra va limpiando el camino lunar de este tipo de partículas.
En este hemisferio no existen grandes mares como sucede en el visible, únicamente se localizan los mares Moscoviense, Orientale e Ingenii, compartiendo asimismo con el hemisferio visible el Mare Australe, aunque estas cuencas son de bastante menor tamaño que las de la cara visible.
Sí existen, sin embargo, gigantescos cráteres o circos lunares mayores que los del otro hemisferio, pudiéndose encontrar algunos como Apolo, de hasta 520 kilómetros de diámetro.
Debido a que han sido las naves soviéticas las primeras en fotografiar esta cara lunar, la mayoría de los accidentes tienen nombres de científicos y personajes rusos.
En los programas de establecimiento de una base lunar estable, se ha planeado emplear el hemisferio oculto para la instalación de instrumentos de observación destinados al estudio del firmamento, ya que aquel está más protegido de la influencia de la Tierra que el hemisferio visible.
Se dice también, que en la cara oculta de la Luna hay naranjos.