Usuario:Hienodonte
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LA BATALLA DE HUAMACHUCO
La batalla de Humachuco tuvo lugar el 10 de julio de 1883. empezó a las seis de la mañana y concluyó cinco horas mas tarde. Fue para el Perú, dijo Luis Alayza y Paz Soldán, “una hecatombe de dolor y una apoteosis de gloria”.
La decisión de dar la batalla no fue fácil. Antes hubo un consejo de guerra. La deliberación fue paciente, dada su importancia, y al final se determinó el ataque. Años mas tarde, en unos apuntes sobre esa jornada histórica, publicados por el diario “El Perú” (10.07.1886), dijo Hildebrando Fuentes que “toda esa pléyade de valientes optó por la sublime resolución de morir”. Avanzaron, expresó, “repitiendo como en los tiempos heroicos: - Dios lo quiere!
Las fuerzas de Cáceres no pasaban de 1,800 hombres; pocos tenían fusiles y las balas no abundaban. A todo ello se agregaba que nadie poseía ni siquiera una bayoneta. En cambio, los chilenos – dos mil efectivos – contaban con una poderosa caballería, fusiles y carabinas bien municionados, y con nueve cañones Krupp de montaña, lo mejor de la época.
Pudo haber sido un triunfo peruano, a pesar de las limitaciones de armar y equipo. Estuvo a un paso de serlo. Dice Cáceres en sus Memorias: “Calló la artillería enemiga y se notó en las filas contrarias el desconcierto precursor de la derrota. Su caballería comenzó a alejarse hacia el camino de Cajatamba. La Infantería se sostenía pero ya vacilante y empezaba a ceder. La victoria parecía inclinarse a nuestro favor, elevándose al máximo el ardor bélico de nuestras filas”.
Pero ¡fatal destino!, las municiones se agotaron. Y vino entonces lo peor. Al percatarse los chilenos de lo que estaba sucediendo (ya no les disparaban) dieron media vuelta y atacaron con todo. Nuestros soldados se defendieron a culatazos. El coronel Gorostiaga, al igual que su amigo y camarada Pedro Lagos en Arica, no hizo respetar ni siquiera a los heridos. En el parte sobre la batalla dijo a sus superiores: “se consiguió dejar el campo sembrado de cadáveres en una extensión considerable”.
En el diario “El Nacional” del 10 de julio de 1884, con ocasión de conmemorarse un año de esos trágicos sucesos, se publicaron unos versos, suscritos con las iniciales J.G.ch, que decían:
Así acabó la postrimer hazaña.
Que los titanes del honor libraron
Disputando al destino la victoria,
Cáceres llegó a formar un nuevo ejército, pero sucesos políticos impidieron que continuase su oposición al invasor.