Castillo de Monteagudo
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El castillo de Monteagudo constituye una de las fortificaciones más impresionantes y en mejor estado de conservación de la región murciana. Dado su carácter militar, su emplazamiento responde a motivaciones estratégicas.
De su historia dan fe las fuentes árabes que hablan del castillo de Monteagudo ya en el siglo XI, pero no es hasta el XII, con el gobierno de Ibn Mardanish cuando se realizan importantes obras. Durante la Baja Edad Media, las fuentes cristianas recogen el paso de los sucesivos alcaldes y los acontecimientos más importantes acaecidos en la fortaleza, como la presencia en ella de Alfonso X el Sabio o la de Jaime II; a finales del siglo XIX la fortaleza es ya sólo una ruina aprovechable para los vecinos.
Fabricado con tapias de argamasa, está repartido y organizado en tres plataformas o niveles, aprovechando los desniveles del terreno, por donde se distribuyen aljibes, estancias, almacenes, salas y construcciones con otra funcionalidad. Las torres que flanquean todo el recinto forman esquinas de ángulos reentrantes, muy características en la taifa mardanisí.
Cabe mencionar el hecho de que sobre la cima del cabezo y dominando el valle, encontramos el monumento de desagravio al Corazón de Jesús, escultura majestuosa de 14 metros de alto, diseñada en 1951 por el artista Nicolás Martínez. Esta obra monumental, que goza de gran devoción entre los habitantes de la pedanía, se trata en realidad de una réplica de otra escultura anterior que fue construida en 1926 con el patrocino del alcalde de Murcia Francisco Martínez García y destruida durante la II República.