Cono (botánica)
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En Botánica un cono o estróbilo es una estructura basada en un eje terminal, alrededor del cual se despliegan hojas reproductivas con una disposición generalmente helicoidal. En este sentido más amplio cono es sinónimo de estróbilo, término que suele preferirse en las publicaciones científicas.
Cono (conus) es el nombre que en latín se empleaba para designar lo que en español se llama piña. Muchos prefieren restringir el uso del término a este significado original o, al menos, al grupo biológico de las coníferas (división Pinophyta), aunque sea incluyendo también a las estructuras masculinas.
[editar] Conos de las coníferas
Los conos femeninos están formados por un eje alrededor del cual se ordenan de forma helicoidal escamas gruesas e inicialmente apretadas, llamadas brácteas tectrices (portadoras), sobre cada una de las cuales se encuentran una o varias brácteas seminíferas. Éstas se interpretan como megasporofilos (hojas portadoras de megasporas) y sobre ellas aparecen los primordios seminales, que después de la polinización y la subsecuente fecundación, deben transformarse en semillas.
Los conos femeninos se llaman piñas en los pinos y otras pináceas (fam. Pinaceae), pero pueden tener otros nombres y aspecto en coníferas distintas; así se llaman gálbulas y arcéstidas respectivamente en los cipreses y los enebros, miembros de la familia cupresáceas (Cupressaceae).
En los pinos y géneros próximos la escama seminífera puede desprenderse junto a la semilla, actuando como un ala que favorece una dispersión anemócora. Con la maduración de la piña las brácteas tectrices (generalmente las únicas visibles en la piña cerrada) deben desplegarse, lo que hacen a veces de forma brusca, provocando la salida violenta y la dispersión de las semillas. En los pinos de climas mediterráneos o semiáridos, el fuego provoca ese proceso, favoreciendo la repoblación después del incendio.
Los conos masculinos son siempre mucho más pequeños que los femeninos, y se agrupan aldededor del final de las ramas en cuyo extremo crecen los renuevos del año. En ellos sólo hay una clase de escamas, las brácteas poliníferas (portadoras del polen). Su posición favorece la dispersión del polen, que en las coníferas es transportado por el viento (anemofilia).