Epifanio Mejía
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Epifanio Mejía (nació Yarumal, Antioquia, Colombia en 1838 - falleció en esta misma localidad en 1913); fue un poeta colombiano.
Tabla de contenidos |
[editar] Biografía
Al lado del poeta Gregorio Gutiérrez González y otros de su talla, Epifanio Mejía escribió la poesía más querida por los habitantes de la región paisa al finalizar el siglo XIX.
Malogrado en la flor de la edad (30 años), por pérdida de la razón creó, no obstante, una emotiva poesía personal, de metro preferentemente asonantado, que el padre Félix Restrepo compiló en 1939. En ella destacan La muerte del novillo, La ceiba de Junín y El canto del antioqueño.
Fue uno de aquellos hombres-símbolo que se constituían en referentes recurrentes, cada vez que fuera necesario mostrar ejemplos de la particularidad de la "raza antioqueña".
En ese sentido, Epifanio Mejía sería inmortalizado al ser elegido uno de sus poemas, precisamente "El canto del antioqueño", como letra del Himno de Antioquia (o Himno Antioqueño).
La insondable belleza de este poema puede verse, con su letra completa, en Letra completa del Himno de Antioquía.
[editar] Estilo
La fuente de emotividad de Epifanio Mejía es tal vez superior a la de Gregorio Gutiérrez González. La poesía de Mejía es pletórica en naturalidad, realismo, sus versos son transparentes. En ellos se ven el Cóndor, las selvas antioqueñas, las tradiciones y la pugna de una raza en su constante sobrevivencia. Estos son sus temas esenciales. Sus versos no contienen tremendismo sino suave melancolía, suave ansiedad. También, un sentimiento de paisaje armónico, de ese paisaje donde se construyen la vida, el amor, el trabajo.
[editar] Algunas obras
- Serenata
- La muerte del novillo
- Las hojas de mi selva
- La ceiba de Junín
- El canto del antioqueño (posteriormente el Himno Antioqueño).
Observando a Epifanio Mejía, a Gregorio Gutiérrez González, a Tomás Carrasquilla, puede verse cómo, curiosamente, Antioquia ha sido una cuna prolífica de poetas y escritores magistrales que se unifican en su canto épico a lo rural, a las sendas abiertas por donde transita el progreso. El héroe no es mitológico. Es un héroe anónimo, silencioso, que realiza diariamente sus ceremonias de canto y dolor.