Incidente del 26 de febrero
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El incidente del 26 de febrero (二・二六事件 Ni-niroku jiken) fue un levantamiento en contra del gobierno japonés, ocurrido en 1936 en Tokio. Fue organizado por una facción del ejército principalmente compuesta por oficiales jóvenes, en un intento por dar un golpe de estado. Varios grupos de asesinos eliminaron (o intentaron eliminar) a las cabezas del gobierno, y tomar así el control de los edificios gubernamentales. Mil cuatrocientos soldados ocuparon los edificios de la Dieta, el Ministerio del Ejército y los cuarteles de policía. En el proceso, fueron asesinados tres miembros del gabinete, incluyendo al ministro de finanzas Takahashi Korekiyo.
Un grupo de oficiales asedió el Kantei (residencia del Primer Ministro de Japón), intentando asesinar al Primer Ministro Okada Keisuke, y al almirante Suzuki Kantaro. Prácticamente la ciudad entera cayó a manos de los rebeldes.
Los rebeldes clamaban luchar en pro del Emperador, contra lo que percibían como un gobierno proindustrial que debería, decían, mirar hacia la conquista de Asia. El Emperador Hirohito ordenó al ejército y la marina detener la rebelión. El 29 de febrero, los rebeldes habían sido capturado, y fueron ejecutados o se les ordenó que cometieran seppuku. La ley marcial fue impuesta en la ciudad hasta julio de 1936. Okada fue obligado a renunciar, e Hirota Koki tomó su lugar. El incidente colocó al país bajo una estricta observación militar, y prácticamente allanó el camino para la Segunda Guerra sino-japonesa en 1937.